Simón mago negro

Estando en los mundos suprasensibles, llegaron a mis manos dos obras: La una era de Simón el Mago, y la otra era del Samaritano Menandro, que llegó al pináculo de la ciencia mágica. Después de consultar estas dos obras, invoqué a Simón el Mago.

Esta invocación la hice en nombre del CRISTO. Entonces Simón el Mago contestó diciéndome: "En nombre del Cristo no me llames, llámame en nombre de Pedro". Entonces comprendí que Simón el Mago era el polo contrario de Simón Pedro. Penetré en un precioso recinto, donde encontré a Simón el Mago con su colegio de fieles discípulos.

Cuando Simón me vio entrar, en tono áspero me dijo: ¡Salga usted de aquí!. Y acercándose a mí me tocó ciertos Chakras del bajo vientre. Entonces entendí que Simón el Mago es realmente un Mago Negro. Procedí defendiéndome con mi espada flamígera, y ante los torrentes de fuego ardiente, aquel mago negro se quedó anonadado, y sin atreverse a mirar mi espada, permaneció absorto.

Yo conocí a Simón el Mago en la antigua Roma, y lo oí predicando a sus discípulos. El mal es tan fino y delicado, que hasta la misma Maestra Blavatsky llegó a creer firmemente que Simón el Mago era un Maestro de la Logia Blanca.

HUIRACOCHA también creyó que Simón el Mago era un gran Maestro Gnóstico, y nos dice que todo lo que Papus y otros autores enseñaron acerca de la magia en los últimos años, era tomado de Simón el Mago. El único que no se equivocó con respecto a Simón el Mago fue Dante Alighieri en su «Divina Comedia». Dante llama Simoníacos a los discípulos de Simón el Mago.

Los romanos le erigieron estatuas con la inscripción: "Simoni Deo Sancto". Sin embargo, estudiando atentamente las obras de Simón el Mago, aparentemente no hay nada que pueda considerarse condenable, como Magia Negra. El mal es tan fino en el mundo de la Mente... el mal es tan delicado y tan sutil en el plano del entendimiento cósmico, que realmente se necesita mucha intuición para no dejarse engañar por los demonios del mundo mental. En el plano mental los magos negros son millones de veces más finos y delicados que los magos negros del plano Astral.

Dice Simón el Mago lo siguiente: El Padre era uno porque conteniendo en sí mismo el pensamiento, estaba solo. Sin embargo, no era el primero aunque fuese pre-existente; sino que manifestándose a sí mismo de sí mismo, llegó a ser el segundo (o dual). No fue llamado Padre hasta que el pensamiento le dio este nombre. Por lo tanto, desenvolviéndose de sí mismo, manifestose a sí mismo su propio pensamiento, y así también el pensamiento manifestado no se actualizó, sino que vio al Padre oculto en él, esto es, a la potencia oculta en sí misma.

Y la potencia (dunamis) y el pensamiento (epinila) son masculino-femenino, pero al corresponderse recíprocamente (porque la potencia en modo alguno difiere del pensamiento), son uno solo. Así en las cosas de arriba está la potencia, y en las de abajo el pensamiento. Ocurre, por lo tanto, que si bien es uno lo manifestado por ambos, aparece duplo, pues el andrógino lleva en sí el mismo elemento femenino.

Así la Mente y el pensamiento son inseparables uno del otro por ser uno, aunque aparezcan en dualidad (Pág. 190. Apunte 2°: LA DOCTRINA SECRETA de Helena Petrovna Blavasky Sexto Volumen).

Realmente quien lea este párrafo no podrá encontrar nada que pueda condenar a Simón el Mago, como Mago Negro. La clave nos la da el Dante en su obra titulada: «La Divina Comedia». Dante nos pinta en su Infierno a Simón el mago y a todos los hechiceros, a quienes Dante denomina Simoníacos, caminando en su infierno con la cabeza para atrás... La Magia Negra de Simón el Mago consiste en que se quedó mirando hacia el pasado, y no quiso aceptar al Cristo ni a la nueva corriente Crística.

Esta es una rebelión contra las Jerarquías divinas, y de hecho quedó colocado Simón el Mago en los mundos de la magia negra. Quien atentamente estudie las enseñanzas de Simón el Mago, podrá comprobar que Simón el Mago no habla una sola palabra a favor del Cristo. Simón el Mago vio que la Chispa se desprendía de la llama en sí mismo, sin acordarse de aquellas palabras del Divino Rabí de Galilea: Nadie llega al Padre sino por mí.

Simón el Mago vio al Padre oculto en él y quiso realizarlo en sí mismo, pero rechazando al Cristo, y así fue como de hecho cayó en la magia negra...

Simón el Mago cayó en la Magia Negra por puro orgullo... Simón el Mago no quiso aceptar al Cristo por puro orgullo... Cosa semejante está sucediendo ahora en este siglo XX con muchos espiritualistas que no quieren aceptar mis enseñanzas por puro orgullo. Esta clase de seres "Simoniacos" caen en la Magia negra por puro orgullo. Simón el Mago conoció el Gran Arcano, y era y es absolutamente casto.

El Maestro HUIRACOCHA en la página 50 de la "Iglesia Gnóstica" cita un párrafo del Libro "La Prédica" de Simón el Mago, que a la letra dice así: "Para vosotros hablo en metáforas; pero debéis comprenderme... Dos VÁSTAGOS de toda seriedad hay en un principio sin fin. Ambos vienen de una raíz, o sea del PODER INFINITO, del SILENCIO INVISIBLE. Uno de los vástagos, va hacia arriba. Es el poder, el entendimiento del Gran Todo que a todo llega, y es masculino.

El otro tiende hacia abajo. Es la Gran Mente, el productor incansable, y es femenino. En la unión de ambos está la resolución de todo problema. El poder de sí mismo, es masculino y femenino a la vez". Simón el Mago conoció, pues, a fondo la Alquimia Sexual, y el Gran Arcano. Empero cayó en la Magia negra, porque se quedó mirando hacia el pasado, y no quiso aceptar a CRISTO.

La mente es pues, el animal más peligroso del alquimista. Si Simón el Mago hubiera dominado la mente con el látigo de la Voluntad, no hubiera caído en el abismo. El Alquimista que se deje llevar de los raciocinios de la soberbia de la Mente, fracasa en la Gran Obra y cae en el abismo. El alquimista debe ser muy humilde ante las Jerarquías Divinas, para no fracasar en la Gran Obra. La Mente debe volverse un niño humilde y sencillo. La Mente debe humillarse ante las Jerarquías Divinas. La Mente debe humillarse ante la majestad del INTIMO. Es imposible subir al PADRE sin elaborar el Niño de Oro de la Alquimia Sexual. Ese Niño de Oro es el CRISTO.

Hay que formar a Cristo en nosotros para subir al PADRE. En nuestro trabajo con la Piedra Bendita se presentan sutilísimos peligros, que el Alquimista debe conjurar valerosamente. En el mundo mental hay magos negros que parecen Adeptos de la Fraternidad Blanca. Estos magos negros tienen sublimes presencias y exquisita cultura Espiritual. Cuando hablan esos magos, solo hablan de luz, de verdad y de justicia.

Parecen seres inefables, y solo venimos a descubrir que son magos negros, cuando en tono muy fino y delicado nos aconsejan entonces la eyaculación seminal. Si en ese momento gritamos en su presencia: "VIVA EL CRISTO, ABAJO YAHVÉ" entonces los veremos levantarse iracundos contra nosotros para sacarnos de sus recintos. Todos esos hermanos de la sombra aconsejan la eyaculación seminal, y odian la fuerza Crística. Así pues, el mal reviste tan sutiles engaños, que el discípulo debe abrir siempre bien los ojos, y vivir alerta y vigilante, como el vigía en época de guerra.

Hay Adeptos de la sombra que, disfrazados de Mahatmas, se nos presentan en los mundos internos para decimos que ya estamos caídos, que ya fracasamos en nuestro anhelo hacia la LUZ, que ya perdimos los grados adquiridos, etc. etc. Así pues, si el discípulo resbala en esas cáscaras, cae al abismo inevitablemente.

La Mente no debe razonar. La mente debe fluir integralmente, sin el batallar de las antítesis, la mente debe convertirse en un instrumento flexible y delicado donde pueda expresarse la majestad del INTIMO. El orgullo hizo caer a Simón el Mago en los abismos de la Magia negra. "Y como vio Simón que por la imposición de las manos de los Apóstoles se daba el Espíritu Santo, les ofreció dinero".

Diciendo: Dadme también a mí esta potestad, que a cualquiera que pusiere las manos encima reciba el Espíritu Santo". Entonces Pedro le dijo: Tu dinero perezca contigo, que piensas que el don de Dios se gana por dinero". "No tienes tú parte ni suerte en este negocio; porque tu corazón no es recto delante de Dios". "Arrepiéntete pues de esta tu maldad, y ruega a Dios, si quizás te será perdonado el pensamiento de tu corazón". "Porque en hiel de amargura y en prisión de maldad veo que estás".

Respondiendo entonces Simón, dijo: "Rogad vosotros por mí al Señor, que ninguna cosa de estas que habéis dicho venga sobre mí" (Vers. 18 a 24, Cap. 8: LOS HECHOS). Con estos versículos de las Sagradas Escrituras, queda absolutamente comprobada nuestra afirmación de que Simón el Mago es un peligrosísimo mago negro.

Samael Aun Weor

 

 

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