El corazón
El camino ígneo que va del entrecejo al corazón, está gobernado por un Dios atómico de infinito poder. Avanzad con firme paso hacia la segunda cámara de este camino ardiente, ¡OH ARHAT! Finas tentaciones te asedian...
Se te ofrecen licores y placeres, aparentemente ineludibles. El monstruo verde de los celos te asalta sutilmente en el mundo del entendimiento cósmico, donde tu mente flamea abrasadoramente... ¡Avanza ARHAT y permanece alerta y vigilante como el vigía en época de guerra...
Este camino ardiente, que va del entrecejo al corazón, es muy angosto, muy difícil, y está lleno de sutilísimas tentaciones. Lo más peligroso es el pasado doloroso de tu vida, mezclado con sutiles tentaciones. Tienes que permanecer firme contra esos sutiles peligros...
Mientras más fina es una tentación, resulta más peligrosa... Durante estas pruebas, debes demostrar el equilibrio total de la mente y del corazón. Te acercas a la segunda cámara del ígneo camino que va desde el entrecejo hasta el corazón.
Habéis triunfado en las pruebas, hijo mío. Un grupo de ángeles celebra con regocijo tu victoria... Habéis ganado el derecho de entrar al NIRVANA... Habéis ganado el derecho de entrar en la caballería del ejército del cielo... Entra en tu cámara, hijo mío, para celebrar tu fiesta. Eres un NIRVANI.
Habéis entrado en la dicha inefable del NIRVANA, y todas las jerarquías divinas están llenas de alegría por tu triunfo. Sois ahora un Bienaventurado... Samael aun Weor Rosa Ignea: Capitulo 30.- El Camino Ardiente.
El devoto debe concentrarse en su corazón, imaginando que allí hay rayos y truenos, nubes que vuelan perdiéndose en el ocaso impulsadas por los fuertes huracanes. Imagine el gnóstico muchas águilas volando por entre ese espacio infinito que está dentro, muy dentro de su corazón.
Imagine los bosques profundos de la naturaleza, llenos de sol y de vida; el canto de los pájaros y el silbo dulce y apacible de los grillos del bosque. Duérmase el discípulo imaginando todo esto; imagínese ahora que en el bosque hay un trono de oro donde se sienta la Diosa Kakini, una mujer muy divina.
Duérmase el gnóstico meditando en todo esto. Imaginando todo esto. Practique una hora diaria, y si practica dos o tres o más horas diarias tanto mejor. Puede practicar sentado en un cómodo sillón, o acostado en el suelo o en su cama, con los brazos y las piernas abiertas a derecha e izquierda en forma de la estrella de cinco puntas.
El sueño debe combinarse con la meditación. Debe haber muchísima paciencia. Con paciencia infinita se logran estas maravillosas facultades del cardias.
Los impacientes, aquellos que todo lo quieren rápidamente, aquellos que no saben perseverar toda la vida, es mejor que se retiren porque no sirven. Los poderes no se consiguen jugando; todo cuesta. Nada se nos da regalado.
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