El Kalki Avatara

Samael 228Un artesano le hace la siguiente pregunta... Maestro, ¿Qué entiende usted por reencarnación?

Amigo mío, yo entiendo por reencarnación cambiarse de ropa. Maestro pero yo me cambio semanalmente de ropa y sin embargo no comprendo a qué ropa se refiere usted.

El Maestro prosiguió: ¿Ud. me podría decir quién es usted? Y el artesano contestó: Yo soy un hombre de carne y hueso, que tengo un alma inmortal. Y continuando el Maestro, dijo: Caramba amigo, me sorprende que usted piense al revés.

Maestro, dígame ¿Por qué yo pienso al revés? Amigo, porque usted se confunde con la ropa ¿No sabe que usted es un alma que tiene un cuerpo, y no un cuerpo que tiene un alma?

¿Cómo así? Maestro, yo jamás había puesto atención a ese hecho. Amigo, nosotros somos almas y el cuerpo de carne y hueso, es tan solo un vestido de piel hecho por dos sastres de ambos sexos: tu padre y tu madre o sea el vestido de piel de que nos habla la Biblia.

Ahora bien, amigo si a usted se le daña un vestido de los que usted usa ¿Qué lo hace después de que se daña, es decir, que no le sirve? Y el interlocutor respondió: Pues sencillamente lo boto a la basura.

¿Y si quieres reponer tu vestido qué puedes hacer? Pues voy donde el sastre para que me haga uno nuevo, y con él me siento como nuevo.

El Maestro continuó: Y si el vestido de piel se te daña, ¿Qué lo haces? Pues, Maestro, para el cementerio; eso lo sabe todo el mundo.

Prosigue el Maestro: Y si quieres reponer ese vestido de piel ¿A dónde irías? Eso si no lo sé Maestro, a menos que usted me lo diga.

Amigo mío, ya le dije que usted es un alma y que su cuerpo es su vestido, y que hay necesidad de cambiarse de ropa constantemente, así pues, si usted quiere reponer ese vestido de piel, tiene que ir donde otro par de sastres para que le confeccionen otro vestido de carne y hueso, bien hecho y a su medida.

El interlocutor: pero Maestro, esto se me hace raro, ¿Cómo pueden volverme a hacer otro vestido de carne y hueso? 

Explíqueme Amigo mío, ¿En qué forma le hicieron el vestido de carne y hueso que tiene ahora? Y el primero sonrió maliciosamente (parece que se hubiera acordado de la unión de sus padres), y el Maestro haciendo caso omiso del interlocutor continuó:

El amigo es malicioso, (risas del auditorio), en la misma forma en que a usted le confeccionaron el actual vestido de carne y hueso dos seres humanos, un hombre y una mujer, asimismo y en la misma forma, otro hombre y otra mujer, le confeccionarán otro vestido de carne y hueso, bien hecho y a su medida.

Maestro, yo volando lo haría, pero ¿Cómo hago para tener conciencia de mí, después de muerto? Y el Maestro contestó:

Amigo, cuando usted se quita la ropa, sea para bañarse; o sencillamente para cambiarse, usted cuando está sin ropa ¿No tiene conciencia de sí mismo? Y el interlocutor contestó: Claro que sí Maestro, porque yo me doy cuenta de que estoy sin ropa, y el Maestro continuó:

Usted es un alma amigo mío, se lo expliqué y no me cansaré de explicárselo, y el cuerpo es tan solo su vestido de piel, así pues, no hay muerte, sino sencillamente, cambio de vestido, mudarse de ropa, porque el verdadero hombre es el alma, y el alma siempre vive consciente de su propia existencia, y para ella el proceso de nacer y morir no es más que un cambio de ropa; así pues, toda mujer en estado de embarazo o gravidez, lleva dentro de su vientre el alma de un difunto así pues todo niño que nace, es un muerto que resucita.

Los gnósticos cristianos sabemos entrar y salir del cuerpo de carne y hueso en forma consciente y a voluntad, por ello no le tenemos miedo a la muerte. Por ello nuestra sabiduría; precisamente porque recordamos nuestras experiencias de todas nuestras vidas pasadas. Por ello causamos asombro a los que viven en tinieblas.   

AUN WEOR MAESTRO DE MISTERIOS MAYORES DE LA FRATERNIDAD UNIVERSAL BLANCA La Revolución de Bel: Capítulo 20º Conclusión

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