Iliaster
En nombre de la verdad he de decirles que a mí, como iniciado o bodhisattva, me tocó trabajar en pasados Mahâmanvantaras y conocía la antigua Tierra-Luna.
Entonces era aún aquél satélite un mundo como nuestro mundo; tenía rica vida mineral, vegetal, animal y humana; mares tempestuosos y volcanes en erupción, etc.
Todos los satélites de nuestro sistema solar formaron parte del pasado sistema solar que en esoterismo se denomina Cadena lunar.
Cualquier sistema solar nace, crece, envejece y muere. Así fue la Cadena lunar incluyendo a la Luna esta que no ilumina de noche y que era uno de los varios mundos de la Cadena lunar.
Al tiempo de actividad se le denomina, en esoterismo, Mahâmanvantara; a la noche cósmica se la llama Pralaya. Así, pues, la Luna tuvo vida y es la madre de la Tierra, esto hay que comprenderlo.
Cuando llegó la noche cósmica. la vida lunar se volcó en las dimensiones superiores de la naturaleza y el cosmos. La corteza geológica quedó abandonada, los mares se fueron poco a poco agotando, evaporando y los volcanes agotaron sus fuegos después de la 7ª gran raza.
La Luna tuvo 7 grandes razas pero al finalizar la 7ª gran raza la vida lunar toda se volcó en la cuarta dimensión, mucho más tarde en la quinta, posteriormente en la sexta y por último, en la séptima dimensión.
La corteza física, propiamente, quedó abandonada, convertida en un cadáver. En ese pasado sistema solar, cuyos únicos exponentes hoy en día son los satélites lunares de nuestro sistema actual, murió físicamente; pero continua existiendo desde el punto de vista de eso que se llama substancia, es decir, en última síntesis, quedó convertida en algo que podríamos denominar pro-materia, en algo que se llama iliaster.
¿Qué es iliaster? Diríamos el protilo para nuestra materia física; sin embargo, este término muy moderno tampoco nos satisface. Es substancia, es la Mûlaprakriti de los orientales, etc.
Parece increíble pero nuestro sistema solar podría reducirse, en útima síntesis, a una semilla, a iliaster y eso es todo. Tomemos un árbol. Un árbol se ha desenvuelto de un germen y el germen está en potencia en el tronco, las ramas, flores, hojas y frutos.
El iliaster es la semilla de cualquier sistema solar. Así, pues, la Cadena lunar quedó reducida a su iliaster; la materia quedó en potencia, quedó latente.
Olooesteknoniana es el tipo de visión que nos ha permitido investigar en Mûlaprakriti a mundos depositados entre el seno profundo de la inmanifestación aguardando a una nueva manifestación. ¡Cuán interesante es esto! Tengo que decir, en nombre de la verdad, que mediante este tipo de visión citado, tiene de naturaleza endotérica, se ha podido, pues, investigar a los mundos en su iliaster; están más allá del tiempo y también más allá de la eternidad, están depositados en el espacio profundo.
Bien, cuando se inició la aurora de la nueva creación, del nuevo Mahâmanvantara, es decir, del nuevo gran día en el que estamos actualmente, el Logos-Causa entró en actividad. El fue el que inició el torbellino eléctrico, el huracán eléctrico y fue, entonces la dualidad.
Sin embargo, el iliaster, en sí mismo, es dual y es monista; incluye a Purusha (también: Purucha) y a Prakriti, es decir, al Espíritu y a la substancia, por lo tanto es monista. Pero la electricidad del Logos-Causal, en la aurora de la creación, diferenció a ese iliaster y entonces surgió Ideos, es decir, el Caos, el misterium magnus limbus del macrocosmos y el limbus del microcosmos.
Así como del magnus limbus surge el universo, despierta a una nueva actividad, así también, de nuestro limbus microcosmico pueden surgir, si así se quiere, los cuerpos existenciales superiores del Ser.
Cuando surgió el limbus magnus, como resultado de la diferenciación iniciada por el Logos-Causa, de inmediato entró en actividad el Logos solar, el fuego, tenía que ser así. Los Elohim, desdoblándose, se convirtieron en Padre-Madre; en suprema unión creadora de Él y Ella, de Osiris-Isis surgió el Tercer Logos, el Kabir, el fuego que hizo a aquél magnus limbus donde estaba la semilla de este universo; allí estaba contenida en potencia la materia, ese es el auténtico prototipo original, esa es la pro-materia; estaba en potencia aguardando y el fuego fecundó al limbus magnus, entonces la vida lunar entró nuevamente en actividad; ese protilo surgió a la existencia.
Los mismos elementos, base fundamental de la existencia de las criaturas, fuego, aire, agua y tierra, indubitablemente, tienen a su protilo original, a su iliaster. Quien llegue a manejar al iliaster de los elementos, obviamente, se convierte en rey de los elementos de la naturaleza y del cosmos. Así surgieron los elementos.
El fuego, indubitablemente cristalizó en aire, el aire en agua y el agua en tierra; y vino a la existencia un nuevo mundo, un nuevo sistema solar que surgió del iliaster; una nueva Tierra hija de la Luna, hija del alma lunar, hija del Espíritu lunar, resultado de su protilo original o iliaster.
La Tierra en un principio fue meramente mental durante la primera ronda; astral durante la segunda ronda; etérica durante la tercera ronda y ahora, que estamos en la cuarta ronda, es física. En la quinta ronda volverá a ser etérica, en la sexta volverá a ser astral, en la séptima mental y por último, la vida regresará a su protilo original, a su iliaster, al germen de donde salió, a su semilla auténtica.
Así como en un grano, en un germen, por ejemplo, en el germen de un árbol está contenido en potencia todo el árbol. Así, en el germen del universo está contenido en potencia todo el universo. Vean ustedes como la variedad es la unidad. Dense cuenta ustedes cuan equivocados están muchos pseudo-esoterista y pseudo-ocultistas y científicos cuando pretenden que la Luna es un pedazo de Tierra disparado al espacio. Ese concepto es falso.
Hoy, ese cascarón grosero que ha quedado, el cadáver ese ya sin vida, muerto, gira alrededor de su hija, la Tierra; y la Tierra la sigue vampirizando, absorbiendo a todos sus elementos aunque ya no tiene qué absorber, ya le absorbió todo, la vampirizó. Así, pues, no es la Luna la que está vampirizando a la Tierra, es la Tierra la que ha vampirizado a la Luna.
Se equivocan los pseudo-esoterista y pseudo-ocultistas que pretenden que la Luna es un pedazo de Tierra disparada al espacio. En nombre de la verdad, tengo que dar testimonio que como bodhisattva viví en la antigua Tierra-Luna y conocí a sus 7 grandes razas y a sus poderosas civilizaciones.
Un día llegará en el que la pala de los astronautas, arqueólogos y geólogos dé el testimonio de que realmente la Luna es más antigua que la Tierra.
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