Peregrinación de Quetzalcoatl
En las tierras del mayab los Mayas y le llamaron Kukulcán, y en su honor erigieron pirámides donde se rendía culto a la serpiente emplumada.
En Colombia llevó el divino Maestro Quetzatlcoatl sus sagradas enseñanzas y fue conocido por los chibchas en “Bacatá” hoy Bogotá como “Bochica” que fue un Dios blanco, barbado y que venía de regiones remotas.
Más tarde en Perú, la tierra sagrada de los Incas, llevó el sacerdote rey Quetzatlcoatl, su mensaje de salvación y regeneración y fue conocido como Viracocha, que igualmente fue un misionero Dios blanco, de ojos azules, rubio y que venía por el mar de regiones remotas, iba acompañado por otros sacerdotes que eran rubios como él.
Hay una región cerca de Lima donde se venera a Pachacamac, otra advocación de Quetzatlcoatl. El mensaje de quetzatlcoatl traspasó las barreras del conocimiento, superó las pruebas del carbono 14, y marcó en las civilizaciones precolombinas con sus grandes conocimientos filosóficos y religiosas y un tiempo de gran desarrollo espiritual y material.
Para los pueblos indígenas era conocido que en el interior de cada persona existen los principios cósmicos universales, que convenientemente desarrollados pueden convertirle en un Quetzatlcoatl. En los pueblos antiguos, los indígenas tenían el conocimiento de su propia naturaleza, vivían en armonía con el cosmos infinito, conocían su linaje y cual era su propósito en la vida, sabian cuales son los planes que La divinidad tenía para ellos.
Y tenían el dominio de su naturaleza, interior y respetaban las leyes ecológicas, sabían que la Tierra es un mundo viviente, y que en la medida que conservaran a la madre Tierra, ella les daría lo que necesitaban para existir. Estudiaban el movimiento de los astros, y realizaban sus actividades de acuerdo a las fases de la Luna y a los movimientos de las estrellas.
Palabras del Maestro Samael Aun Weor: Incuestionablemente, el tema de la obra Quetzalcóatl es trascendental. Merece ser reflexionado profundamente. Ante todo, he de decir, en forma enfática, con entera claridad, que Quetzalcóatl no es un mito. Incuestionablemente, Quetzalcóatl es el Verbo, es la Gran Palabra, es el Logos Platónico, el Demiurgo Arquitecto del Universo, el Creador.
Cuando estudiamos a Quezalcóatl, descubrimos que en él existe el mismo drama cósmico de Jeshúa Ben Pandirá, Jesús el Cristo. Quezalcóatl cargando la cruz a cuestas nos recuerda, precisamente, al Mártir del Calvario. Así, en realidad, Quetzalcóatl es el Logos, es lo que es, lo que siempre ha sido, y lo que siempre será; es la vida que palpita en cada sol.
Antes de que el Universo existiera, Quetzalcóatl existía. No sería posible aceptar en modo alguno, una mecánica sin mecánico, como cree la Antropología materialista, nosotros no debemos dejar de comprender que detrás de toda mecánica tiene que haber principios inteligentes; Quetzalcóatl es la Unidad Múltiple Perfecta, es el Cristo.
Cuando estudiemos a Quezalcóatl no lo vamos a hacer desde un punto de vista literal, debemos analizarle juiciosamente a la luz de las más diversas teogonías. Quetzalcóatl que se expresa en todo lo que es, ha sido y será, es el fuego que radica en todo el núcleo universal. No podrían ser comprendidos los Quezalcóatls, los Deucaliones, los Hermes Trismegistos, los Budas, sin conocerse previamente los Misterios Cristicos.
Quetzalcóatl en realidad de verdad es semilla de remotos lugares... es fuerza de rumbos desconocidos para la humanidad actual, "Germen vivo del Superhombre". Eso es Quetzalcóatl. Como principio inteligente puede ligar al Macrocosmos y al Microcosmos dentro del corazón del hombre. El Árbol del Universo incuestionablemente es altamente simbólico.
En tanto nosotros ignoremos los misterios de los aztecas, los Zapotecas, los Toltecas, etc., será imposible lograr en nosotros, realmente, la fusión integral del espíritu con el alma.
Los misterios del sexo son trascendentes y están en la cruz, repito: la inserción del lingam vertical con el ectais formal forman Cruz y los misterios del sexo fueron enseñados por nuestro Señor Quetzalcóatl encarnado realmente, convertido en hombre vivo y no en simple personaje histórico.
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