La septima cámara

​Estáis ante la puerta de la séptima cámara, ¡Oh ARHAT!

Esta cámara está simbolizada por el Arcano siete del Tarot.

Recuerda tu primer amor, hermano mío. Recuerda a tu divina Madre, la bendita Diosa Madre del Mundo, que tú abandonaste cuando comiste del fruto prohibido.

¿No te amaba acaso Ella? ¿Qué te hacía falta, hermano mío? ¿Por qué abandonasteis a tu Madre? Golpea, hijo ingrato, golpea fuertemente en la puerta de la séptima cámara, para que te abran...

Mal hijo, arrepiéntete de tu ingratitud y llora, y laméntate, y lucha lo indecible, para que los dioses te abran la puerta de esta cámara. Este es el Arcano siete del Tarot y debes luchar mucho, hermano mío, para que los dioses te abran la puerta de esta cámara.

El Arcano siete del Tarot está representado por un carro de guerra arrastrado por dos esfinges: una blanca y otra negra. La Esfinge blanca, simboliza la bendita Diosa Madre del Mundo y la esfinge negra simboliza la sombra de la divina Madre, HÉCATE, PROSERPINA, la Reina de los infiernos atómicos de esta Naturaleza, la diosa negra que tanto adoran los demonios de la Sombra.

Tú abandonaste a tu Madre por seguir a la diosa tenebrosa de las pasiones carnales y ahora debes arrepentirte de tu ingratitud y golpear fuertemente la séptima cámara, para que los dioses te abran.

Entra con tu carro de guerra, ¡Oh ARHAT! Golpea fuertemente para que te abran. La puerta se ha abierto, entra en tu cámara, ¡Oh ARHAT! Entra en la séptima cámara y recibe tu fiesta. Eres un niño y se te han entregado armas poderosas, que si no las sabes usar hieres a los demás y te hieres a ti mismo.

Samael Aun Weor  Capítulo 35 del libro Rosa Ignea