El verbo
Todo vive por el Verbo. Todo se sostiene por el Verbo. Las cinco vocales I.E.O.U.A., resuenan como un arpa milagrosa del cosmos infinito, en el fuego flamígero, en el aire impetuoso, en las olas embravecidas, y en la perfumada tierra.
La vocal “I” hace vibrar el chacra frontal. La vocal “E” hace vibrar el chacra laríngeo. La vocal “O”·hace vibrar el chacra del corazón. La vocal “U” hace vibrar el chacra del plexo solar. La vocal “A” hace vibrar el chacra de los pulmones.
Una hora diaria de vocalización nos desarrolla y desenvuelve todos estos chacras, discos, o ruedas magnéticas del cuerpo astral.
Deberá inhalarse por las fosas nasales el prana, la vida, y luego exhalarlo por la boca vocalizando. Cada vocal tiene su gran poder. Hay que alargar y sostener el sonido de cada vocal, para despertar los chacras.
Cuando morábamos en el edén, todos estos sonidos de las vocales vibraba dentro de nuestro organismo. Ahora debemos volver a despertar estos milagrosos sonidos de la naturaleza en todos los chacras del cuerpo astral.
Allá en la Arcadia, en aquellos tiempos antiguos de la naturaleza, éramos hombres paradisíacos. Desgraciadamente la Lira de Orfeo, cayó sobre el pavimento del Templo, hecha pedazos.
Ahora debemos orar, meditar, transmutar y vocalizar para que el Ave Fénix resucite de entre sus propias cenizas (Mensaje de Acuario).
Las vocales I.E.O.U.A., tienen grandes poderes curativos: la vocal «I» hace subir la sangre a la cabeza, cura los órganos del cerebro y desarrolla la clarividencia. La vocal «E» hace subir la sangre a la laringe, cura las enfermedades de ésta y desarrolla el oído mágico.
La vocal «O», lleva la sangre al corazón, cura dicho órgano y nos despierta el sentido de la intuición. La vocal «U», lleva la sangre al plexo solar, nos despierta el sentido de la telepatía y nos sana el estómago. La vocal «A», lleva la sangre a los pulmones confiriéndonos el poder de recordar nuestras pasadas reencarnaciones a la vez que los sana. Las vocales antes mencionadas se vocalizan combinadas con la N así: iiiiiinnnnnn eeeeeennnnnn oooooonnnnn uuuuuunnnnnn aaaannnnn. Una hora diaria de vocalización, durante toda la vida, nos vuelve magos.
Se puede vocalizar con la laringe, con la mente, con el corazón, meditando en las fuerzas de estas cinco vocales, tal como lo enseñamos en páginas precedentes (Medicina). Debemos disolver el yo. El yo no vino del cielo, no puede subir al cielo. Solo el Hijo del hombre sube al cielo porque descendió del cielo.
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