La esencia mental
Esta es la meditación sin esfuerzo del Zen. Es una meditación en la cual no hay nada sobre qué meditar, es el funcionamiento espontáneo y maravilloso de la propia mente, el pináculo y la esencia de las enseñanzas budistas.
Para quienes no han pasado la puerta esta meditación es la más ardua, pero para quienes ya la han pasado ésta es la más fácil de todas. Todos los otros ejercicios y prácticas no son más que preparaciones para ésta.
El punto esencial consiste en reconocer la naturaleza de la propia mente o, por lo menos, tener un atisbo. En cambio si reconoce la Esencia de la Mente, el yogui podrá concentrarse en ella en cualquier lugar o momento, sin dificultad.
En la actividad y en la quietud la conciencia del vacío iluminado brillará siempre dentro de él. Aunque después de haber reconocido la Esencia Mental hay todavía un largo camino que andar.
Concentración y meditación sin objeto: Una vez que se pasa la puerta sin abertura la meditación ya no será una práctica o un esfuerzo.
El yogui puede estar sentado, caminar, hablar o dormir; todas las actividades y condiciones de la vida se han convertido en maravillosas meditaciones en sí mismas. No se necesita hacer ningún esfuerzo, y no es menester trabajar sobre ningún objeto o idea.
Pero para pasar esta puerta es necesario practicar intensamente esta meditación sin objeto, siguiendo el camino Zen. Experiencia de lo real: "Si de verdad y en forma muy sincera queremos nosotros establecer la base para la correcta meditación, es necesario comprendernos a si mismo en todos los niveles de la mente.
Establecer la correcta base de la meditación es de hecho estar libres de la ambición, el egoísmo. el miedo, el odio, la codicia de poderes psíquicos, el ansia de resultados. etc., etc., etc.
Es claro a todas luces y fuera de toda duda que después de establecer la piedra angular básica de la meditación, la mente queda quieta y en profundo e imponente silencio. Desde el punto de vista rigurosamente lógico, resulta absurdo querer experimentar lo Real sin conocernos a sí mismos. Es urgente comprender en forma integra y en todos los terrenos de la mente cada problema conforme va surgiendo en la mente, cada deseo, cada recuerdo, cada defecto psicológico, etc.
Es claro a todas luces que durante la práctica de la meditación van pasando por la pantalla de la mente en siniestra procesión todos los defectos psicológicos que nos caracterizan, todas nuestras alegrías y tristezas, recuerdos innumerables, múltiples impulsos que provienen ya del mundo exterior ya del mundo interior, deseos de todo tipo, pasiones de toda especie, viejos resentimientos, odios, etc."
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