Invocación a Andrameleck

Continuando nuestras investigaciones de Alta Teurgia, vamos a estudiar la Cuarta Invocación de la "CONJURACIÓN DE LOS SIETE" esta Invocación es la siguiente: 

¡Por Samael Sabaoth y en nombre de Elohim Gibor, aléjate Andramelek! ¿Quién sería Andramelek? ¿Quién Elohim Gibor? ¿Por que figuran estos genios en esta Cuarta Plegaria del Rey Salomón?

Todos estos enigmas nos tenían inquietos. Sólo por medio de la Alta Teurgia se puede hacer esta clase de Investigaciones.

Samael es el Genio de Marte. ¿Pero quién sería Elohim Gibor y quién Andramelek? Una noche, nos salimos en cuerpo astral. Entramos a una caverna subterránea.

Entonces allí, haciendo uso de la Gran Llamada de Pedro de Apono, invocamos a Andramelek.

Largo tiempo permanecimos entre aquella caverna subterránea de la Tierra invocando a Andramelek.

Al fin, en la mitad de la caverna apareció un extraño personaje negro como el carbón. Un personaje gigantesco, tenebroso y horrible. Extendiendo nosotros la mano derecha hacia aquel monstruo horrible, dijimos:

¡En nombre de Júpiter, el Padre de los Dioses, yo te conjuro, Andramelek! ¡TE VIGOS CO SLIM! El resultado fue formidable. Aquel demonio, herido de muerte por el rayo terrible de la Justicia Divina, quedó bajo nuestro dominio.

Entonces fue cuando Andramelek habló y dijo: No sabía que eras tú quien me llamaba! ¡Si lo hubiera sabido, ya hubiera venido antes!... ¿Qué es lo que yo no puedo hacer por ti?

Estas palabras de Andramelek parecían salir de entre las cavernas profundas de la Tierra toda. ¡Parecía como si esa voz terrible y poderosa brotase de entre las mismas entrañas íntimas de la Tierra! Entonces nosotros hablamos valerosamente a Andramelek, diciéndole: ¡Dame la mano, Andramelek! El tenebroso personaje se acercó a nosotros y nos dio la mano.

El que esto escribe regresó a su cuerpo físico. Entonces aquel demonio, con su túnica roja de sangre, pasando por sobre el techo de su habitación; exclamó diciendo: ¡Me tuviste miedo!... ¡Me tuviste miedo!... Yo conteste: ¡Yo a ti no te tengo miedo, Andramelek!...

Regresé a mi cuerpo: ¡eso es todo! Otra noche, un grupo de hermanos, en nuestro cuerpo astral, nos reunimos en un Templo para continuar nuestras investigaciones en relación con ese misterioso personaje, Andramelek, mencionado por el Sabio Salomón en la CONJURACIÓN DE LOS SIETE.

Todos los hermanos hicimos una gran Cadena para invocar a Andramelek. Utilizamos la Fórmula de Pedro de Apono. Después de un rato de invocaciones, escuchamos allá, a lo lejos, la respuesta de Andramelek. ¡Un Viento extraño que helaba profundamente!... ¡Un Huracán llegaba hasta nosotros!. El personaje aquél modulaba la vocal M. Daba a aquella letra una entonación especial con tonos bajos y altos...

Los hermanos permanecían firmes, en la Cadena. De pronto, uno de los hermanos que dirigía la Cadena exclamó con gran voz diciendo: ¡Hermanos, no suelten la Cadena! ¡Permanezcan firmes!... ¡Ya viene Andramelek!...

Algunos instantes después, un Gigante apareció en el umbral de la puerta. Ese Gigante tendría unos tres o cuatro metros de estatura. Aquel extraño personaje vestía túnica negra. Una franja blanca caía oblicuamente del hombro derecho hasta el muslo izquierdo, pasando por el frente y por la espalda. Tenía un Medallón sobre el pecho. Llevaba en su mano derecha un cetro de mando. Aquel personaje era de amplia frente; ojos grandes y azules, donde se reflejaba el cielo estrellado. Su nariz, recta. Labios, finos y delicados. Manos blancas, con dedos cónicos. ¡Manos alargadas de forma mística!, como las manos de un Jesús de Nazareth, o de un Francisco de Asís...

El hermano que dirigía la Cadena, soltándose de ella, salió al encuentro de Andramelek para abrazarle y saludarle. Luego, volviéndose hacia los hermanos de la Cadena, les dijo:

¡Hermanos, aquí les presento a mi amigo Andramelek! Todos los hermanos estaban temblorosos. Uno de ellos, no pudiendo resistir la terrible fuerza eléctrica qué irradiaban los ojos de Andramelek, se retiró precipitadamente. ¡Huyó despavorido! Aquel Gigante maravilloso, lleno de gran decencia y con ademanes finos y delicados, extendió su mano para saludar cortésmente a todos y cada uno de los Hermanos. Luego, se dirigió hacia un escritorio, y se sentó allí, ante el escritorio. ¡Era algo interesante contemplar a aquel extraño Gigante poseedor de tanta cortesía, de tanta decencia y tanta armonía!.

Lo que sí causaba pesar, era ver tras de aquel maravilloso Gigante, la profundidad, más bien como el recuerdo de una sombra fatal. Empero, el cetro que aquel Gigante portaba, el Medallón sobre el pecho, y todos sus ademanes, eran realmente de la Logia Blanca. Ya sentado en el escritorio, Andramelek llamó al hermano que dirigía la Cadena y le aconsejó con las siguientes palabras:

Trate usted, hermano..., de colocarse en un ambiente lo mejor posible. ¡Vístase decorosamente! ¡Comprenda usted que nosotros somos Ángeles y que por lo tanto, tenemos pleno derecho a vivir bien!.

El hermano interlocutor, pidió un permiso a Andramelek, diciéndole: Maestro, le pidió un permiso; mientras, voy a buscar al hermano C. (El hermano que se había retirado, antes de la sala). Fue entonces cuando el hermano que dirigía la Cadena, anduvo en cuerpo astral por todos los países de la Tierra, buscando al hermano que había huido. Quería que ese hermano platicara con Andramelek. ¡Todo fue inútil!.

La búsqueda resultó infructuosa... ¡Por ninguna parte se pudo localizar al hermano C... ¿Qué se habría hecho? ¿Para dónde se habría ido? ¡Enigmas! ¡Enigmas!... El hermano director de la Cadena regresó nuevamente al recinto donde estaba Andramelek. Empero ya no le Fue posible platicar con el Gigante maravilloso, porque muchas personas, en su cuerpo astral lo estaban consultando. Entonces el hermano director de la Cadena, regresó a su cuerpo físico.

Ya entre su cuerpo, aquél hermano se levantó muy de mañana, tomó su desayuno y salió a la calle... ¿A dónde se dirigía?. Pues si no lo sabéis querido lector, sabedlo ahora. El director de la Cadena se fue en busca del hermano C. Aquel hermano era un viejo comerciante y seria muy fácil al director de la Cadena localizarlo en su almacén. Ciertamente, ¡allí lo encontró! El hermano C. estaba atareado en el comercio de su almacén. El director de la Cadena después de saludar cortésmente a su amigo C., lo interrogó diciéndole:

¡Bueno hermano!... ¿Dígame usted porqué huyó de la vista de Andramelek? Entonces el hermano C. contestó diciendo: ¡Realmente, yo no pude resistir la vista de Andramelek! ¡Me miró con fuerza eléctrica terrible! ¡Yo no aguanté! ¡Me dió miedo y salí corriendo!... Fue entonces cuando el director de la Cadena le dijo al hermano C.: ¡Hombre, yo lo estuve buscando a usted en cuerpo astral por todas partes y no lo hallé! El hermano C. respondió: No me halló usted..., ¡porque yo me regresé a mi cuerpo!

Todo aquel domingo, los dos hombres estuvieron comentando el asunto de Andramelek. Aquél Gigante era un enigma para los dos investigadores. ¿Sería Andramelek un Mago Negro? ¿Sería Andramelek un Mago Blanco?... ¡Enigmas! ¡Enigmas! ¡Enigmas!... ¡Realmente todo aquello era enigmático!. Los dos hombres se propusieron, cada uno por su cuenta, investigar a Andramelek. Después de algún tiempo, llegaron a la siguiente conclusión:

El Espíritu que concurrió a la Cadena, realmente es el Maestro Andramelek. ¡Un Maestro de la Logia Blanca! ¡Un Maestro de Misterios mayores!... ¡Sucedió que ese Maestro, envió su Bodhisattva ALMA HUMANA, a la reencarnación.

Recordar que un Alma se tiene. ¡Un Espíritu se es! Y aquel Bodhisattva se reencarnó en China. ¡Desgraciadamente ese Bodhisattva se dejó caer!

He ahí el misterio de la Doble Personalidad humana. ¡Uno de los misterios más grandes del ocultismo!.

Los Bodhisattvas se caen... ¡Por el Sexo! ¡Fornican! Eyaculan el licor seminal y entonces, la Serpiente Ígnea de los mágicos poderes, el KUNDALINI, desciende hacia los Infiernos Atómicos del hombre. ¡Así se caen los Bodhisattvas!. ¡Empero, el Maestro, es decir, el ÍNTIMO, el Espíritu, no puede caerse jamás!...

¡Se cayó el Bodhisattva del Maestro Andramelek! Lo peor del caso fue que ese Bodhisattva se dedicó a la Magia Negra. El resultado de todo esto fue que el Maestro recogió su Alma Voluntad, Alma Humana, Quinto Principió del Hombre, Cuerpo Causal o Manas Superior de la Teosofía. Entonces, sólo quedó viviendo, en la China, el Cuaternario Inferior compuesto por los vehículos Físico, Etérico, Astral y Mental.

Ese Cuaternario Inferior es, de hecho, un hombre desalmado. ¡Una corteza Cabalística! ¡Una morada vacía donde ya no vive el Alma, donde ya no habita el Principio Inmortal de todo hombre!. Esas cortezas Kabalísticas son moradas del Yo Psicológico.

Realmente... ¡Eso son los Demonios!. Así, pues, ¡ese hombre se transformó en un Demonio! Cuando el investigador invoca a Andramelek en el astral, puede presentarse Andramelek el Demonio o Andramelek el Gran Maestro Espiritual.

Mucho más tarde, los investigadores invocamos a Andramelek y a Elohim Gibor. Tanto Andramelek como Elohim Gibor concurrieron al llamado. ¡Entonces vimos a las dos Antítesis frente a frente!. Elohim Gibor es la Antítesis del Tenebroso Andramelek. Elohim Gibor es todo un Arcángel del Rayo de Marte. Lleva la Espada Flamígera al cinto y es un Varón terriblemente divino.

Cuando Andramelek nos atacó, pudimos fácilmente vencerlo. Luego, acostándose en lecho de dolor, nos dijo que en la China él usaba una ampolla llamada KINOCAPOL, con la cual despertaba la Clarividencia a sus discípulos instantáneamente. El demonio Andramelek es un comerciante en la China. Vive económicamente bien. Ese personaje de las Tinieblas... Mora en el Abismo.

Un amigo nuestro, después de oír este relato, nos preguntó lo siguiente: ¿Luego entonces Andramelek... Ya no tiene Íntimo? ¿Cuándo desencarne sólo ascenderá al Plano Causal? ¿En nueva reencarnación, tendrá cuerpo? Nosotros hubimos de responderle al amigo lo siguiente: ¡Andramelek... Ya no tiene cuerpo!. Precisamente el Gigante que concurrió a la Cadena ¡es el Íntimo de Andramelek!. Ese Íntimo...

¡Ya no tiene ninguna relación con el hombre tenebroso que vive en la China!... Cuando desencarne el hombre Andramelek, el monstruo-desalmado, entonces no podrá subir al Plano Causal ni a los Mundos Superiores, porque es un Desalmado, es una Corteza Cabalística, una casa vacía... ¡No tiene Alma ni Espíritu!. Esas cortezas Kabalísticas se hunden en los Infiernos Atómicos de la Naturaleza, a través de los siglos: ¡Poco a poco van degenerando y perdiendo fuerza!. Después...

Toman las figuras de horribles animales del Abismo. Más tarde, las figuras de plantas y por último, de minerales que, en proceso de desintegración, estarán desprovistos de Inteligencia. ¡Al fin, se convierten en polvareda Cósmica!. Esa es la Muerte Segunda de que habla el Apocalipsis. Los fornicarios al fin y al cabo, tienen que pasar por la Muerte Segunda. Los fornicarios son gentes de la Magia Negra. Todo aquel que eyacule el Licor Seminal es FORNICARIO, y seguro candidato para el Abismo y la Muerte Segunda.

Andramelek, se volverá polvareda cósmica en el Abismo. La desintegración en el Abismo es muy lenta y horrible. Muchas veces esos Tenebrosos se sostienen durante eternidades, durante Días y Noches Cósmicas enteros. Pero poco a poco se van desintegrando y al fin, mueren. Andramelek no volverá a tener cuerpo. Es un Demonio terriblemente perverso. El Maestro Interno sufre horriblemente y ¡claro, Tendrá que pagar un gran Karma por haber creado a ese Demonio.

Nuestro interlocutor, entonces nos hizo esta otra pregunta: ¿Es culpable el Íntimo de las malas obras de Andramelek y del Karma que tiene que pagar?

Nosotros hubimos de responderle lo siguiente: ¡El Íntimo es un Cordero Inmolado y tendrá que pagar por esa ex-personalidad Tántrica. El Íntimo, el Maestro Interno, tendrá que reencarnar para pagar el Karma de su ex-personalidad. Ley es Ley. A ese Maestro le faltó fuerza para haber dominado a la tenebrosa personalidad humana. Cuando el Espíritu vence a la Materia, es un Victorioso. Eso es todo.

Samael Aun Weor

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