Popol Vuh
En el «Popol Vuh» de los mayas, el ave y la serpiente figuran como creadores sexuales del Universo.
Tepeu y Gucumatz envían un gavilán al inmenso mar de la gran vida para traer la serpiente, con cuya sangre maravillosa amasan el maíz amarillo y blanco.
Dice el Popol Vuh que con esa masa de maíz blanco y amarillo, mezclado con la sangre de la serpiente, el dios Tzacol formó la carne de la gente.
El ave representa al Espíritu Universal de Vida.
La serpiente representa al fuego sexual del Tercer Logos. La sangre de la serpiente indica las aguas del Génesis, el Gran Esperma Universal, el Ens Seminis o Semen Cristónico, en cuyas aguas está el germen de toda vida.
Estas aguas son la sangre de la tierra, según el filósofo maya. La diosa Coatlicue es la Madre de la Vida y de la Muerte (el Ens Seminis).
El Ave de Minerva es el símbolo de la Sabiduría. No poco se ha hablado del Quetzal; pocos son, sin embargo, capaces de entender todo el misterio de este Pájaro Sagrado, el Quetzal es una de las aves más bellas del mundo. Su cola es larga y hermosísima. Sobre su cabeza luce un penacho de belleza incomparable, verde y sedoso.
Todo el aspecto de esa ave, nos invita a la reflexión. El ave de Minerva, el Quetzal milagroso, resulta de las incesantes trasmutaciones del Fuego. El Poder secreto de esta Ave permite al hombre transformarse en dios. Concede metamorfosearse en lo que cada cual quiera.
El poder secreto de esa Ave, capacitada para abrir los Chakras, discos o ruedas magnéticas del Cuerpo Astral.
Cuando el Fuego Sagrado de Pentecostés asciende por el canal central de la médula espinal tiene poder milagroso de transformarse en un Ave de Fuego. ¡Y esa Ave es el símbolo del Quetzal! Y es el Ave de Minerva. Y es la clave del Poder Sacerdotal.
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