El karma de los Dioses
Cuando el corazón del Sistema Solar comenzó a palpitar, después de la noche profunda del Gran Pralaya, lloraron los Dioses de la Aurora. ¡Recuerda, hijo mío, que los Dioses también se equivocan! Esos Elohim Divinos escribieron sus errores en la página cósmica del pasado día.
¿Comprenderás ahora el motivo, la causa real del Universo, el secreto vital de la vida se entiende, el deseo de vivir? Como trabajadores de la Gran Obra, estamos en un proceso de reintegración; lo que queremos es reintegrar los diez Sephirots de la Cábala. ¿Quién hace el trabajo de reintegración de los diez Sephirots? ¡Es Tiphereth, el Hijo del Hombre!
Por eso es que el Hijo del Hombre debe venir al mundo, para hacer su Obra; él necesita reintegrar los diez Sephirots. Una vez reintegrados, todos los diez Sephirots constituyen, en sí mismos, un átomo con Diez Características, un átomo inefable que ha de sumergirse entre el seno del Omnimisericordioso y Eterno Padre Cósmico Común. ¿Quién es el Eterno Padre Cósmico Común? Es Aelohim, el Espacio Abstracto Absoluto.
Pero no debemos mirar al Absoluto Inmanifestado en esa forma tan fría como lo ven los orientales. Él, en sí mismo, es el Padre de todos los Padres, él es lo que es, lo que siempre ha sido y lo que siempre será:
El Omnimisericordioso, el Omnipresente, la Infinitud que todo lo sustenta. En su seno somos únicamente, cada uno de nosotros, un simple átomo. El día que logremos integrarnos, seremos un Átomo luminoso, entre el seno sublime del Eterno Padre Cósmico Común; pero nada más que eso: un átomo.
Sucede que cuando uno quiere ser algo más que un simple átomo, entre el seno de Aquello que no tiene nombre, entonces –de inmediato, sí–, cae en el mundo de las tres leyes y después en el de las seis, y posteriormente en el de las doce y en el de las veinticuatro, y si su orgullo es muy grande, caerá en el mundo de las noventa y seis y se seguirá sumergiendo, hasta la Muerte Segunda.
El error más grave de aquellos átomos divinales llamémoslos Elohim, Dioses, o como queramos, es que quieren ser algo más que un simple átomo, entre el seno de Aquello que no tiene nombre. Si se contentara, uno, con ser lo que es: un simple átomo divino entre el seno del Eterno Padre Cósmico Común, se convertiría de hecho en un Paramartasaya. Sumergiéndose cada vez más en estados más profundos, en el seno del Eterno Padre Cósmico Común, gozaría de estados de felicidad infinita, inagotable. Pero ese deseo de ser algo más, lo trae a uno a la manifestación.
Tal progresivo deseo, deviene en un principio en el Ayocosmos, es decir en el mundo de las 3 leyes. Conforme el deseo se va haciendo aún más progresivo, el deseo de resaltar, de ser algo o alguien, viene un mundo de 6 leyes, luego el de 12, y luego el de las 24, y así sucesivamente.
Así pues, el Universo propiamente dicho existe por el Karma de los Dioses, y el Karma es el producto de la imperfección, es un producto de la imperfección y de querer ser algo más de lo que se es. Pero aunque se diga que “se es”, nunca uno es más de lo que es, esa es la verdad. Por eso, morir en sí mismos es absolutamente imprescindible, y si queremos algún día alcanzar la liberación definitiva, si queremos algún día sumergirnos de verdad entre el seno del Eterno Padre Cósmico Común, pues desde ahora mismo debemos preocuparnos por la eliminación radical del orgullo. Así pues hay que poner mucha atención a esto.
Discípulo: Maestro, nos gustaría, si fuera posible, que nos explicara un poco más a fondo, la cuestión de las tres Gunas. Maestro: Bueno, hay que aclarar más. Indubitablemente, las tres Gunas Sattwa, Rayas y Tamos, ya dije que durante la Noche Cósmica, se hallan en perfecto equilibrio.
Luego hablé también sobre lo que somos: que una vez que cada átomo divinal se sumerge entre el seno del Eterno Padre Cósmico Común, pero que no quiere estar sumergido en un Pralaya, quiere ser más de lo que es, resaltar, subir al tope de la escalera, hacerse sentir, ser alguien o algo, de hecho cae en el mundo de las 3 leyes, porque se produce un desequilibrio: el desequilibrio de las tres Gunas. Tal desequilibrio se hace colectivo cuando se trata de todos los Dioses, que fueron los que organizaron o dieron origen a esta gran creación.
Este desequilibrio de las tres Gunas, en el Sistema Solar de Ors, en el cual vivimos, nos movemos y tenemos nuestro Ser, se debió a que aquellos átomos divinales quisieron ser alguien o algo; su deseo, pues, originó el desequilibrio de las Gunas, cayeron en el mundo de la manifestación.
Así fue como surgió el Universo, producto del Karma y del error. Ya sabemos que Sattwa es la armonía, que Rayas es la emoción, que Tamas es la inercia, y es claro que esas tres Gunas existen en la Prakriti, que están saturando todo el principio universal: lo que es, ha sido y será. En todo existen estos tres elementos: los hay en los alimentos, los hay en los átomos, los hay en las moléculas y los hay en los organismos. En todas partes están presentes las tres Gunas.
Para poder gozar de la Noche Cósmica, sin estorbo de ninguna especie, se necesita que las tres Gunas queden en perfecto reposo, y las tres Gunas quedan en perfecto reposo cuando los inefables, aquellas partículas que forman el Ejercito de la Voz, se sumergen tranquilas entre el seno del Eterno Padre Cósmico Común. Termina la Noche Cósmica en el momento en que tales partículas divinas, tales átomos, despiertan y quieren ser algo o alguien.
Entonces, de inmediato, caen en el mundo de las 3 leyes. Sí, se desequilibran las tres Gunas, y por eso es que éllos caen en el mundo de las 3 leyes, después en el de las 6, y luego en el de las 12, y así sucesivamente. No se desequilibrarían las tres Gunas, si ellos no quisieran ser algo o alguien. Por eso nosotros, desde un principio, si queremos alcanzar la verdadera libertad, que está en el Eterno Padre Cósmico Común, debemos ante todo no querer ser algo más, no desear subir al tope de la escalera, ni hacernos sentir.
Discípulo: Maestro, ¿entonces lo importante es el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, que se encuentran en el mundo de las 3 leyes? Maestro: Lo importante en la vida es morir siempre, y morir y morir y morir. Un día, cuando ya los diez Sephirots en cada uno de nosotros estén integrados, podremos sumergirnos entre el seno del Eterno Padre Cósmico Común. Entonces, verdaderamente, ya no desearemos existir, todo deseo de vida senciente habrá terminado, pues gozaremos de la dicha infinita para siempre.
Discípulo: Ya que aquí el hermano preguntó sobre las tres Gunas, quisiera yo preguntarle sobre las tres vueltas y media, o la forma en que está enroscada la Serpiente Ígnea en el Chacra Muladhara. Pero muy específicamente, quisiera que nos hablara de la media vuelta.
Maestro: Bueno, la Serpiente Ígnea de nuestros mágicos poderes, está enroscada, naturalmente, tres veces y media dentro del Chakra Muladhara el coxis; de allí debe despertar para subir por la espina dorsal. Pero, se dice que está enrollada tres veces y media. La media pertenece a los Vitris. Esos Vitris no son otra cosa sino, sencillamente, lo que podríamos denominar nosotros los Klifos de la Cábala Hebraica.
Discípulo: ¿Quiere usted decir que los Vitris no son parte de la Divina Madre?
Maestro: No, la Divina Madre Kundalini los simboliza. Simboliza la existencia de las tres Gunas y simboliza también a los Vitris, que forman parte de los Klifos y de la vida senciente.
Discípulo: Como simbolismo, ¿qué parte primordial representa a la Divina Madre? ¿En qué particularidad especial, en qué parte de las tres Gunas está la Divina Madre?
Maestro: La Divina Madre está por encima de todas las tres Gunas; ella es lo que es, lo que siempre ha sido y lo que siempre será; ella es la esposa del Tercer Logos. ¿Que existan tales cualidades en la Prakriti, durante la manifestación? ¡Eso es otra cosa! Pero ella está más allá de tales cualidades, ella es Brahama, en el fondo.
Discípulo: Explíquenos Maestro, cómo trabaja un iniciado con las tres Gunas. ¿A cuál de ellas debe darle más importancia?
Maestro: Las tres partes, Sattwa, Rayas y Tamas son necesarias, pero cuando están en perfecto equilibrio, pues son maravillosas. Sattwa es armonía; Rayas, la emoción, se convierte en el Alma Pura, en aquél tipo de vibración inefable, y la inercia, pues, propiamente ya mirada desde un ángulo superior es el reposo profundo, entre el seno del Absoluto. Pero en el mundo de la manifestación, la inercia es inercia: una piedra está inerte; un hombre que no trabaja sobre sí mismo, es un hombre inerte.
La emoción pura del Alma, puede transformarse en las bajas pasiones del mundo físico; la misma armonía de por allá, arriba, pues se convierte en la desarmonía de acá abajo. Así pues que, hay que tener en cuenta todos esos factores.
Discípulo: De acuerdo con su plática, ¿se puede considerar que no tenemos encarnada a la Divina Madre, sino que sólo las cualidades de ella están en nosotros?
Maestro: Pues las cualidades están en toda la Naturaleza, pero la Divina Madre se enrosca en nosotros tres veces y media: es el Fuego Sagrado, depositado en el Chacra Muladhara. Ahora, ya esa palabra encarnar, esa es la palabra que debemos saber medir, poco a poco.
¿Qué es lo que se llama encarnar? ¿y qué es lo que no se llama encarnar? Para que la Divina Madre, pues, pueda expresarse a través de un hombre, definitivamente tendrá ella que tragarse al hombre, y mientras no se lo trague, pues no podrá expresarse totalmente en un hombre. La Serpiente tiene que tragarse al Iniciado. Solamente cuando la Serpiente se devora al Iniciado, entonces queda la Serpiente manifestándose directamente, sin interferencia de ninguna especie. Pero la Serpiente tiene primero que tragarse al Iniciado.
Discípulo: ¿Qué hay, concretamente, en ese Centro, en el Chacra Muladhara?
Maestro: Está en estado potencial, la Divina Madre; está enroscada la Serpiente, aguardando el instante en que pueda no solamente subir por la Espina Dorsal, sino tragarse al Iniciado también, ella aguarda.
Discípulo: ¿Nos podría hablar ahora, Maestro, sobre las Siete Rondas?
Maestro: Bueno, es claro que, al principio, cualquier planeta tiene una Primera Ronda, cuando se convierte en una simple forma mental, cuando es un planeta mental. Ese planeta mental surge, en una forma muy extraordinaria, cuando el Ejército de la Voz, el Ejército de la Palabra, hace fecundas las aguas caóticas, es decir, las fecundiza por medio de ciertos ritos y palabras sagradas, para que surja la vida.
Desde un punto de vista alquimista, resulta muy interesante saber cómo viene a surgir la vida, lo que es separar las aguas de las aguas, porque las aguas básicas y espermáticas, el Alcaest de los Alquimistas, es coexistencial con el Espacio. Pero en esas aguas espermáticas, aún informes, caóticas subyace dijéramos también el Mercurio de la Filosofía Secreta, el Alma Metálica, dijéramos, de esas aguas caóticas.
Bueno, separar por transmutación tales aguas lo mismo que hace uno dentro del organismo, separar las aguas superiores de las inferiores, es una labor que se realiza mediante el trabajo fecundo y creador de los Dioses Santos. Luego que ya las aguas superiores han sido separadas por las inferiores, entonces, a su vez, estas aguas superiores hacen fecundas las aguas inferiores, y aparece entonces un tercer tipo de energía más elevada, cuya cristalización viene a ser el Mundo de la Mente.
Entonces aparece el planeta en su forma mental, Primera Ronda. Segunda Ronda, cuando ese planeta se convierte en materia astral; Tercera, cuando se convierte en materia etérica; Cuarta, cuando se convierte en materia física; Quinta, cuando vuelve a ser etérica; Sexta, cuando vuelve a ser Astral; Séptima, cuando vuelve a ser Mental. Luego viene la disolución de tal planeta, viene el Gran Pralaya. Esto que decimos para un planeta, se aplica a todo un sistema de mundos, al Sistema Solar, y se habla así de los Grandes Días y de las Grandes Noches de Brahama.
Discípulo: ¿Son siete?
Maestro: Son Siete Rondas, por todas. Total que, ahora estamos nosotros en la Cuarta Ronda, es decir, después que termine esta Ronda, la vida se desenvolverá en el Mundo Etérico, Quinta Ronda. Después la vida se procesará en el Mundo Astral Sexta Ronda, después en el Mundo Mental Séptima Ronda. Luego vendrá la disolución de este planeta y de todos los planetas del Sistema Solar, y luego vendrá la Noche Cósmica o sea, el Gran Pralaya, la Noche profunda, volverán a equilibrarse las tres Gunas, entonces se equilibrarán la tres Gunas.
Discípulo: ¿Qué quiere decir que faltan tres Rondas para que termine el Día Cósmico?
Maestro: Sí; estamos exactamente en la mitad del Gran Día Cósmico: faltan tres Rondas para que llegue la Noche.
Discípulo: ¿Por qué son exactamente Siete Rondas?
Maestro: Las Siete Rondas, es la Semana de siete días, la Semana Santa. La octava es la Ronda del Logos, y luego viene el Absoluto. Marah, María, la Eterna Madre Espacio, es fecundada por el Logos, Marah, María, concibe al Universo en la aurora de la creación. Marah, María, el Caos, es el Gran Océano.
El Gran Invisible es el Eterno Padre Cósmico Común, la infinitud que todo lo sustenta, el Omnimisericordioso. Del Gran Invisible emana Elohim. Elohim es el ejército de la voz, Elohim es el Verbo Creador. Elohim o mejor dijéramos Elojim, se traduce como Dios Manifestado, saliendo de entre las entrañas de Aelohim para crear y volver nuevamente a crear. Elohim es Dioses y Diosas, pues es un nombre femenino con una terminación plural masculina.
El nombre del Gran Invisible, es Aelohim. Que se sepa, de una vez y para siempre, que Aelohim es lo divinal, incognoscible e inmanifestado.” Del Gran Invisible, emana Elohim. El Gran invisible es el antecesor de todo lo que ha sido, es y será.” Del Gran invisible emanan los Tres Poderes Triples. El Misterio de los Tres Poderes Triples, se explica en el hombre y dentro del hombre. Del Logoi Triuno Padre, Hijo y Espíritu Santo dentro de todo ser realente humano, devienen Dos Triples.
El Intimo y sus dos Almas gemelas la Espiritual, que es femenina, y la humana, que es masculina, constituyen la Segunda Trimurti que emana del Logoi. La Mente, el Astral y Físico, constituyen el Tercer Triple que emana del Logoi. El asiento Vital, o Lingam Sarira, es tan sólo la sección superior del cuerpo físico. No olvidemos jamás que el cuerpo físico es tetradimensional. Aelohim es el Omnimisericordioso, el Eterno Padre Cósmico Común, el Espacio Abstracto Absoluto.
Todo Adepto realiza si así se lo propone los doce trabajos de Hércules. Raro es aquél que se atreve a golpear en el Aeón Trece. Golpear en la Puerta Trece, significa sumergirse entre el seno de la Infinitud que todo lo sustenta. Se necesita perfección absoluta, para no desprenderse jamás del seno de Ahelohim. Cualquier anhelo por insignificante que sea de vida separada, de ser alguien, es suficiente como para desprenderse de Ahelohim y caer en el Reino del Demiurgo Creador.
Añadir un comentario