Médiums
El lector que haya seguido atentamente todo el curso de nuestras Investigaciones esotéricas, comprenderá que el espiritismo, con sus Médiums o la Nigromancia, con sus laboratorios, no nos hubiera servido para hacer estas transcendentales Invocaciones de Alta Teurgia.
Desgraciadamente hay muchos estudiantes que quisieran ver, oír, tocar y palpar estas cosas; pero tienen sus facultades complementarías dañadas. Son muchas las personas que quisieran salir conscientes en cuerpo astral, y sufren lo indecible porque no lo logran.
La CLAVE que dimos en nuestro Primer Capítulo con el Mantra FARAON, es formidable. Lo importante es no desmayar: perseverar, no cansarse hasta triunfar. Durante las horas normales de sueño, todo ser humano está fuera del cuerpo físico.
En los Mundos Internos interviene el Íntimo, para hacernos comprender íntegramente todos los procesos del diario vivir. Por ejemplo: negocios que ejecutamos en el día; palabras que dijimos; emociones que tuvimos, etc., etc.
Desgraciadamente nosotros vivimos diariamente en forma muy inconsciente. No comprendemos el triple alcance (físico, anímico y espiritual), de cada uno de nuestros actos, de cada una de nuestras palabras, de cada uno de nuestros sentimientos diarios.
Entonces, el Íntimo interviene durante el sueño para hacernos ver, en forma simbólica, el triple alcance de todos los acontecimientos que realizamos durante la vida diaria. Así, pues, las almas humanas se mueven, durante el sueño, entre esa simbología. Esos símbolos son los llamados SUEÑOS.
Si nosotros viviéramos en plena conciencia cada uno de los actos de nuestra vida diaria, si comprendiéramos el triple alcance de cada acto de esa nuestra vida diaria, si antes de entregarnos al sueño hiciéramos un ejercicio retrospectivo para hacer CONSCIENCIA CONSCIENTE de todos los incidentes ocurridos en el día, entonces, durante las horas de sueño, estaríamos de vacaciones, absolutamente libres.
Nos moveríamos conscientemente en nuestro cuerpo astral. Actuaríamos en los Mundos Internos con conciencia despierta. Empero debemos advertir que el ejercicio retrospectivo debe hacerse a través de la meditación profunda. ¡Reconocer nuestros errores, arrepentirnos de ellos, tomar la resolución de no volver a incurrir en ellos! ¡No condenar nuestros errores! ¡No justificar nuestros errores!.
Cuando los condenamos o cuando los justificamos, ¡no los hemos comprendido!. Lo importante es comprenderlos conscientemente. Cuando hacemos conciencia consciente, total y absoluta, de un determinado defecto, entonces ese defecto se desintegra. ¡Quedamos libres de él!. Lo importante es, pues, que el soñador despierte en los Mundos Internos durante el sueño normal, durante el sueño natural, sin mediumnismos, sin hipnotismos, etc.
Después de esta introducción a nuestro presente Capítulo vamos a continuar con la Investigación de la CONJURACIÓN DE LOS SIETE. Nosotros, después de habernos ocupado de la precedente Investigación, nos propusimos estudiar en los Mundos Superiores, la QUINTA CONJURACIÓN DEL GRAN REY SALOMÓN.
Veámosla: ¡Por Zachariel et Sachel-Meleck, obedece ante Elvah, Sanagabril! Ya sabemos que Zachariel es el Genio de Júpiter. Lo que ignorábamos era quienes fuesen Elvah y Sanagabril.
A simple vista comprendimos que eran las dos Antítesis del Rayo de Júpiter. A Sanagabril había que llamarlo con la Llamada de Pedro de Apolonio por tratarse de una Entidad Tenebrosa. ¡Desde que había que conjurarlo para alejarlo, lógicamente se deducía que era un Tenebroso!.
En cuanto a Elvah se infería que era un Ángel luminoso, pues ha de utilizarse para alejar a Sanagabril. Así pues, a Elvah no se le podría invocar con la Llamada de Pedro de Apolonio. ¡Había que llamarlo en Nombre de Cristo, por la Majestad del Cristo, por el Poder del Cristo!.
Nosotros, en los Mundos Internos, empezamos por invocar a Sanagabril. La Invocación la hicimos en cuerpo astral, dentro de un pequeño salón. Llamamos muchas veces, y Sanagabril demoraba. Un estrecho corredor, un largo pasadizo lleno de tinieblas, conducía hasta el pequeño salón dentro del cual hacíamos la Invocación. Después de un rato de paciente espera, sentimos en el estrecho corredor pasos de alguien que venia.
¡Ciertamente esos pasos no eran muy agradables!. El sonido de esos pasos no eran sonidos de zapatos o sandalias. ¡Era un sonido diferente! ¡Era el sonido de garras y de uñas como de un tigre o de una bestia maligna!
¡Nosotros permanecimos firmes! Aguardamos a que Sanagabril se acercase algo más. ¡Estábamos preparados para conjurarlo con gran fuerza!... De pronto, un ser extraño llegose hasta el umbral de aquel recinto. Miramos y vimos un rostro tan horrible que sólo la imaginación de un loco de atar o de un idiota podría concebir. ¡Más valiera para nosotros ver salir a los muertos de sus tumbas a media noche que contemplar el rostro tremendamente horrible de Sanagabril!.
Francamente, nos sorprendió tanto el terrible aspecto de esa bestia diabólica, que hubimos de regresar instantáneamente al cuerpo físico. ¡No le tuvimos miedo! Nos sorprendió su horrible fealdad... ¡A ese triste estado llega todo aquél que sigue el Camino Negro! Empero, no desmayamos y nos propusimos afrontar, nuevamente el horrendo espectáculo.
Así, pues, con certeza de ánimo, otra noche, en nuestro cuerpo astral volvimos a hacer la Invocación a Sanagabril. Esta vez lo invocamos en la esquina de una de las calles de una gran ciudad. ¡Concurrió Sanagabril a nuestro llamado!. Pero, deseoso de platicar con nosotros, asumió la figura de un hombre normal. Parecía un banquero, y llegó hablándonos de dinero; nos dio el número premiable de la Lotería, dizque para que lo compráramos...
Con estas tentaciones pretendía atraernos a sus esferas de influencia tenebrosa. ¡La Lotería es pura Magia Negra!. Se roba a todo un pueblo para enriquecer a unos pocos. Nosotros no nos dejamos encerrar en esa jaulita de oro. ¡Sólo nos interesaba conocer este aspecto tenebroso esta Sombra de Júpiter!
Después, otra noche nos propusimos investigar a Elvah. ¡Este Ángel es Amor, Altruismo, Caridad, Castidad, Santidad!
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