La mente
Maestro, usted podría decirme quién individualizo la mente humana?
Con mucho gusto amigo mío, y hasta me agrada su pregunta, pues veo por ella que usted tiene ciertas inquietudes espirituales.
Creo que usted ha oído hablar de Hermes Trimegisto, el Dios Ibis de Thot; adorado por los egipcios, y a propósito, recuerdo ahora, que en el Egipto hay un bajo relieve, en el que aparece el Dios Ibis de Thot, con el miembro viril en estado de erección, y al pie una inscripción que dice DADOR DE LA RAZÓN.
¿No se le hace a Ud. raro que se relacione a Hermes con la razón y con el miembro viril? Y el espiritualista respondió: Sí Maestro, se me hace esto raro, pero no he comprendido.
Y el Maestro prosiguió: El Símbolo habla claro amigo mío. El átomo Maestro de la mente, reside en el sistema seminal del hombre, y quien le dio este átomo al hombre fue Hermes Trimegisto, el mensajero del Dios Mercurio.
Esté átomo es quien le da al hombre toda la sabiduría de la Naturaleza, y el que lo instruye en la sabiduría oculta cuando el hombre, a fuerza de practicar magia sexual con su esposa sacerdotisa, lo hace subir a la cabeza. El espiritualista dijo: gracias Maestro por su explicación, pero yo quisiera que me explicara quién es ese Dios Mercurio; de quien usted habla, y perdóneme la impertinencia.
El Maestro respondió: no se preocupe Ud. amigo mío, que con mucho gusto contestaré su pregunta. El Dios Mercurio, es un hombre perfecto; su presencia, es realmente sublime; parece un anciano venerable de larga barba, rostro sonrosado y color de fuego; tiene su morada en un templo del corazón del planeta Mercurio, y lleva siempre por cetro el tridente de la mente, que es el mismo que usan los Brahmanes de la India Oriental.
El tridente simboliza el triple juego de fuerza de los átomos transformativos de la mente. El Dios Mercurio es un Ángel estelar, y la estrella Mercurio es su propio cuerpo físico; él fue quien envió a Hermes a la tierra.
El espiritualista, interrumpiendo la palabra del Maestro dijo: excúseme Maestro, que lo interrumpa nuevamente, pero es que quiero preguntarle algo muy importante: ¿Se podría obtener ayuda invocando al Dios Mercurio?, y el Maestro respondió: Los Dioses siempre están dispuestos a ayudar al hombre, cuando lo que se pide es justo.
El espiritualista, algo pensativo, dijo al Maestro: Maestro, yo ante todo, quiero tener una mente poderosa y firme. ¿Sería posible que el Dios Mercurio me ayudara? Y el Maestro le respondió:
Pídale al Dios Mercurio (La madre del pescado); concéntrese en el Dios Mercurio con todo su corazón y con toda su alma, en oración profunda durante una hora, rogándole que le entregue esa sustancia mental para que le de firmeza a la Mente, y tenga usted la seguridad amigo mío, que si el Maestro considera que su petición es justa, concurrirá a su llamado y colocará dentro de su cuerpo mental una bola blanca formada de la sustancia raíz del cuerpo mental que reside en la mente ígnea del Íntimo.
Esa sustancia monádica le dará a Ud. una firmeza mental, jamás ni siquiera presentida por usted, más si su petición no es justa, de nada le servirá a usted un millón de ruegos. Esta sustancia monádica, se llama La madre del pescado, y esto nos recuerda el pez Oanes y al profeta Jonás, vomitado por un pez.
El pez simboliza al Íntimo, la fuerza madre de Manas (La Mente). El que la posee se hace poderoso en el mundo de la mente; pero se necesita ser muy digno y muy merecedor para tener el honor de recibirla.
Un millón de veces podría llamar el indigno y no será escuchado. Para el indigno todas las puertas están cerradas, menos la del arrepentimiento.
AUN WEOR MAESTRO DE MISTERIOS MAYORES DE LA FRATERNIDAD UNIVERSAL BLANCA La Revolución de Bel Capítulo 20º Conclusión
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