El sacrificio
Nos dice el V. Maestro Samael Aun Weor, que aquel que tiene el Bodhisitta en su interior, creado a base de sacrificio y renunciación, es muy difícil que fracase en la Gran Obra. Nuevamente encontramos el Sacrificio como algo fundamental en la Ciencia de la Consciencia.
Se hace necesario conocernos para que nuestra consciencia despierte. Una conciencia despierta, diré lo siguiente: si un Bodhisattva no tiene el Bodishita despierto no puede servir a los propósitos de su Dios Interior Profundo, no podrá compartir las leyes de los Budhas, no podrá trabajar con el Círculo Consciente de la Humanidad Solar que opera sobre los Centros Superiores del Ser.
Esos, los Bodhisattvas, que a través de distintas eternidades han venido entregando su sangre por todos los pueblos, esos precisamente esos, son los que en verdad, vienen a recibir más tarde la Iniciación Venusta, y en ese gran evento cósmico encarnan al Cristo. “Samael Aun Weor.
Cuando uno entra por este camino, descubre que se ha metido por la Senda de la Revolución de la Consciencia y la Revolución de la Consciencia es tremenda, porque trae, de hecho, aparejada, la Revolución Intelectual y la Revolución Física; la Revolución de la Conciencia provoca una serie de Revoluciones Intelectuales extraordinarias y a su vez, como resultado, aparece la Revolución Física. En la Alquimia, por ejemplo, se habla de la Reincrudación del Cuerpo Físico de la Invulnerabilidad y de la Mutación.
Es obvio que aquel que ha conseguido el Despertar Total, aquel que ha logrado la Iluminación, puede alimentarse con el Arbol de la Vida y de hecho su Cuerpo Físico, si así lo quiere, puede volverse invulnerable, mutante y eso lo consigue mediante la Reincrudación Alquimista. Un Iluminado sabe muy bien cómo se logra la Reincrudación. Así, son tres revoluciones en una, la de la consciencia que trae aparejada la revolución Intelectual, y la otra, la revolución física.
Hay dos clases de Bodhisattvas: Los que tienen al Bodhisita en su interior y los que no lo tienen. ¿Qué se entendería por el BODHISITA o BODHISITO? Sencillamente de que a base de distintas renunciaciones y de estar manifestándose en los mundos, renunciando a cualquier grado de Felicidad, trabajan por la humanidad.
Estos tienen los Cuerpos en Oro puro, porque eso es el Bodhisita: Los Cuerpos Existenciales Superiores del Ser y la Sabiduría y la experiencia, adquirida a través de sucesivas Eternidades.
El Bodhisita de un Buddha es propiamente un Bodhisattva debidamente preparado, que puede perfectamente realizar con eficiencia todos los trabajos que el Buddha Interior le ha confiado. ¿Creen ustedes acaso que el Bodhisattva que en realidad de verdad se ha desarrollado, dijéramos, de acuerdo en el terreno, dijéramos, vivo del Bodhisita, podría a caso, llegar a ser, dijéramos, a fracasar en los trabajos que tiene que realizar? Obviamente que no, porque está debidamente preparado.
Se entiende, por Bodhisito precisamente, todas esas Experiencias, o todos esos Conocimientos adquiridos a través de las edades; los Vehículos en Oro Puro, la Sabiduría patente del Universo. Obviamente, el Bodhisattva provisto de tal Bodhisito, se manifiesta a través de distintos Mahamvantaras, y a la larga viene a convertirse verdaderamente en un Ser Omnisciente. La Omnisciencia es algo que hay que conseguir, que hay que lograr, que en modo alguno nos viene de regalo; es el producto de distintas manifestaciones cósmicas y de incesantes renunciaciones.
El Bodhisattva que posee pues dentro de sí mismo al Bodhisito, es decir, a todas esas sumas de Conocimientos, Experiencias, y Vehículos de Oro, etc., jamás se dejaría guiar por un falso sentimiento del Yo.
Pero este falso sentimiento del Yo suele refinarse espantosamente; hay individuos que han logrado muchos refinamientos espirituales y sin embargo, aún son víctimas del falso sentimiento del Yo. Entender esto es básico en la Gran Obra, es fundamental...
Quiero que entiendan ustedes, claramente, que un día ustedes tienen que ir fabricando dentro de sí mismo al Bodhisito, es decir elaborando Experiencias, elaborando ese conocimiento que les va dando el trabajo sobre sí mismos; con tal Conocimiento, con tal Experiencia, ustedes no fallarán...
A medida que ustedes vayan desintegrando esos agregados psíquicos que les den a ustedes el falso sentimiento del Yo, irán alimentándose con el Pan de la Sabiduría, con el Pan Transubstancial venido de lo alto, porque cada vez que uno desintegra un agregado psíquico, libera un porcentaje de Conciencia y adquiere de hecho una virtud, un conocimiento nuevo, algo extraordinario...
El alquimista que no se sacrifica por la Humanidad, nunca llegará a ser Bodhisattva. Sólo los Bodhisattvas de corazón compasivo, que han dado su vida por la humanidad, pueden encarnar al Cristo Íntimo. Debemos hacer una plena diferenciación entre los Saravakas y Buddhas Pratyekas por una parte y los Bodhisattvas por la otra.
Los Saravakas y Buddhas Pratyekas sólo se preocupan por su perfeccionamiento particular, sin importarles un comino la pobre humanidad doliente. Obviamente los Buddhas Pratyekas y los Saravakas nunca pueden encarnar al Cristo.
Los Buddhas Pratyekas, aun habiendo fabricado los Cuerpos Existenciales Superiores del Ser, no son Bodhisattvas. Sólo los Bodhisattvas que se sacrifican por la humanidad, pueden encarnar al Cristo. Sólo los Bodhisattvas del Camino del Medio consiguen la encarnación del Cristo en sí mismos.
Los Bodhisattvas de corazón compasivo se sacrifican por las humanidades planetarias a través de sucesivos Mahamvantaras y al fin logran encarnar al Cristo. El título sagrado de “Bodhisattva” sólo lo tienen, legítimamente, los que han renunciado a toda Felicidad Nirvánica por amor a la humanidad doliente. Sólo aquéllos que a través de distintos Mahamvantaras han venido sacrificándose por las humanidades planetarias, merecen ser llamados Bodhisattvas.
Obviamente, antes de que nazca el Bodhisattva, debe de formarse en nosotros el Bodhisita; no está demás aclarar que es necesario desintegrar el Ego, el Yo, para que surja el Bodhisita. El Bodhisita se forma con los méritos del Amor y supremo Sacrificio por nuestros semejantes. Dentro del ambiente y clima psicológico del Bodhisita, se forma el Bodhisattva.
Son muchos los que me escriben a mí, quejándose de que no saben Salir en Cuerpo Astral, de que no recuerdan nada de lo que les sucede fuera del Cuerpo Físico, de que no tienen Iluminación, etc.
¿Pero cómo puede tener Iluminación el que no posea al Bodhisita? Sólo teniendo al Bodhisita, se posee la Iluminación; quien no posea al Bodhisita, no gozará nunca de la dicha de la Iluminación. La Iluminación no es algo que se nos da de regalado; no, mis queridos amigos: ¡Cuesta, y muy caro!
La Iluminación solo se explica mediante el Dharmadato. ¿Y qué es el Dharmadato? El Buen Dharma, la recompensa por los méritos adquiridos... Solo el que posea, pues, al Bodhisita, es decir, solo aquel que haya cristalizado Alma, podrá gozar de la Iluminación, tendrá méritos para ello.
La Iluminación se explica con el Dharmadato, es decir, con el Dharma Universal, con la recompensa por nuestras buenas acciones. Nadie podría gozar de la Iluminación si no posee el Bodhisita, y nadie podría tener al Bodhisita si no ha trabajado duro sobre sí mismo, si no ha desintegrado los Agregados Psíquicos...
No confundamos pues, al Bodhisita con el Bodhisattva. El Bodhisita es la Conciencia Superlativa del Ser, despierta y desarrollada. El Bodhisita surge en el aspirante que se sacrifica por sus semejantes mucho antes que los Cuerpos Mercuriales hayan sido creados. Sin el trabajo completo del Andrés Interior jamás podríamos convertirnos en Bodhisattvas.
Cualquiera puede ser un Saravas o un Pratyecas, con sus Cuerpos Mercuriales, más eso no es suficiente para ser Bodhisattva.
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