Estigmas

Y sucedió que habiéndome ido de vacaciones al Puerto de Acapulco en las costas del Pacífico, México, hube de ser instruido sobre la estigmatización del Cuerpo Astral.

Fuera del cuerpo físico, un monje santo, un ermitaño trató de atravesar las palmas de mis manos con el propósito de estigmatizarme.

En instantes en que aquel cenobita golpeaba el clavo para perforar mis manos, saltaban rayos divinos.

En esos momentos oré a mi Padre que está en secreto, solicitándole ayuda. La oración llegó al Señor.

Es incuestionable que en la iniciación había recibido tales estigmas pero en forma simbólica.

En la Montaña de la Resurrección debía formarlos, hacerlos en la forja de los Cíclopes.

El anacoreta me condujo hasta la Iglesia Gnóstica; Shiva, mi Mónada Divina anduvo junto. Dentro del Templo vi a un Religioso Andrógino, vestido con la túnica purpúrea, junto a la Pila del Bautismo.

Es muy fuerte y responde muy bien, pero le falta cumplir mejor con el Sacramento de la Iglesia de Roma (Amor) dijo el Mahatma dirigiéndose a mi Mónada.

No es posible la resurrección sin haber previamente formado los estigmas del Adorable en el Cuerpo Astral. Así formé yo mismo mis estigmas. Así los han formado los místicos de todos los tiempos.

Doctrina Gnóstica develada por Samael Aun Weor

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