Iniciación
La Iniciación no se puede comprar con dinero ni remitir por correspondencia. La Iniciación no se compra ni se vende.
La Iniciación es tu misma vida, acompañada de las fiestas de los templos. Es necesario alejarnos de todos aquellos impostores que venden iniciaciones.
Es urgente retirarnos de todos aquellos que dan iniciaciones por correspondencia.
La Iniciación es algo muy íntimo, muy secreto, muy divino. Huya usted de todo aquel que diga: yo tengo tantas iniciaciones, tantos grados.
Aléjese usted de todo aquel que diga: yo soy un Maestro de Misterios Mayores; he recibido tantas iniciaciones. Recordad, buen lector, que el yo, que la personalidad, no recibe iniciaciones.
La Iniciación es cuestión del Íntimo. Asuntos de la Conciencia, cosas delicadísimas del Alma. Esas cosas no se andan diciendo. Ningún verdadero Adepto diría jamás frases como ésta: yo soy un Maestro de la Logia Blanca.
Yo tengo tal grado. Yo tengo tantas iniciaciones, yo tengo tales poderes. Etc., etc.
La Iniciación es una paciente labor. Es la consagración al culto de las Fuerzas Crísticas. Quien se inicia a tales Misterios, aprende a interpretar correctamente los símbolos Cristianos mencionados por las Sagradas Escrituras.
Esto quiere decir que ningún profano con su intelecto, por muy sabio que parezca, es capaz de hacerlo, así se halla quemado las pestañas estudiando durante toda su vida, a menos que se inicie en los Misterios Crísticos. Las facultades internas del ser humano despiertan basándose en disciplina.
SAN PABLO nos lo advierte en Corintios, 4.20: "PORQUE EL REINO DE LOS CIELOS NO CONSISTE EN PALABRAS (Intelectualismos, dialéctica), SINO EN VIRTUD" (pureza en pensamientos, palabras y obras). La Iniciación comienza por el SEXO que es lo mismo que nacer nuevamente. Ese es el Nacimiento Espiritual de que habló el Divino Maestro a Nicodemus, Príncipe de los Fariseos. (Véase todo el capítulo tres (3) del Evangelio según San Juan).
Advierte además el Evangelista que: "LO QUE ES NACIDO DE LA CARNE (Materia) CARNE ES, LO QUE ES NACIDO DEL ESPÍRITU (Fuego agua) ESPÍRITU ES". Capítulo 3-6 SAN JUAN. Nacer espiritualmente no significa creer en Dios, ni aceptar a Jesús como único Salvador ni simplemente arrepentirse y bautizarse en su nombre y se está salvo. Nacer espiritualmente es algo muy duro y difícil, es la labor de la transformación de lo grosero en sutil, de la materia en energía, conforme las divinas medidas trazadas por el Gran Arquitecto Universal.
Se trata pues de la renunciación del acto bestial, que debe ser reemplazada por un acto natural y divino, del cual debe emanar EL HIJO DEL HOMBRE, quedando vencida la bestia interna.
Esa labor es propia de valientes y no de cobardes y débiles, para éstos basta sus elucubraciones mentales y sus placeres sin frenos, el abismo les aguarda. El Reino de los Cielos se toma por asalto, y los valientes que lo toman son los Iniciados. "DESDE LOS DÍAS DE JUAN BAUTISTA HASTA AHORA, AL REINO DE LOS CIELOS SE HACE FUERZA, y LOS VALIENTES LO ARREBATAN " (Mateo, 11.12).
REGLAS PARA EL DESPERTAR DE LA CONSCIENCIA: Son precisamente las virtudes los requisitos esenciales para el DESPERTAR DE LA CONSCIENCIA. Ella despierta a base de Purificación, Santificación, Vocalización y Meditación.