Si a la Gnosis
Teódoto, discípulo de Valentín, en sus escritos comenta lo siguiente: poseer la gnosis es saber lo que fuimos y lo que hemos llegado a ser, dónde estábamos, dónde hemos sido arrojados, hacia dónde vamos y de dónde nos llega la redención, cuál es el nacimiento y cuál la resurrección.
Como misioneros o instructores de la filosofía Gnóstica, nos proponemos difundir la doctrina que el V. M. Samael Aun Weor, enseñara con el nombre de Gnosis.
En un tiempo pasado (siglo II), Valentín enseñó a sus discípulos, los Valentinianos, y otras muchas escuelas esotéricas, en epocas distintas, se dierón a la labor tambien, de entregar la doctrina de salvación.
No nos debe extrañar que en estos tiempos surja recurrentemente, la filosofía gnóstica, en este caso, develada y difundida por El V. M. Samael Aun Weor (siglo XX).
Es razonablemente lógico pensar que, este medio, asi como Internet en general, no sustituyen a las asociaciones, a los insructores ni a los compañeros…Ya que es, en el trato directo con los compañeros del camino, donde se puede compartir, la experiencia de vivir una filosofía, que solo el que la experimenta, esta en disposición de comprender al que la practica.
Las conferencias han sido catalogadas en las distintas fases de aprendizaje, como; ANTECAMARA, 1ª CAMARA (Fase A, Fase B, SALA DE MEDITACION y segunda cámara. Complementado la formación esotérica del aspirante a Gnóstico, con otros temas, como, Alquimia, Antropología, Cábala, etc. Hoy en día tenemos el temario gnóstico, donde podrán encontrar todas las conferencias de las distintas cámaras en formato de libro sobre papel impreso.
Las conferencias que están bajo estas etiquetas, estan establecidas didacticamente para la formación de cualquier estudiante de la gnosis, que quiera realizar una formación equilibrada.
Le preguntarón al Maestro: “¿De Qué sirve estudiar libros? ”
El Maestro le Respondió: Los libros sirven para inspirar al devoto, para alentarlo, para que tenga mayor celo y amor hacia Dios.
El error viene cuando el discípulo lee libros muertos, esos que no contienen nada de Dios en sus páginas; y cuando lee demasiado sin practicar nunca las cosas buenas que de ellos aprende. El mucho estudio produce vanidad, una vacía satisfacción, y lo que yo llamo una indigestión intelectual.
La lectura sana es un alimento para el alma, aquel que no lee, nada tiene que practicar, pero nunca sabe lo que dice y aquel que lee mucho sin practicar, pueda que sepa lo que dice pero es mejor que guarde silencio porque no influye en el oyente…
Esta doctrina se vive en la vida práctica, por lo que su aplicación en la misma vida es algo ineludible. Por el contrario si la enseñanza queda depositada solamente en el centro intelectual, nos aportara una serie de datos muy interesantes, pero nada útiles.
Solo nos resta invitarles al conocimiento de si mismo, por medio de esta filosofía perenne y universal, que ha sido a través de la historia el vehiculo por el cual el postulado de “NOSCE TE IMPSUM” cobraba toda vigencia.
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