Declaración de principios
El Movimiento Gnóstico es una Institución creada con el fin de obtener la superación de la criatura humana en los campos del Ser y del Saber, mediante la realización de prácticas.
Indubitablemente, el Movimiento Gnóstico debe ser una Escuela de Regeneración y no una organización conflictiva.
El cuerpo doctrinario gnóstico ha sido entregado directamente por el Patriarca; sobre las bases de tal cuerpo se ha fundado la Escuela.
En modo alguno deseamos nosotros hacer de la Gnosis un negocio.
¡Fuera las finanzas del Gnosticismo Universal! Sólo queremos una cosa: amar profundamente a la humanidad.
DECLARACION DE PRINCIPIOS
El cuerpo de doctrina que el Movimiento Gnóstico está hoy entregando a la humanidad, es revolucionario en el sentido más completo de la palabra; él está ordenado en forma didáctica y dialéctica, y se basa en los tres factores de la Revolución de la Conciencia: Morir, Nacer y Sacrificio por la humanidad.
Lo importante, para las Escuelas Gnósticas, es que el estudiante viva la doctrina, que la auto-realice en sí mismo. El aspirante que ingresa a las Escuela Gnósticas deberá buscar, como fin primordial, la Muerte Psicológica, es decir, la desintegración de sus agregados psíquicos o yoes.
El Movimiento Gnóstico y sus Escuelas, quieren formar hombres y mujeres pacientes, capaces de soportar las más arduas disciplinas; quiere que los estudiantes sean amigos de la Cultura, verdaderos aspirantes a la Ciencia Pura. Las Escuelas Gnósticas quieren que sus miembros tengan sentimientos de artistas, que amen la Ciencia, la Filosofía y la Mística, que vibren deliciosamente con las columnas corintias de Grecia, la amante de la belleza; que sientan en su corazón la mística de un Francisco de Asís, y que realmente anhelen la sabiduría de Egipto.
Nuestras Escuelas quieren que entre sus miembros resplandezca la belleza del Espíritu y la fuerza del Amor, que ellos sean a la vez científicos y poetas, que puedan investigar el átomo y detenerse a meditar en el arroyo cantarín que se desliza entre su lecho de rocas.
Las Escuelas de Regeneración, agrupadas alrededor del Movimiento Gnóstico Cristiano Universal, quieren que sus miembros sean capaces de meditar al pie de las ruinas de Atenas o de la antigua Roma, que sepan admirar el cincel de un Praxiteles, que sepan amar verdaderamente a la humanidad entera, que vibren con la Lira de Orfeo y que canten con Homero en la tierra deliciosa de los helenos. Esa es la clase de gentes que buscamos y para lograrlo tenemos métodos y procedimientos, enraizados en la más auténtica tradición iniciática.
Las Escuelas Gnósticas, en fin, desean formar un grupo de hombres y mujeres que quieran vestirse con la túnica de la santidad, que quieran poner la alfombra a los pies del Gurú para recibir sus sagrados preceptos, que anhelen la cristificación de fondo, que en verdad sientan la belleza del Amor, cual la sentía el hermano Francisco en su corazón.
La ética revolucionaria que propicia el Movimiento Gnóstico, nace de lo profundo de la Consciencia, es el resultado de eliminar de la psiquis el orgullo, la codicia, la ira, la lujuria, la envidia, la pereza y la gula; es la secuencia o corolario de echar fuera de las Escuelas Gnósticas la cizaña de la murmuración y la calumnia, de echar fuera la espina que hiere la carne y así sucesivamente.
No nos interesan las cuotas ni los dineros de nadie, luchamos sólo para que se acabe, sobre la faz de la Tierra, la explotación del hombre por el hombre. Conceptuamos, en este sentido, que la “sociedad es la extensión del individuo” y que “mientras subsistan dentro de cada uno de nosotros los factores psicológicos que producen en el mundo hambre, guerras, miseria y dolor, los problemas sociales jamás podrán resolverse”.
Nuestras Enseñanzas, pues, se entregan en forma absolutamente gratuita, porque únicamente queremos trabajar por la propia regeneración y por la de nuestro hermano el hombre. ¡Eso es todo!
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