Las Tres Mentes
Las Tres Mentes. Existen por doquiera muchos bribones del intelecto sin orientación positiva y envenenados por el asqueante escepticismo. Ciertamente el repugnante veneno del escepticismo contagió a las mentes humanas en forma alarmante desde el siglo XVIII.
Antes de aquel siglo la famosa isla Nontrabada o Encubierta, situada frente a las costas de España, se hacía visible y tangible constantemente.
No hay duda de que tal isla se halla ubicada dentro de la cuarta vertical. Muchas son las anécdotas relacionadas con esa isla misteriosa. Después del siglo XVIII la citada isla se perdió en la eternidad, nadie sabe nada sobre la misma.
En las épocas del Rey Arturo y de los caballeros de la mesa redonda, los elementales de la naturaleza se manifestaron por doquiera, penetrando profundamente dentro de nuestra atmósfera física.
Son muchos los relatos sobre duendes, genios y hadas que todavía abundan en la verde Erim, Irlanda; desafortunadamente, todas estas cosas inocentes, toda esta belleza del alma del mundo, ya no es percibida por la humanidad debido a las sabihondeces de los bribones del intelecto y al desarrollo desmesurado del Ego animal.
Hoy en día los sabihondos se ríen de todas estas cosas, no las aceptan aunque en el fondo ni remotamente hayan logrado la felicidad. Si las gentes entendieran que tenemos tres mentes, otro gallo cantaría, posiblemente hasta se interesarían más por estos estudios. Desgraciadamente los ignorantes ilustrados, metidos en el recoveco de sus difíciles erudiciones, ni siquiera tienen tiempo para ocuparse de nuestros estudios seriamente.
Esas pobres gentes son autosuficientes, se hallan engreídas con el vano intelectualismo, piensan que van por el camino recto y ni remotamente suponen que se encuentran metidas en un callejón sin salida. En nombre de la verdad debemos decir que en síntesis, tenemos tres mentes. A la primera podemos y debemos llamarla Mente Sensual, a la segunda la bautizaremos con el nombre de Mente Intermedia. A la tercera la llamaremos Mente Interior.
Vamos ahora a estudiar cada una de estas tres Mentes por separado y en forma juiciosa. Incuestionablemente la Mente Sensual elabora sus conceptos de contenido mediante las percepciones sensoriales externas. En estas condiciones la Mente Sensual es terriblemente grosera y materialista, no puede aceptar nada que no haya sido demostrado físicamente.
Como quiera que los conceptos de contenido de la Mente Sensual tienen por fundamento los datos sensoriales externos, indubitablemente nada puede saber sobre lo real, sobre la verdad, sobre los misterios de la vida y muerte, sobre el alma y el espíritu, etc. Para los bribones del intelecto, atrapados totalmente por los sentidos externos y embotellados entre los conceptos de contenido de la mente sensual, nuestros estudios esotéricos les son locura.
Dentro de la razón de la sin razón, en el mundo de lo descabellado, ellos tienen razón debido a que están condicionados por el mundo sensorial externo. ¿Cómo podría la Mente Sensual aceptar algo que no sea sensual? Si los datos de los sentidos sirven de resorte secreto para todos los funcionalismos de la Mente Sensual, es obvio que estos últimos tienen que originar conceptos sensuales.
Mente Intermedia es diferente, sin embargo, tampoco sabe nada en forma directa sobre lo real, se limita a creer y eso es todo. En la Mente Intermedia están las creencias religiosas, los dogmas inquebrantables, etc.
Mente Interior es fundamental para la experiencia directa de la verdad. Indubitablemente la Mente Interior elabora sus conceptos de contenido con los datos aportados por la conciencia superlativa del Ser. Incuestionablemente la conciencia puede vivenciar y experimentar lo real. No hay duda de que la conciencia sabe de verdad. Sin embargo, para la manifestación la conciencia necesita de un mediador, de un instrumento de acción y éste en sí mismo es la Mente Interior.
La conciencia conoce directamente la realidad de cada fenómeno natural y mediante la Mente Interior puede manifestarla. Abrir la Mente Interior sería lo indicado a fin de salir del mundo de las dudas y de la ignorancia. Esto significa que solo abriendo la Mente Interior nace la fe auténtica en el ser humano.
Mirada esta cuestión desde otro ángulo, diremos que el escepticismo materialista es la característica peculiar de la ignorancia. No hay duda de que los ignorantes ilustrados resultan ciento por ciento escépticos. La fe es percepción directa de lo real; sabiduría fundamental; vivencia de eso que está más allá del cuerpo, de los afectos y de la mente.
Distíngase entre fe y creencia. Las creencias se encuentran depositadas en la Mente Intermedia, la fe es característica de la Mente Interior. Desafortunadamente existe siempre la tendencia general a confundir la creencia con la fe. Aunque parezca paradójico enfatizaremos lo siguiente: "EL QUE TIENE FE VERDADERA NO NECESITA CREER". Es que la fe auténtica es sapiencia vívida, cognición exacta, experiencia directa.
Sucede que durante muchos siglos se ha confundido a la fe con la creencia y ahora cuesta mucho trabajo hacerles comprender a las gentes que la fe es sabiduría verdadera y nunca vanas creencias. Los funcionalismos sapientes de la mente interior tienen como resortes íntimos todos esos datos formidables de la sabiduría contenida en la conciencia.
Quien ha abierto la Mente Interior recuerda sus vidas anteriores, conoce los misterios de la vida y la muerte, no por lo que haya leído o dejado de leer, no por lo que otro haya dicho o dejado de decir, no por lo que se haya creído o dejado de creer, sino por experiencia directa, vívida, terriblemente real.
Esto que estamos diciendo no le gusta a la mente sensual, no puede aceptarlo porque se sale de sus dominios, nada tiene que ver con las percepciones sensoriales externas, es algo ajeno a sus conceptos de contenido, a lo que le enseñaron en la escuela, a lo que aprendió en distintos libros, etc., etc., etc.
Esto que estamos diciendo tampoco es aceptado por la Mente Intermedia porque de hecho contraría sus creencias, desvirtúa lo que sus preceptores religiosos le hicieron aprender de memoria, etc. Jesús El Gran Kabir advierte a sus discípulos diciéndoles: "Cuidaos de la levadura de los saduceos y de la levadura de los fariseos. Es ostensible que Jesús El Cristo con esta advertencia se refirió a las doctrinas de los materialistas saduceos y de los hipócritas fariseos.
La doctrina de los saduceos está en la Mente Sensual, es la doctrina de los cinco sentidos. La doctrina de los fariseos se halla ubicada en la Mente Intermedia, esto es irrefutable, irrebatible. Es evidente que los fariseos concurren a sus ritos para que se diga de ellos que son buenas personas, para aparentar ante los demás, mas nunca trabajan sobre sí mismos.
No seria posible abrir la Mente Interior sino aprendiéramos a pensar psicológicamente. Incuestionablemente cuando alguien empieza a observarse a sí mismo es señal de que ha comenzado a pensar psicológicamente. En tanto uno no admita la realidad de su propia Psicología y la posibilidad de cambiarla fundamentalmente, indubitablemente no siente la necesidad de la auto-observación psicológica.
Cuando uno acepta la doctrina de los muchos y comprende la necesidad de eliminar los distintos yoes que carga en su psiquis con el propósito de liberar la conciencia, la esencia, indubitablemente de hecho y por derecho propio inicia la autoobservación psicológica. Obviamente la eliminación de los elementos indeseables que en nuestra psiquis cargamos origina la apertura de la Mente Interior.
Todo esto significa que la citada apertura es algo que se realiza en forma graduativa, a medida que vayamos aniquilando elementos indeseables que llevamos en nuestra psiquis. Quien haya eliminado los elementos indeseables en su interior en un ciento por ciento, obviamente también habrá abierto su mente interior en un ciento por ciento. Una persona así poseerá la fe absoluta. Ahora comprenderéis las palabras del Cristo cuando dijo: "Si tuvieseis fe como un grano de mostaza moveríais montañas".
Samael Aun Weor La Gran Rebelión Capítulo 12º Las Tres Mentes
Comentarios por Sagrario G.E., M.G. LA GRAN REBELIÓN CAPÍTULO 12º Las tres mentes
Este libro de la Gran Rebelión, está lleno de profecías sobre los tiempos utópicos en que vivimos, poniendo de manifiesto a los bribones del intelecto que creen que saben sin saber, bajo el pretexto de una ciencia sin conciencia que utiliza las dos mentes inferiores, para desconocer por completo a la tercera única y verdadera, la “mente interior”.
Las dos mentes inferiores dan acceso a una élite gobernante que usa de la artimaña llamada “menticidio” que es un verdadero “asesinato de la mente”. Es un crimen contra el libre albedrío y contra el espíritu humano, que abarca con sus tentáculos al deterioro y a la perversión judicial.
Esta artimaña prepara a la población infundiendo miedo y pánico, apostando por creencias delirantes y psicosis en campañas articuladas para tal fin. Gracias a la información errónea, a cada periodo de calma le sigue la fabricación de otro episodio de miedo, provocando que la moralidad se vuelva cada vez más baja y más debilitada. El “menticidio” logra caos en las masas que por miedo, renuncian a su libertad, tornándose en sujetos sumisos y obedientes.
El menticidio crea en todo el mundo necesidades falsas y con ello consigue los votos y las voluntades de las mentes sensuales que no tienen objetividad. Se vende la libertad por monedas digitales. La digitalización de la información personal, tiene un doble filo, pues puede convertirse en una herramienta de supervisión y de control. La consigna va a favor de las premisas de la mente sensual: “Matar a quien no adore a la bestia”.
Estudiar la mente es necesario, es esencial pues las ideas depositadas en ella forman nuestras creencias ya sean positivas o negativas. El yo, el ego, es desorden dentro de nuestra mente; solo el Ser tiene poder para establecer orden en la Psiquis.
Debemos conocer la causa del caos que hay en nuestra psiquis. Existen muchos bribones del intelecto sin orientación positiva y envenenados por el escepticismo que tratan de extraviar a las almas, creando ideas falsas que provocan el caos y alteran la convivencia social.
El veneno del escepticismo contagió a las mentes humanas en forma alarmante desde el siglo XVIII y se fue acrecentado exponencialmente hasta la actualidad. Ya no se cree en nada sino está compulsado intelectualmente. Ya no se aspira a nada si no lo avala el intelecto académico materialista.
Antes los misterios eran valorados y se les concedía el crédito de la posibilidad. Por ejemplo la famosa isla Nontrabada o Encubierta, situada frente a las costas de España, se hacía visible y tangible constantemente para la gratificación de todos los que gustaban de su presencia.
Actualmente esta isla se halla ubicada dentro de la cuarta vertical, pero antaño se lograba ver en esta tercera dimensión. Hay muchas anécdotas y cuentos populares relacionados con esa isla misteriosa. Lamentablemente en la actualidad la isla se ignoró y ya no se aparece a nadie.
En la época del Rey Arturo y de los caballeros de la mesa redonda, los elementales de la naturaleza se manifestaban por doquier, penetrando profundamente dentro de nuestra atmósfera física. Son muchos los relatos sobre los duendes, los genios y las hadas que todavía abundan en Irlanda.
Dice el Maestro Moria: Los problemas que nos confunden en la tierra se aclaran y se simplifican, al contemplarlos desde los mundos interiores. Porque allí devenimos los atributos mismos de la Verdad y en tales planos todas las preguntas son contestadas instantáneamente” Porque en ese nivel solo funciona la mente interior.
“Una vez que estemos correctamente relacionados con los átomos del Universo, podremos atraer sus poderes. Sin embargo, si el estudiante no tiene amor en su corazón, será incapaz de atraer a los átomos que han de ayudarle a recuperar su herencia perdida. El esfuerzo mental, por sí solo, nunca lo unirá a su Universo Central”. Debe preparar su mente superior.
Desafortunadamente, todas estas cosas, toda esta belleza del alma del mundo, ya no es percibida por la humanidad debido al intelectualismo de los bribones del intelecto y al desarrollo desmesurado del ego animal. Ellos se mofan de todos estos misterios, no los aceptan aunque no hayan logrado la felicidad y fracasen todos sus métodos para lograrlo.
Debemos comprender que tenemos tres mentes e interesarnos por estos estudios seriamente, sin evasivas ni justificaciones. El intelectualismo pragmático se cree autosuficiente, siempre engreído con el vano intelectualismo ilustrado. El intelectualismo pragmático piensa que va por el camino recto y ni sospecha que se encuentre metido en un callejón sin salida.
La primera mente es la “Mente Sensual”. La segunda mente es la “Mente Intermedia”. Y la tercera es la “Mente Interior”. Debemos comprender su funcionamiento y estudiar a cada una de ellas, por separado.
La primera o “mente sensual” elabora sus conceptos de contenido mediante las percepciones sensoriales externas. En estas condiciones la “mente sensual” es terriblemente grosera, incrédula, materialista y existencialista. No acepta nada que no se pueda demostrar físicamente. Por ello nada puede saber sobre lo real, sobre la verdad, sobre los misterios de la vida y muerte o sobre el alma y el espíritu.
Es la mente de los bribones del intelecto, atrapados por completo en los sentidos externos y embotellados entre sus conceptos limitados que dan, para crear todo tipo de embustes o menticidios… Para ellos nuestros estudios esotéricos les son locura, pues se escapan de su ámbito.
Si los datos de los sentidos sirven de resorte secreto para todos los funcionalismos de la “mente sensual”, es obvio que tienen que originar conceptos sensuales muy restringidos y subjetivos, con falsas perspectivas.
La segunda o “Mente Intermedia” tampoco sabe nada en forma directa sobre lo real, porque se limita a creer. En la Mente Intermedia están las creencias religiosas, los dogmas, las falsas concepciones, las fantasías, los ideales ilusos que no comprenden la verdad ni tienen experiencia directa.
La “mente intermedia” hace a Dios a su imagen y a su gusto, aceptando o rechazando lo que le apetece, por estos tiempos hay muchas “pseudo-religiones” con tintes de “auto-ayuda” que confunden y extravían a las gentes ilusas.
La tercera mente es la “Mente Interior”, esta es fundamental para la experiencia directa de la verdad ya que elabora sus conceptos de contenido con los datos aportados por la conciencia superlativa del Ser.
La “mente interior” sabe por experiencia directa. El que tiene fe verdadera, no necesita creer. Un mentiroso no podría jamás tener fe, porque la fe es un atributo divino de la mente interior. Para conseguir este tipo de mente superior debemos dar muerte al ego que cargamos en nuestra Psiquis.
La virtud de conocer nuestros defectos, luego de analizados cabalmente, y más tarde destruirlos con la ayuda de nuestra madre divina “RAM-IO”, nos permite cambiar mentalmente para no ser esclavos de todas esas escuelas y creencias subjetivas de la mente sensual e intermedia.
La conciencia despierta, puede y debe vivenciar y experimentar lo real. La conciencia despierta, sabe sin el proceso de la elección conceptual, que es la Verdad. Y para su manifestación, la conciencia necesita de un mediador, de un instrumento de acción y éste es la Mente Interior. La conciencia conoce directamente la realidad de cada fenómeno natural y mediante la Mente Interior puede manifestarla.
Abrir la Mente Interior sería lo indicado a fin de salir del mundo de las dudas y de la ignorancia pues solo abriendo la Mente Interior nace la fe auténtica en el ser humano. El escepticismo materialista de la primera mente, la sensual es la característica peculiar de la ignorancia.
La fe consciente es percepción directa de lo real; sabiduría fundamental; vivencia de todo eso que está más allá del cuerpo, de los afectos y de la mente. Hay que distinguir entre la fe y la creencia. Las creencias se encuentran depositadas en la Mente Intermedia, la fe es característica “sine qua non” de la Mente Interior.
No debemos confundir la creencia con la fe pues "El que tiene Fe verdadera no necesita creer", él sabe por experiencia directa. La fe auténtica es sapiencia vívida, cognición exacta. Durante muchos siglos se ha confundido a la fe con la creencia y ahora cuesta mucho trabajo hacer comprender a la gente que la fe es sabiduría verdadera y nunca vanas creencias que pueden o no coincidir con la verdad.
Los funcionalismos sapientes de la “mente interior” tienen como resortes todos los datos formidables de la sabiduría de la conciencia. Quien ha abierto la Mente Interior recuerda sus vidas anteriores, conoce los misterios de la vida y la muerte, no por lo que haya leído, por lo que haya creído o le hayan dicho; sino por experiencia directa, vívida y real.
“El hombre, es el resultado de sus propios pensamientos y de su medio ambiente mental. Dice el Maestro Moria En el pasado, se vivió un período de brillantez y esplendor, más allá de la ilusión, y puede ponerse en contacto de nuevo con átomos que representan tales períodos. En esta nueva Era, puede, una vez más, recuperar las propiedades de su herencia perdida; de su progenitura divina.
Esto no les gusta a los portadores de una “mente sensual”, no pueden aceptarlo porque se sale de sus dominios, pues no tiene que ver con las percepciones sensoriales externas, esto es algo ajeno a sus conceptos, a lo que le enseñaron en la escuela y a lo que aprendió en los libros adoctrinadores.
Esto tampoco les gusta a los portadores de una “mente Intermedia” porque contraría a sus creencias dogmáticas, desvirtúa lo que sus preceptores religiosos le hicieron aprender de memoria, y choca contra sus falsas ideas y representaciones utópicas y fantasías.
Jesús El Gran Kabir advirtió a sus discípulos: "Cuidaos de la levadura de los saduceos y de la levadura de los fariseos". Y añade en 1 Corintios 5; “Limpiaos, pues, de la vieja levadura, para que seáis nueva masa, sin levadura como sois; porque nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros. Así que celebremos la fiesta, no con la vieja levadura, ni con la levadura de malicia y de maldad, sino con panes sin levadura, de sinceridad y de verdad”.
Jesús El Cristo con esta advertencia se refirió a las doctrinas de los materialistas saduceos y de los fariseos hipócritas. La doctrina de los fariseos está en la “mente Intermedia” es la doctrina del dogmatismo subjetivo que limpia lo de afuera pero por dentro, está podrido de suciedad.
Los hipócritas fariseos concurren a sus ritos para aparentar y que se diga de ellos que son “un dechado de virtudes”, pero nunca trabajan sobre sí mismos. La doctrina o levadura de los saduceos se adhiere a la “mente Sensual” que es la doctrina de los cinco sentidos, de los incrédulos y de los escépticos. La levadura de los saduceos es poco menos que animal, grosera, burda e inconsciente. Ambas son víctimas del menticidio.
No seria posible abrir la “mente Interior” sino aprendiéramos a pensar libre psicológicamente. Cuando alguien empieza a observarse a sí mismo es señal de que ya ha comenzado a pensar psicológicamente.
En tanto uno no admita la realidad de su propia Psicología y la posibilidad de cambiar fundamentalmente, no siente la necesidad de la auto-observación psicológica. Pero cuando uno acepta la doctrina de los muchos y comprende la necesidad de eliminar los distintos yoes que cargamos en la psiquis con el propósito de liberar la conciencia, inicia con una disciplina de auto-observación psicológica.
La eliminación de los elementos indeseables que en nuestra psiquis cargamos origina la apertura de la Mente Interior. La apertura de la “mente interior” se realiza en forma graduativa, a medida que va muriendo el ego. Eliminar pues, los elementos indeseables en un ciento por ciento, es abrir la “mente interior” totalmente. Una persona así poseerá la fe absoluta.
Con razón dijo el Cristo: "Si tuvieseis fe como un grano de mostaza moveríais montañas". Necesitamos fe consciente, para lograr activar el potencial que la divinidad ha depositado en todos nosotros. El camino es sencillo aunque arduo. Solo transitando el sendero de los tres factores de la revolución de la conciencia se logra este objetivo.
Posibilidades maravillosas se abren para el ser humano sin ego: “Sólo aspirando a la pureza, se puede recibir belleza; Ello nos traerá también claridad mental y la inmediata sensación de felicidad, de paz y de descanso. Dioses atómicos, Maestro Moria La gran Rebelión pasa por hacernos conscientes del menticidio de las falsas creencias y de las limitaciones subjetivas de las dos mentes inferiores y apostar por la consecución de la mente interior.
Sagrario G.E., M.G. https://www.jesusagrario.com/
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