El cuerpo Causal
Hemos llegado con este capítulo, al mundo maravilloso de la Voluntad Consciente, a la región electrónica.
Allá abajo, en el mundo molecular al otro lado del mal río, existe un lugar triste, no por los martirios, sino por las tinieblas, donde en vez de lamentos como gritos, sólo se escuchan tristes suspiros.
Allí en ese limbo del mundo molecular, vive Virgilio el poeta de Mantua, maestro del Dante, allí residen todos esos inocentes, párvulos del seudoesoterismo y del seudoocultismo que no fueron lavados del pecado original, que creyeron que podrían autorealizarse a fondo sin necesidad de trabajar con el Maithuna, en la Novena Esfera, que cometieron el error de no vestirse con las tres virtudes santas (los tres Cuerpos Solares: Astral Mental y Causal).
Las gentes creen que tienen Voluntad Consciente, cuando en realidad sólo tienen deseos que concentrados en tal o cual dirección, son dominados falsamente como fuerza de voluntad, cuando en realidad sólo es fuerza del deseo, las gentes comunes no tienen Voluntad Consciente, tienen voluntades egoicas, tantas como egos, yoes psicológicos, etc.
Necesitamos adquirir el Cuerpo de la Voluntad Consciente, conocido en la literatura ocultista como Cuerpo Causal. Realmente sólo es posible adquirir dicho cuerpo con el Maithuna, la Magia Sexual, el arcano A.Z.F.
El Fakir logra el dominio de su cuerpo físico y vigoriza su fuerza de voluntad en forma realmente terrible, todo el camino del Fakir es muy difícil, consiste en múltiples prácticas físicas increíblemente difíciles. Cualquier Fakir es muy capaz de tenerse quieto en cualquier posición durante horas, meses o años, o se sienta sobre un hormiguero bajo un árbol, o bajo los inclementes rayos del sol tropical, cualquier Fakir es muy capaz de sentarse con los brazos abiertos en forma de cruz sobre una piedra desnuda bajo el sol, o entre espinas y abrojos durante días, meses o años.
Por medio de todas estas torturas físicas el Fakir desarrolla el poder de la voluntad en forma realmente terrible, pero no logra fabricar el Cuerpo de la Voluntad Consciente o Cuerpo Causal, porque ese es un problema ciento por ciento sexual. Si el Cuerpo de la Voluntad Consciente pudiera fabricarse con las torturas físicas del Fakir, entonces de acuerdo con la ley de correspondencias y analogías y en obediencia a la máxima hermética: tal como es arriba es abajo, tendríamos que decir también que el cuerpo físico, de carne y hueso puede fabricarse con tales prácticas y en consecuencia el acto sexual del padre y la madre saldrían sobrando. Afirmar semejante absurdo, sería de hecho la consecuencia lamentable de una idea equivocada.
El monje, logra el completo control de sus emociones, pero no consigue el Cuerpo de la Voluntad Consciente o Cuerpo Causal. El yogui, logra el control total de su mente, pero tampoco logra adquirir el Cuerpo de la Voluntad Consciente. Fakires, monjes y yoguis, tienen que resolverse a trabajar tarde o temprano con los hidrógenos con el propósito de adquirir realmente el Cuerpo de la Voluntad Consciente. Solo quien ya tiene el Cuerpo de la Voluntad Consciente o Cuerpo Causal posee realmente eso que se llama voluntad verdadera. Quien posee este cuerpo ya no es víctima de las circunstancias; es capaz, muy capaz de determinar las circunstancias, ya estas no lo determinan a él.
Poseer un Cuerpo Causal, un Cuerpo de la Voluntad Consciente equivale a convertirse en Mahatma, en adepto de la Logia Blanca. Es urgente saber, es necesario comprender que el Cuerpo Causal es un organismo inefable y que se alimenta con el hidrógeno, necesario para su nutrición y crecimiento. Los clarividentes inexpertos confunden a los cuerpos lunares con los Cuerpos Solares y hasta caen en el error de creer que la pobre bestia intelectual llamada equivocadamente Hombre, tiene ya una constitución septenaria perfecta. Resulta lamentable que dichos clarividentes confundan al “Budhata” depositada entre los cuerpos protoplasmáticos lunares, con el auténtico y legítimo Cuerpo Causal Solar. el “Budhata”, la Esencia, es tan sólo una fracción del Alma Humana en nosotros; resulta por tanto absurdo confundirlo con el Cuerpo Causal.
Dicen las tradiciones nawalt, que los Dioses hicieron a los hombres de madera y que después los fusionaron con lo divinal, también afirman en forma enfática esos viejos códices mexicanos que no todos los hombres logran fusionarse con la Divinidad, es pues urgente entender que para ser Hombres verdaderos hay que haberse creado los Cuerpos Existenciales del Ser, mas en realidad eso no es todo, aquellos que no se fusionen con su propio Logoi Intimo, con su propia divinidad interior, fracasarán, tendrán que involucionar en los mundos sumergidos hasta la muerte segunda para recomenzar una nueva jornada evolutiva.
Así pues, que no basta crear Hombres, es necesario que estos se integren en lo divinal y eso es lo importante. Cuando un Hombre no se fusiona con la divinidad, se convierte en Hanasmussen con doble centro de gravedad y estos Hanasmussen tienen que entrar en las involuciones sumergidas inevitablemente. Existen cuatro clases de Hanasmussen a saber: Primera: La de aquellos que solamente poseen cuerpo físico, son gentes dedicadas al mal. El Ego de ellas elabora cierta sustancia que los hace Hanasmussen, por lo común son hechiceros y no son inmortales, como quiera que no poseen los Cuerpos Existenciales del Ser, después de la muerte en ellos se pierde lo que haya de Hanasmussen.
Quienes no han creado siquiera un Cuerpo Astral, después de la muerte no son más que un montón de diablos, un montón de yoes que funcionan por aquí y por allá, funcionan libremente, se mueven en todas las direcciones, no tienen verdadera realidad, son personas que no han logrado la inmortalidad. Cuando retornan esos egos se forman una nueva personalidad para existir. Claro, que tal clase de sujeto, en vida acumula un algo fatal, peligroso en su parte. Esto es, las mismas actividades del Ego en su psiquis. A la hora de la muerte, lo único que revive ahí es un montón de diablos que no tienen ningún valor, es basura.
Segunda: Quienes poseen Cuerpo Astral, son distintos, sin embargo a pesar de haber logrado la inmortalidad, se dedican a la magia negra, así se desvían, se convierten también en Hanasmussen de segunda clase. Esta clase de Hanasmussen si en nuevas existencias no elimina lo que de Hanasmussen tiene, ciertas sustancias tenebrosas, un algo fatal, entonces tendrán que retornar en organismos animales e involucionar con cuerpos de animales, hasta que eliminen lo que tienen de Hanasmussen.
Tercera: Esta clase de Hanasmussen está formada por aquellos que crearon todos los Cuerpos Existenciales Superiores del Ser, por Hombres verdaderos en el sentido más completo de la palabra, pero que no disolvieron el Ego y que se marcharon por la senda de las tinieblas, tales Hanasmussen si no eliminan ese algo fatal del Hanasmussen, tendrán que involucionar dentro de las entrañas de la tierra, dentro de los mundos infiernos hasta la muerte segunda.
Prácticamente son casos perdidos, abortos de la Naturaleza Cósmica. Cuarta: la de los Bodhisatvas caídos, esta clase de Hanasmussen, está formada por aquellos que alcanzaron los estados de Ángeles, Arcángeles, Principados, Potestades, Virtudes, Tronos, Querubines, Serafines, etc., y mucho más, si no eliminan lo que de Hanasmussen tienen, ese hálito fatal formado por la magia negra o por la hechicería, tendrán que involucionar también entre las entrañas de la tierra hasta la muerte segunda, he ahí los Ángeles, Arcángeles, Principados, etc., de que nos habla el Dante en la Divina Comedia.
Ejemplos concretos de esta última clase de Hanasmussen, los tenemos en los siguientes personajes, Andramelek, Moloch, Nahemah, Lilith etc., tales criaturas llegaron a estados angélicos superiores, Moloch por ejemplo fue un Trono y ahora es un habitante de los mundos infiernos, es un Hanasmussen en el sentido más completo de la palabra, pertenece a la cuarta clase de Hanasmussen. Así pues que un Hanasmussen no es más que un fracaso de la Madre Cósmica, un aborto de la Madre Divina.
Quienes estén fabricando los Cuerpos Existenciales Superiores del Ser, si no quieren convertirse en Hanasmussen tendrán que luchar mucho contra sí mismos. Eliminar los elementos inhumanos que cargan en su interior. Es decir, desintegrar el “yo” de la Psicología, reducir a polvareda cósmica a todos esos elementos que constituyen el Ego, el mi mismo, solo así podrán salvarse del peligro de convertirse en Hanasmussen con doble centro de gravedad.
Ante todo se hace necesario comprender que hay algo en nosotros que está más allá de lo meramente físico. Tenemos un cuerpo de carne y hueso, eso es obvio, y cualquiera acepta esa realidad, pero muy pocos comprenden que tenemos una psicología, susceptible de modificación; hay necesidad de comprenderla, si es que en realidad de verdad deseamos transformarnos. Quienes aceptan que tienen una psicología, de hecho comienzan a auto-observarse; cuando alguien se auto-observa, es señal de que intenta transformarse (nosotros necesitamos transformarnos).
La vida, así como está, en realidad de verdad no es muy atractiva. Nacer, crecer, envejecer y morir, se vuelve demasiado aburrido; trabajar para existir y existir en una forma miserable, no tiene caso, y no solamente existen en forma miserable las gentes que tienen dinero, sino también las gentes que no lo tienen. Hay dos formas de revolcarse entre el lodo: algunos se revuelcan entre el lodo de la miseria y otros se revuelcan entre el lodo de la riqueza (¡todo eso es desolador!). Así que, vivir así, por vivir, existir así, por qué sí, sin saber por qué ni para qué, es algo que no tiene la menor importancia.
¿Qué es lo que somos, con qué objeto existimos, para qué vivimos? ¡Tantos afanes!, ¿y al fin qué? Cada uno de nosotros es simplemente una máquina encargada de transformar energías... Sucede que las energías de los siete planetas, las energías planetarias de nuestro Sistema Solar, no pueden pasar "así porque sí" al interior de la Tierra, debido al hecho mismo de que nuestro planeta es diferente, es un mundo gobernado por 48 leyes, un mundo completamente distinto a los otros mundos del Sistema Solar. Miradas las cosas desde este punto, es claro que necesita, ese Sistema Solar en general, de canales para que la Energía Cósmica o Universal pueda pasar directamente al interior del organismo planetario.
Y no se trata de que pase únicamente, se necesita que se transforme mediante los mismos canales; sólo una energía transformada, y adaptada pues al organismo del planeta Tierra, podría ser útil al mismo. Téngase en cuenta que la Tierra es un organismo vivo, que necesita existir, que tiene necesidad de las energías de la existencia, de las energías cósmicas para poder vivir. Así como nosotros tenemos la necesidad de obtener energías para existir, así la Tierra necesita de la energía para existir y vivir.
Pero las energías que recibe la Tierra para que pueda existir, vienen de los otros planetas del Sistema Solar... Repito: pero como nuestra Tierra es tan distinta a los otros planetas, se necesita que esa energía se transforme para que pueda alimentar al planeta Tierra, y no podría transformarse si no existieran canales por donde esa energía pasase... Afortunadamente esos canales existen (los hizo el Sol); están constituidos por la Vida Orgánica, que como una fina película el Logos ha establecido en la costra terrestre. Así, pues, la delgada película de la Vida Orgánica: vegetal, animal, y humana, es necesaria para que las energías puedan transformarse y pasar al interior de la Tierra.
Sólo así puede existir la Tierra; de lo contrario no podría existir como organismo vivo. Nosotros, los seres humanos, somos simples máquinas por donde la energía cósmica debe pasar; cada uno de nosotros recibe ciertas cargas de electricidad y de magnetismo que luego transforma inconscientemente, y retransmite automáticamente al interior mismo de la Tierra (para eso existimos)...
¡Y tantas amarguras para que la Tierra exista, para que esta mole planetaria gire alrededor del Sol!. ¡Y nosotros que nos creemos tan grandes, y realmente no somos más que simples maquinitas transformadoras de energías!. Y el motivo de nuestra existencia es ese para que esta enorme mole planetaria exista, debemos continuar nosotros con nuestras viditas. ¡Infelices días ante nosotros trabajar para comer, para poder vivir, existir para la economía de la naturaleza... A ella no le importa qué ideas tengamos, qué creencias; a ella lo único que le interesa es recibir el alimento correspondiente, el alimento energético que debe pasar por nuestro cuerpo, ¡eso es todo...!.
Y nosotros, ¿cómo vivimos?. Riñendo en casa, o en las calles, o en los campos de batalla; sufriendo bajo el tacón de un tirano el de la fábrica, o posiblemente el de la oficina; pagando una renta para que no nos pongan de patitas en la calle, etc., y todo, absolutamente todo para que esta mole pueda existir, para que este planeta pueda formar parte del concierto de los mundos, para que pueda palpitar y tener existencia... Cuantas madres que sufren, cuantas adolecen o les falta el alimento; hay unas que ni siquiera tienen la leche para sus criaturas!. ¿Cuántos ancianos con sus consabidas experiencias, cuántos niños que comienzan a recibir regaños?. En fin, todo para que una mole planetaria exista.
Es un poco duro esto, un poco cruel, diría yo, despiadado... Y eso somos, nada más que eso; si tan siquiera fuéramos seres humanos, algo seríamos, pero ni eso. Unos pobres humanoides intelectuales, cargando la pena de vivir: ¡eso es lo que somos! Parecería muy pesimista, por aquello de que hay contrastes. Nos acordamos de las famosas pachangas, reímos ante la copa, etc., y nos parece que la vida tiene sus momentos felices, y es que no sabemos nosotros entender lo que es felicidad, confundimos a los instantes de placer con la auténtica y legítima felicidad; obviamente, marchamos por caminos equivocados...
¿Y qué queda después del hastío del placer?. Únicamente desengaños, ¡la decepción...!. ¿Cuántas veces se casa un hombre que cree que adora a una mujer, y una mujer que cree que ama a un hombre? se casan, mas en realidad de verdad estaban auto-fascinados, no se amaban; creían que se amaban, mas no se amaban (ellos PENSABAN que se amaban). Lo que sucede es que confunden el amor con la pasión; satisfecha la pasión meramente animal, lo único que queda en la pareja que tanto se adoraba, es el asco, el hastío, la decepción, y eso es todo. De ahí para adelante, todo es rutinario, sólo se habla de cuentas del banco, de la renta, de la ropa que está sucia y que hay que lavarla, que necesitamos que el desayuno llegue a tiempo, para salir al trabajo...
De cuando en cuando salir por ahí, a dar un paseo, para buscar un escape al aburrimiento, o a una pachanga que termine en una tremenda cruda (borrachera). Y así va pasando la vida, hasta que llegamos a viejos, y ya viejos nos sentimos veteranos, nos gusta que nos llamen nuestros nietos, que nos digan abuelo para narrarles nuestras tristes historias, de las que nos sentimos orgullosos esto ya es corriente en la vida.
En mis tiempos, el Presidente don fulano de tal hizo tal, y tal, y tal obra; para contarles alguna cruenta lucha fratricida en la que tomamos parte, posiblemente documentada con nuestras heridas de guerra, de las que bien podemos sentirnos orgullosos... ¡Puras tristezas!: que murió nuestro hermano tal, que nuestro primo perdió su fortuna, o de que los tiempos aquellos eran mejores, etc. Al fin llega la muerte... Vida infeliz si para eso trabajamos tanto, si para eso sufrimos tanto.
Afortunadamente, en el Logos hay algo más, el Sol es compasivo, pues si bien es cierto que nos tiene convertidos en puras maquinitas, sirviendo a su Naturaleza, a la Naturaleza que Él creó, no es menos cierto que tiene un interés, creador también. Él no va a crear una Naturaleza, Él no va a crear una vida orgánica a costa de un mundo encargado de dar vueltas alrededor del Sol así porque sí, como para vacilar, o por diversión, sin un propósito definido. No tendría caso haber creado este planeta para nada; tiene que haberlo creado para algo, pues crear para nada sería, dijéramos, la tontería de las tonterías.
Yo creo que ni ustedes lo harían; ustedes no se pondrían a hacer algún aparato ahí, y hasta sufrir por el tal aparato, exponiendo la existencia para nada, para luego destruirlo; yo creo que tiene un objetivo esta creación. Él cobra un precio, sí, y lo exige de verdad, por haber creado la delgada película de la existencia orgánica sobre la faz del mundo; Él quiere sacar algo de ahí, tiene un interés, y tiene razón además: Él quiere sacar una COSECHA DE HOMBRES SOLARES.. La idea no está mala, pero sí difícil. Se trata de un ensayo (muy espantoso por cierto, y bastante trabajoso) en el tubo de ensayos de la Naturaleza. Eso es lo que Él quiere: CREAR HOMBRES SOLARES...
Me viene a la memoria, en estos momentos, Diógenes con su Linterna. Él anduvo, un día, por las calles de Atenas con una Lámpara encendida, buscando a un Hombre y no lo halló. Y llegaba a las casas de los sabios con la Linterna, se paseaba por las habitaciones con su Lámpara, buscando en los rincones, en los patios y en los corredores... "¿Qué buscas Diógenes"?. "¡UN HOMBRE...!". "¡Pero si las calles están llenas de hombres, las plazas públicas están llenas de hombres!". "¡Esos no son Hombres, respondía, son bestias: comen, duermen y viven como las bestias...!.
Y visitó las casas de los científicos, y de los artistas, y por dondequiera hacia lo mismo... Es obvio que los enemigos aumentaban, a medida que visitaba casas y más casas; todos se sentían manifiestamente ofendidos por Diógenes... Y tenía razón: ¡NO LO HALLÓ!. Muchos han querido creer que sí lo halló en algunas partes; los partidarios de MARAT pensaban que sí lo había encontrado en una cueva, y que es MARAT... ¡Tonterías!, la verdad fue que no lo halló. Si MARAT fue un Hombre, ¡allá MARAT!, pero hallar un Hombre de verdad en todas partes, es difícil...
¡No lo halló...!. Vivía Diógenes entre un tonel; ahí comía y ahí existía, ni siquiera tenía casa; vivía entre un tonel, es decir, lo que diríamos nosotros, pues, un recipiente, un barril... Lo interesante de Diógenes fue que a tiempo de morir, le visitaba entonces nada menos que Alejandro el Magno, aquel que logró colocar a toda Europa y a toda Asia bajo su cetro. Se dio el lujo de correrlo; un hombre sencillo como Diógenes, viviendo entre un tonel, y se dio el lujo de correr a Alejandro Magno... Dice en su agonía: ¡Alejandro, retírate y déjame a solas con mi Sol (es decir, con su Dios Interno) y a Alejandro no le quedó más remedio que irse. Es decir, lo puso de patitas en la calle.... ¿Un humilde Hombre como Diógenes, poniendo de patitas en la calle a Alejandro El Magno? Ese es un lujo que todos no se pueden dar, ¿verdad?
Bien, continuando hacia adelante, llegamos a la conclusión de que Hombres auténticos, en el sentido más completo de la palabra, es muy difícil encontrar, muy trabajoso. Afortunadamente el Sol ha depositado pues, en las glándulas sexuales, los GÉRMENES PARA EL HOMBRE. Podrían desarrollarse tales gérmenes si cooperáramos con el Sol; entonces dejaríamos de ser simplemente máquinas parlantes, como actualmente somos, y nos convertiríamos de verdad en Hombres, en reyes de la creación.
Pero decir que esta Humanidad está compuesta por Hombres, es exagerar la nota; porque yo entiendo que el Hombre es el amo, el señor, el rey (así lo dice la Biblia), el rey de la creación, creado para gobernar a todas las especies animales y vegetales, para gobernar el mar, para gobernar el aire, el fuego, y si no es rey, no es Hombre...
¿Cuál de ustedes puede gobernar los elementos? ¿Cuál de ustedes es capaz de desatar las tempestades? ¿Cuál de ustedes es capaz de destruir un incendio? ¿Cuál de ustedes es capaz de poner en actividad los volcanes de la Tierra, o hacer estremecer el mundo, desatar un terremoto o destruirlo? Si no somos amos de la creación, entonces no somos Hombres, porque está escrito en la Biblia que el Hombre es el rey de la creación.
Así, somos reyes o no somos; si somos víctimas de las circunstancias, si un terremoto acaba con 7.000 personas, como sucedió ahora en Europa, el 7 del presente mes, ¿en qué quedamos: víctimas de las circunstancias? ¿Dónde están los Hombres? Si pueden aplastarnos los elementos en la misma forma en que nosotros aplastamos con el pie un hormiguero, ¿entonces dónde está la característica de Hombres que decimos que somos?
Realmente, por mucho que presumamos de tales, en el fondo no somos más que simples animales intelectuales condenados a la pena de vivir. Pero hay más gérmenes, sí, en nuestras glándulas, gérmenes que podrían transformarnos en Hombres. Esos gérmenes deben desarrollarse en nosotros, y pueden desarrollarse si cooperamos con el Sol y sus IDEAS SOLARES. Para eso Él ha creado esta Raza, entre otras cosas; no solamente para que sirva a la economía de la Naturaleza, sino con el propósito bien definido de sacar una COSECHA DE HOMBRES SOLARES...
En tiempos de Abraham El Profeta, pudo el Sol sacar una cosecha hermosa de Hombres Solares; durante los 8 primeros siglos del cristianismo se logró otra pequeña cosecha; en la Edad Media unos pocos, y actualmente se está haciendo el último esfuerzo, pues como quiera que esta Humanidad perversa del siglo veinte se ha vuelto enemiga de las IDEAS SOLARES, terriblemente materialista, mecanicista y lunar en un ciento por ciento, el Sol hace el último de sus esfuerzos, trata de sacar ya, de perdida, una cosecha pequeña de Hombres Solares. Luego, sacada la cosecha, destruirá la Raza porque ya no le sirve para su experimento... ¿Para qué sirve esta Raza ya?
Ya no tiene caso que exista, ya no le sirve a sus experimentos: gentes que ya no tienen ningún interés en las IDEAS SOLARES, que solamente piensan en las cuentas del banco, en los flamantes automóviles, en las actrices de Hollywood; gentes que solamente quieren satisfacciones pasionarias sexuales, drogas, etc., no sirven, ciertamente, para los experimentos del Sol; gentes así deben de ser destruidas, y eso es lo que va a hacer el Sol: destruir a estas gentes, y creará una nueva Raza, en continentes nuevos que surgirán del fondo del mar...
Los actuales continentes, antes de poco, estarán en el fondo de los océanos; los Palacios del Gobierno, las Casas Municipales, las ricas mansiones, servirán de guarida a los peces y focas, ¡esa es la realidad!.
Tierras nuevas habrán de surgir del Océano, donde incuestionablemente habrá gente nueva, una Raza especial, distinta, que pueda servir para el experimento solar. ¡Esa es la realidad de los hechos!, y hablo en tiempos angustiosos, en tiempos en que las gentes ya no creen en el fin del mundo, en tiempos en que las gentes sólo dicen: comamos y bebamos, porque mañana moriremos; en tiempos en que las gentes solamente se preocupan por las cuentas del banco, por el qué dirán, por el dicen que se dice, por la última moda, por la droga o por la lujuria.. Hablo pues esto con un sólo propósito: de invitarles a la reflexión...
¿Es posible desarrollar los gérmenes solares? Sí, allí están, para que el Hombre nazca en nosotros, en la misma forma en que la mariposa nace dentro de la crisálida. Mas ante todo se necesita de la DISPONIBILIDAD AL HOMBRE; si no existe la DISPONIBILIDAD AL HOMBRE, no puede nacer el Hombre dentro de nosotros... Allí están los gérmenes, pero pueden perderse, y lo normal es que se pierdan (son gérmenes muy difíciles de desarrollo). Necesitamos que esos gérmenes se desenvuelvan, y sólo podrían desenvolverse tales gérmenes, sólo podrían tales gérmenes, si nosotros cooperáramos con el Sol...
Añadir un comentario