Maestro Chino
Cuentan las viejas tradiciones que se pierden en la noche de los siglos, que el maestro chino MENG SHAN conoció la ciencia de la meditación antes de la edad de veinte años. Dicen los místicos amarillos, que desde esa edad hasta los treinta y dos años el citado maestro estudió con los dieciocho ancianos.
Resulta ciertamente interesante, atractivo, sugestivo, saber que este gran iluminado estudió con infinita humildad a los pies del venerable anciano de WAN SHAN, quien le enseñó a utilizar inteligentemente el poderoso mantra WU que se pronuncia como una doble "U" imitando sabiamente ese aullido, ese aullo del huracán entre las gargantas de las montañas.
Nunca pudo olvidar este hermano el estado de alerta percepción, alerta novedad, tan indispensable, tan urgente, para DESPERTAR CONSCIENCIA. El venerable anciano Gurú WAN SHAN le dijo que durante las doce horas del día, es menester estar alerta como un gato que acecha un ratón o como una gallina que empolla un huevo, sin abandonar ni un segundo la tarea.
En estos estudios no cuentan los ESFUERZOS sino "los SUPER-ESFUERZOS"; mientras no estemos ILUMINADOS debemos trabajar sin descanso, como un ratón que roe un ataúd. Si se practica de esta manera, finalmente nos liberaremos de la mente y experimentaremos en forma directa ese elemento que transforma radicalmente, eso que es la VERDAD.
Un día cualquiera después de dieciocho días y noches continuas de meditación interior profunda se sentó a tomar el té y entonces... ¡Oh maravilla!... comprendió el íntimo sentido del gesto de BUDDHA al mostrar la flor y el hondo significado de MAHAKASYAPA con su exótica sonrisa imposible de olvidar.
Interrogó a tres o cuatro ancianos sobre tal experiencia mística pero estos guardaron silencio; otros le dijeron que identificara tal vivencia esotérica con el Shamadi del Sello del Océano. Este sabio consejo le inspiró como es natural plena confianza en sí mismo.
MEN SHAN avanzaba triunfalmente en sus estudios, sin embargo no todo en la vida son rosas, también hay espinas. En el mes de Julio durante el quinto año de CHIN DIN (1264) contrajo desgraciadamente disentería en CHUNKING, provincia de SZE-CHAUN. Con la muerte en los labios decidió hacer testamento y disponer de sus bienes terrenales. Hecho esto, se incorporó lentamente, quemó incienso y se sentó en un sitial elevado; allí oró en silencio a los tres Bienaventurados y a los DIOSES SANTOS arrepintiéndose ante ellos de todas las malas acciones cometidas en su vida.
Empero, considerando seguro el fin de su existencia, hizo a los inefables su última petición: "Deseo que mediante el poder de PRAJNA y un estado de mente controlado, reencarnarme en un lugar favorable en donde pueda hacerme MONJE (SWAMI) a una edad temprana". "Si por casualidad me recobro de esta enfermedad, renunciaré al mundo, tomaré los hábitos y trataré de llevar la luz a otros jóvenes BUDISTAS".
Después de formular estos votos se sumergió en profunda meditación cantando mentalmente el mantra WU. La enfermedad le atormentaba, los intestinos le torturaban espantosamente pero él resolvió no ponerles atención. MENG SHAN se olvidó radicalmente de su propio cuerpo, sus párpados se cerraron firmemente y quedó como muerto. Cuentan las tradiciones chinas que cuando MENG SHAN entró en meditación sólo el VERBO, es decir, el mantra WU (U... U...) resonaba en su mente; después no supo más de si mismo.
¿Y la enfermedad?, ¿Qué fue de ella? ¿Qué sucedió? Resulta claro, lúcido, comprender que toda afección, achaque, dolencia, tiene por basamento determinadas formas mentales; si conseguimos el olvido radical absoluto de cualquier padecimiento, el cimiento intelectual se disuelve y la indisposición orgánica desaparece. Cuando MENG SHAN se levantó del sitial al comenzar la noche, sintió con infinita alegría que ya estaba curado a medias; después se sentó de nuevo y continuó sumergido en profunda meditación hasta la media noche, entonces su curación fue completa.
En el mes de Agosto MENG SHAN se fue a CHIANG NING y lleno de FE ingresó en el sacerdocio; permaneció un año en aquel monasterio y después inició un viaje, durante el cual el mismo cocinaba sus alimentos, lavaba sus ropas, etc. Entonces comprendió en forma integra que la tarea de la meditación debe ser tenaz, resistente, fuerte, firme, constante, sin cansarse nunca jamás. Más tarde, caminando por esas tierras chinas, llegó al monasterio del DRAGÓN AMARILLO, allí comprendió a fondo la necesidad de DESPERTAR CONSCIENCIA, luego continuó su viaje hacia CHE CHIANG. Al llegar se arrojó a los pies del maestro KU CHAN TIEN y juró no salirse del monasterio hasta lograr la ILUMINACIÓN.
Después de un mes de meditación intensiva recobró el trabajo perdido en el viaje, pero, entre tanto, su cuerpo se llenó de horribles ampollas, las ignoró intencionalmente y continuó con la disciplina esotérica. Un día cualquiera, no importa cual, ciertas personas le invitaron a una deliciosa comida; en el camino tomó su HUA TOU y trabajó con él y así, sumergido: en profunda meditación, pasó ante la puerta de su anfitrión sin darse cuenta; entonces comprendió que podía mantener el trabajo esotérico estando en plena actividad.
El seis de Marzo cuando estaba meditando con ayuda del mantra wu, el monje principal del monasterio entró en el LUMISIAL de MEDITACIÓN con el evidente propósito de quemar incienso, pero sucedió que al golpear la caja del sahumerio, se produjo un ruido y entonces MENG SHAN se reconoció a sí mismo y pudo ver y oír a CHAO CHOU, notable maestro chino. "Desesperado, llegué al punto muerto del camino; golpeé la ola (pero) no era mas que agua, ¡Oh! ¡Ese notable viejo CHAO CHOU, cuya cara es tan fea!".
Todos los biógrafos chinos están de acuerdo en afirmar que en otoño MENG SHAN se entrevisto con HSUEH YEN en LING AN y con TUI KENG, SHIN KENG, HSU CHOU y otros notables ancianos. Tengo entendido que el KOAN o frase enigmática decisiva para MENG SHAN, fue sin la menor duda aquella con la cual WAN SHAN le interrogó. "¿No es la frase: "la luz que brilla serenamente sobre la arena de la ribera", una observación prosaica de ese tonto de Chang?"
La meditación en esta frase fue suficiente para MENG SHAN, y cuando WAN SHAN le interrogó mas tarde con la misma frase, es decir cuando le repitió la pregunta, el místico amarillo respondió tirando al suelo el colchón de la cama como diciendo: YA ESTOY DESPIERTO.
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