El enebro
El Enebro es un arbusto muy sagrado. El Gnóstico debe de aprender a manipular los poderes de este gran arbusto, para conversar con los ángeles. Veamos ahora los siguientes versículos bíblicos.
"Y Achab dio la nueva a Jezabel de todo lo que Elías había hecho, de cómo había muerto a cuchillo a todos los profetas". "Entonces envió Jezabel a Elías un mensajero, diciendo: así me hagan los dioses y así me añadan, si mañana a estas horas yo no haya puesto tu persona como la de uno de ellos".
"Viendo pues el peligro, levantóse y fuese por salvar su vida y vino a Beer-seba, que es en Judá, y dejó allí su criado". "Y él se fue por el desierto un día de camino, vino y sentóse debajo de un Enebro; deseando morirse, y dijo: ¡Baste ya, Oh Jehová! Quita mi alma; que no soy yo mejor que mis padres".
"Y echándose debajo del Enebro, quedóse dormido: y he aquí luego un ángel que le tocó, y dijo: Levántate, come". "Entonces él le miró, y he aquí sobre su cabecera una torta cocida sobre las ascuas, y un vaso de agua; y comió y bebió, y volvióse a dormir" (Versículo 1 a 6, Cáp. 19, 1º de los Reyes).
La magia bíblica es algo muy santo, y muy pocos son los que la conocen a fondo. Cuando la Biblia nos dice que Elías se sentó debajo de un Enebro, y que debajo de un Enebro se le apareció un ángel, ello esconde una sabiduría esotérica muy profunda. Realmente para que un ángel pueda hacerse visible y tangible en el mundo físico, es necesario prepararle un cuerpo gaseoso, que le sirva de instrumento físico.
El mago que quiera hacer visibles y tangibles en el mundo físico a los ángeles, deberá conocer a fondo la magia elemental del Enebro.
Cogerá el mago algunas ramas y bayas del Enebro, las echará a cocer entre una caldereta u olla con agua, beberá un buen vaso de esa bebida al empezar el ritual de invocación angélica. También pondrá sobre el altar de su santuario un incensario, dentro del cual echará ramas y bayas de Enebro; también podrá añadirle ramas de Milenramas, tanto para el cocimiento que ha de beber, como para el sahumerio del templo.
Mas, si no encontrare la rama de Milenrama, con el solo Enebro es suficiente para el rito.
El invocador debe de estar revestido con su traje sacerdotal. Podrá verificarse el ritual de primero o segundo grado, o la Misa Gnóstica, tal como aparece en nuestra obra titulada «APUNTES SECRETOS DE UN GURÚ»
Terminado el Ritual, se moverá el incensario tres veces, ordenándole imperiosamente al elemental del Enebro, formar el cuerpo gaseoso sobre el altar del templo, para que el ángel invocado, pueda hacerse visible y tangible en el mundo físico. El sacerdote deberá pronunciar tres veces con voz potente, el nombre del ángel invocado.
Puede invocarse al ángel Israel, que rigió al pueblo de su mismo nombre a través de todos los éxodos bíblicos. Puede llamarse también a Raphael o al ángel Aroch, etc. Entonces el ángel, envuelto en aquél cuerpo gaseoso, formado por el elemental del Enebro, podrá verse ahora visible y tangible en el mundo físico, ante el invocador.
Durante aquel tiempo en que el sacerdote está oficiando, el arbusto de donde se quitaron las ramas del oficio, deberá permanecer cubierto con paños negros, y deberán colgarse a sus ramas algunas piedras. El elemental del Enebro parece una niña de doce años y posee grandes poderes ocultos.
Las ramas y bayas del Enebro tienen también el poder de limpiar nuestro cuerpo Astral de toda clase de larvas. En forma más sencilla podría verificarse este trabajo, en cuarto debidamente purificado con Incienso y oración. En este caso el Ritual puede ser reemplazado con invocaciones hechas con puro corazón.
El Enebro formará un cuerpo gaseoso que le sirve de instrumento al ángel invocado. Si nuestra invocación es digna, el ángel concurrirá a nuestro llamado, y se hará visible y tangible; mas si nuestra invocación no merece respuesta, entonces el ángel no concurrirá a nuestro llamado.
El altar puede hacerse sencillamente con una mesa. Cuando se dice que el profeta Elías se sentó debajo de un Enebro, ello significa que él valiéndose del Enebro, invocó a un ángel y éste concurrió a su llamado, haciéndose visible y tangible. El Enebro tiene varios Mantras, que se deben pronunciar durante el rito. "KEM", "LEM", son Mantras de este elemental vegetal.
En las memorias de la naturaleza, leemos que tres zipas de Bacatá practicaron los ritos del Enebro, para hacer visibles y tangibles a los ángeles. Todos los reyes divinos de la antigüedad practicaron la magia elemental del Enebro para conversar con los ángeles.
Este maravilloso elemental obedece a una reina, el elemental del fuego. En los mundos internos, vemos a esa gran reina elemental, sentada sobre su trono de fuego, y las memorias de la naturaleza nos dicen que esta planta tiene el poder de llevar nuestras glándulas endocrinas a un grado de súper-función especial. Esto sencillamente significa que todos los chacras del cuerpo Astral entran en actividad mediante el rito del Enebro.
La magia elemental del Enebro pertenece al arte de los reyes divinos. En nuestro libro titulado «ROSA ÍGNEA», enseñamos a nuestros discípulos el arte regio de la gran naturaleza. «ROSA ÍGNEA», es un libro escrito para todos los aspirantes al sendero DÉVICO. En «ROSA ÍGNEA», estudiamos a fondo las evoluciones elementales de la bendita DIOSA madre del mundo. En «ROSA ÍGNEA», estudiamos minuciosamente la magia elemental de millares de plantas.
Todos aquellos discípulos que aspiren al sendero Dévico deben estudiar a fondo nuestro libro titulado «ROSA ÍGNEA». En «ROSA ÍGNEA», estudiamos a fondo la vida elemental de la tierra, del aire, del agua y del fuego. Existen siete senderos de evolución Cósmica y «ROSA ÍGNEA» es el libro especial para todos aquellos que aspiren al sendero Dévico.
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