Consciencia Cristo
CAPÍTULO I El AMOR El amor es el sumum de la sabiduría. La sabiduría debe transmutarse en amor, el amor se transmuta en felicidad. Los gérmenes de la sabiduría se transmutan en las flores del amor.
El intelecto no puede dar felicidad. Los autores se contradicen a sí mismos en sus obras. El pobre lector tiene que beber en la amarga copa de las dudas.
La duda engendra confusión y locura. Fausto, después de haber encanecido entre el polvo de su biblioteca, exclama: “Todo lo estudié con ansia viva, todo lo estudié con ansia loca, y hoy pobre loco de infeliz mollera, ¿Qué es lo que se? Lo mismo que sabía: sólo pude aprender que no se nada”.
El intelectualismo trae neurastenia y afecciones al Sistema Nervioso Cerebro Espinal. El hombre que ha agotado toda su vida entre el polvo de las bibliotecas, cae en la confusión de las dudas, y lo único que puede legar a saber es que no sabe nada.
La duda destruye los poderes ocultos. Los estudiantes del Espiritualismo sufren el suplicio de Tántalo. Es muy triste vivir comiendo teorías. Lo mejor es transmutar la sabiduría en amor. Lo mejor es amar. La felicidad es amor transmutado.
Hay que despertar la consciencia con la llama bendita del amor. Hay que amar para llegar a la felicidad. La felicidad no es sino amor transmutado. El intelecto no hace sino congelar el pensamiento entre el cerebro. El que quiera convertirse en un ILUMINADO debe reconquistar la infancia perdida. El batallar de las antítesis, destruye los poderes ocultos. El batallar de los razonamientos daña los poderes de la mente. El que quiera tener poderes ocultos, debe acabar con el batallar de los razonamientos. El que quiera ser mago debe tener mente de niño. Es mejor cambiar la sabiduría por amor. El amor es lo único que nos puede convertir en Dioses.
CAPÍTULO II LA CONCIENCIA A nosotros los Gnósticos, lo único que nos interesa es el despertar de la conciencia. Nosotros preconizamos la aristocracia del Espíritu y el despertar de la conciencia. Sólo hay una Gran ALMA. Esa ALMA es el Anima Mundi de Platón, el Gran Alaya del Mundo, el Alma Intracósmica.
Nuestra conciencia humana no es sino una centella desprendida de la Gran ALMA del Mundo. Hay que lograr el despertar de la conciencia, para conocer todos los secretos de la vida y de la muerte. Hay que avivar la llama del Espíritu con la fuerza del AMOR. Nuestra conciencia debe despertar en planos cada vez más elevados. Debemos cultivar la cultura de la conciencia. El conocimiento que no se vuelve conciencia, sólo sirve para dañar el cuerpo Mental.
En el oriente la conciencia es denominada BUDDHI. El BUDDHI es nuestra conciencia superlativa. El cuerpo Búddhico es nuestra Alma Espiritual. El que logra el despertar de la conciencia Cósmica, se convierte en un Dios inefable. La conciencia Cósmica despierta con la CASTIDAD, con el dolor, con la música y con la Meditación.
CAPÍTULO III MEDITACIÓN Cuando el mago se sume en Meditación, lo que busca es información. La Meditación es un sistema Científico para recibir información interna. La Meditación reviste cuatro fases: 1ª ASANA (Postura del cuerpo físico). El cuerpo debe quedar en posición absolutamente cómoda.
2ª DHARANA (Concentración). Debemos apartar la mente de toda clase de pensamientos terrenales. Los pensamientos terrenales deben caer muertos ante las puertas del templo. Hay que concentrar la Mente únicamente adentro... en nuestro ÍNTIMO.
3ª DYANA (Meditación). El discípulo debe meditar en esos instantes en el ÍNTIMO. El ÍNTIMO es el ESPIRITU. “Recordad que vuestros cuerpos son el templo del DIOS vivo, y que el Altísimo mora en vosotros”. El discípulo debe adormecerse profundamente tratando de conversar con su ÍNTIMO.
4ª SHAMADI (Éxtasis). Si el discípulo ha logrado adormecerse meditando en su ÍNTIMO, entonces entra en el estado de Shamadí, y puede ver y oír cosas inefables, y conversar con los ángeles familiarmente. Así es como despierta la conciencia de su letargo milenario. Así es como podemos adquirir verdadera Sabiduría divina sin necesidad de dañar los poderes de la Mente con el batallar de los razonamientos, ni con el vano intelectualismo. La Meditación es el pan diario del sabio.
CAPÍTULO IV LA MUJER La mujer es el pensamiento más bello del Creador, hecho carne. La mujer es la puerta del EDEN. Hay que aprender a gozar del Amor, con suma sabiduría. Antes de que DIOS sacara a Eva de la costilla de Adam éste estaba solo en el Edén. El hombre y la mujer deben formar un solo SER nuevamente para volver al Edén.
DIOS, resplandece gloriosamente sobre la pareja perfecta. Es mejor gozar del AMOR, que envejecerse entre el polvo de las bibliotecas. El que quiera convertirse en un DIOS, no debe derramar el semen. Hay que transmutar el agua en vino. El agua se transmuta en el vino de LUZ, cuando refrenamos el impulso animal. El hombre debe retirarse de la mujer, sin eyacular el Semen. El deseo refrenado, hace subir nuestro licor seminal al Cáliz del cerebro. Así es como despiertan todos nuestros poderes. Así es como despierta el Fuego Sagrado del Espíritu Santo en nosotros. Así es como despiertan todos nuestros poderes, y nos convertimos en Dioses.
Los Indostanes hablan de despertar el KUNDALINI, y nosotros decimos que el Kundalini despierta practicando Magia Sexual con la mujer. Cuando el hombre se acostumbra a retirarse sin derramar el semen, adquiere los siguientes poderes: Intuición, clarividencia, oído mágico, telepatía, poderes sobre la vida y sobre la muerte, poderes para no morir nunca, poderes sobre los rayos y sobre las tempestades, sobre los huracanes y sobre la tierra. El hombre salió del Edén por las puertas del Sexo, y sólo por esa puerta puede entrar al EDEN. La mujer es la puerta del EDEN. Amemos intensamente a la mujer.
CAPÍTULO V LA MÚSICA La música viene de los Mundos Superiores. La música tiene el poder de despertar la conciencia en los mundos superiores. La música es el verbo de DIOS. Es mejor cultivar el arte de la música, que perder el tiempo en el batallar de los razonamientos. La música es la palabra de DIOS. La verdadera música es la música clásica. La música afro-cubana (guarachas, porros, mambos, cumbias, etc.), sólo sirven para despertar las bajas pasiones animales. Escuchemos siempre con devoción a Beethoven, Listz, Schubert, Haydn, Mozart, Tchaikovsky, Strauss, Handel, etc.
CAPÍTULO VI LAS FLORES Los Gnósticos deben tener siempre en su casa un jardín. Debemos cultivar siempre nuestro jardín. Las flores nos recuerdan la dicha inefable de los Salones del NIRVANA.
CAPÍTULO VII LA TRINIDAD Cuando el Padre se une a la Madre, nace el Hijo. El Padre muy amado; el Hijo muy adorado; el Espíritu Santo muy sabio resplandecen dentro de nuestro corazón. Cuando un hombre y una mujer se unen, pueden convertirse en Dioses. Así es como la TRINIDAD se hace carne en nosotros. Así es como nuestra Conciencia se Cristifica.
CAPÍTULO VIII SIMPLICIDAD Debemos ser simples para ser sabios. Debemos acabar con toda clase de razonamientos. Debemos acabar con toda clase de deseos, emociones, pasiones, odios, egoísmos, violencias, ansias de acumulación, intelectualismo, prejuicios sociales, etc. Debemos tener mente de niño. Debemos ser puros y sencillos. Debemos amar a la mujer intensamente, y alimentarnos diariamente con el pan de la meditación. Sólo así lograremos el despertar de la conciencia Crística. Sólo así nos convertiremos en Dioses.
CAPÍTULO IX EL PODER MÁGICO Yo he conocido hombres que hacían milagros y maravillas; esos hombres en su mayor parte eran analfabetos. Cuando yo conocía sus secretos, me asombraba al ver que todo su poder residía en oraciones sencillitas, aparentemente sin importancia. Sin embargo, esos hombres hacían milagros y maravillas que hombres de cuarenta y cincuenta años de estudios espiritualistas no eran capaces de realizar.
Todo el poder de esos hombres sencillos y analfabetos, estaba en la fe. Conocí un hombre que se transformaba el rostro y se hacía invisible. A ese hombre no le entraba la bala ni el cuchillo. Ese hombre tenía toda su fe en el Ángel Gabriel. El hombre me comunicó su secreto. La clave era muy sencilla. El hombre bendecía los cuatro puntos cardinales, y luego rezaba una oración del ángel Gabriel, que a la letra dice así: “Trece mil rayos tiene el Sol, trece mil rayos tiene la Luna, trece mil veces sean avergonzados los enemigos que tengo yo”. El hombre rogaba al ángel Gabriel, y el ángel lo hacía invisible o le transformaba el rostro, o lo protegía de la bala o del cuchillo.
El intelectual vive mariposeando de escuela en escuela, de secta en secta, de libro en libro, y entre tantas contradicciones y teorías, termina por perder la fe. Esa clase de gentes, después de cuarenta y cincuenta años de estudios espiritualistas son más desgraciados que cualquier analfabeta. La duda les destroza los poderes ocultos, y sus prácticas esotéricas fracasan rotundamente, porque les falta la fe. El CRISTO dijo: Tened fe como un grano de mostaza, y moveréis montañas. YO, AUN WEOR, BUDDHA - AVATARA de la Nueva Era de ACUARIO, declaro que la FE es el poder mágico más tremendo que existe en el Universo.
CAPÍTULO X SANTIDAD Sin Santidad no se consigue nada. Entre el incienso de la oración también se esconde el delito. Todas las escuelas espiritualistas están llenas de adulterios, fornicaciones, murmuraciones, envidias, difamaciones, etc. El orgullo se viste con la túnica de humildad, y entre el ropaje de la santidad el adulterio se viste de santo. Las peores maldades que yo he visto en la vida, las he visto en las escuelas espiritualistas.
Parece increíble, pero entre el óleo de la mirra y el incienso de la paz, también se esconde el delito. Los devotos esconden sus delitos entre el sigilo de sus templos. Los profanos tienen el mérito de no esconder el delito. Los devotos sonríen llenos de fraternidad y clavan el puñal de la traición en la espalda de su Hermano. .
El poder está en la Cruz ALQUIMIA
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