Mahanvantara

Datación del actual Mahanvantara o Día CósmicoRazas. Lamentablemente tenemos la consciencia dormida para ajustar los calendarios macro cósmicos.

Incluso aquellos Maestros que lo han hecho, (como H.P. Blavatsky, Gurdjieff, o el mismo Fulcanelli) siempre dejan un amplio margen de error y para mayor confusión de nosotros los dormidos plantean incongruencias que son difíciles de salvar.

A pesar de la libertad humana y del lógico interés en la solución de las incógnitas naturales de la vida, preferimos atenernos al consejo de Amado Nervo: “Si amas a Dios, ya no querrás investigar los enigmas, porque lo llevas a Él, que es la clave y resolución de todos” 

En el caso de nuestro bien amado gurú Samael Aun Weor dice: “El Ser es el Ser, y la razón de ser del Ser es el mismo Ser”

Nuestro Avatara en sus disertaciones y conceptos, dejó lagunas que,  para nuestra mente subjetiva son infranqueables. Por ello nos ajustamos a lo que “entendemos” que es básicamente a la doctrina; única que en algún momento, (y así lo quiera el Ser), nos pueda dar la objetividad necesaria, mediante la experiencia directa y el despertar de la conciencia.

Como dijo Jesús: “Conoced la Verdad y ella os hará libres”.

Nuestra perspectiva nos concentra en el momento del actual Mahavantara o día cósmico, del que disfruta nuestro planeta tierra, entendiendo siempre según nuestro Maestro V.M. Samael Aun Weor, que el anterior tuvo como escenario y protagonista a la Luna.

Si en un Mahavantara o día cósmico, han de darse las siete razas: Protoplasmática, Hiperbórea, Lemur, Atlante, Aria, Koradi y Liliputiense… ¿cómo las vamos a datar?

Si nos atenemos a la mitología Nahuatl, ellos conceptúan que cada raza es el resultado del viaje elíptico del planeta alrededor del zodíaco; Si cada signo aproximadamente dura de dos a tres mil años, por doce signos; son más de 25 años que, ellos lo dividen en cinco períodos y la Biblia en cuatro fases (Por el sueño de Nabucodonosor interpretado por el profeta Daniel o la Doctrina de los cuatro imperios universales): Oro, bronce, hierro y barro.

Aquí comienzan las incongruencias… De las primeras dos razas, como no dejaron huella, tampoco tenemos manera de comprobarlo a excepción y mediante los registros akásicos. La tercera raza o Lemúrica se sitúa en el Océano Pacífico, como una extensa capa tectónica susceptible de movimiento en el exterior (litosfera) de nuestro planeta y sus vestigios (siempre bajo la perspectiva gnóstica) se hallan en los restos de Oceanía, en las Islas de Pascua.

En ésta época el Maestro Samael Aun Weor, ubica el mioceno, donde el hombre, que siempre ha existido convivía con los animales. El hombre, tenía una complexión física gigante así como los saurios.

En su primera etapa se desconocía el ego, vivía en el Paraíso pero al llegar a su madurez se le dio la libertad de elegir.

La tentación de Adán y Eva. Es la época de los “Ángeles caídos” según dice la Biblia “Los hijos de Dios se unieron a las hijas de los hombres” aunque no todos cayeron.

Samael Aun Weor

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