Enoch
El Patriarca Enoch. El Séptimo, entre los Diez sublimes Patriarcas antediluvianos, es, fuera de cualquier suposición, totalmente diferente a los seis que en el curso de los siglos le precedieron... (Adam, Set, Enos, Cainan, Malalel, Jared), así como de los tres que le sucedieron (Matusalén, Lamec, Noé).
Empero, es claro, que lo que más nos asombra en todo esto, es el sagrado nombre de ENOCH, que traducido significa: Iniciado, dedicado, consagrado, Maestro.
El Génesis Hebraico (V. 24) asevera en forma muy solemne que ENOCH no murió físicamente en realidad, sino que caminó con Dios y desapareció porque lo llevó Dios.
Antiquísimas tradiciones esotéricas que se pierden en la noche de los siglos, dicen claramente que, estando ENOCH sobre la cumbre majestuosa del Monte Moria, tuvo un Shamadi clarividente en el que su conciencia objetiva iluminada, fue arrebatada y llevada a los Nueve Cielos citados por el Dante en su Divina Comedia y en el último de los cuales en el de Neptuno encontró el Patriarca la palabra perdida (Su Propio Verbo, su Mónada particular, individual).
Posteriormente quiso aquel Gran Hierofante expresar esta visión en un recuerdo permanente e imperecedero.
Así dispuso categóricamente, y con gran sabiduría, que se hiciera debajo de ese mismo lugar bendito, un templo secreto y subterráneo, comprendiendo nueve bóvedas sucesivamente dispuestas una debajo de la otra, entre las vivientes entrañas del Monte...
Su hijo Matusalén fue ciertamente el Arquitecto encargado material de tal extraordinario Sancta...
Samael Aun Weor del libro Las tres montañas, Capítulo 30
Añadir un comentario