La ira
La ira suele vestirse con la toga del juez.
Los celos son multifacéticos; existen los celos religiosos.
Un sacerdote ve con horror que se le vayan para otra secta; o un gnóstico se enoja porque otro hermano del Lumisial se pasó para otro Santuario. He ahí los celos religiosos;
Un hombre celoso cuida mucho a su mujer, considera que está rodeada de peligros; con siete candados... más en el fondo son puros celos.
Así, pues, el delito se disfraza de muchas maneras.
En cierta ocasión el Maestro Moria me decía: Unirse con el Íntimo es algo muy difícil; de dos personas que intentan unirse con el Íntimo, tan sólo una lo consigue...
Porque como dijo el poeta: Entre las cadencias del verso, también se esconde el delito. Muchos son los que se justifican para no hacer obras de Caridad, muchas son las evasivas...
Yo conocí a alguien que después de un ataque de ira exclamaba: ¡No, yo no tengo ira; no fue ira lo que sentí, era que estaba demasiado nervioso, ofuscado, pero eso no fue ira!...
Hay otros que no tienen ningún inconveniente en decir: No, soy un cumplidor de mis deberes: veo por mi casa, por mi hogar, por mis hijos, etc., etc., etc., y luego, lo contrario; por tal o cual motivo, truenan y relampaguean, le niegan el pan a los hijos y a la mujer...
Conocimos el caso de un sujeto X-X, cuyo nombre no menciono, él decía que quería llegar al Padre.
Practicaba diversos ejercicios esotéricos; tremendamente místico, sin embargo, tronaba y relampagueaba en su casa, era un ogro; mas él presumía de virtuoso, de Santo. Más un día de esos tantos, la pobre mujer perdió a su padre terrenal.
Éste dejó un legado para la misma: una finca muy hermosa en determinado lugar de México.
Y después que el ogro se hubo enterado de esa herencia, ordenó a la mujer que se la entregara en forma total, todos sus bienes; la infeliz mujer le ofreció alguna cantidad de dinero, más él protestó iracundo, diciendo: ¡Todo o nada!. Como la mujer temía que más tarde quedara abandonada por el ogro, resolvió no entregarle nada (bien lo hizo, decimos nosotros). Airado el ogro, le pidió el divorcio.
La pobre, no quería en modo alguno tal divorcio, pues amaba a sus hijos, y de ninguna manera deseaba que estos permanecieran sin padre; mas el ogro, iracundo, no aceptó el trato, y la infeliz se vio obligada a firmar carta de divorcio. Cuando visité al ogro, lo hallé sumido en mística oración; me hablaba de que quería llegar a su Padre, de que quería Auto realizarse, etc., etc., etc...
Era vegetariano insoportable (en un ciento por ciento); se consideraba un Santo; se lavaba las manos; se creía perfecto... No está demás concluir esta narración diciendo que hube de cortar esta amistad. Vi que resultaba inútil tratar de llevarle por la Senda de la Rectitud...
Es claro que, para poder hollar la Senda que lo ha de conducir a uno a la Transformación Íntima del Ser, se necesita, antes que todo, ser uno un BUEN AMO DE CASA, cumplir uno con sus deberes, para con la esposa, para con los hijos, para con los suyos.
Si uno no es un Buen Amo de Casa, no puede, en forma alguna, dedicarse de verdad a un Trabajo Esotérico Superlativo del Ser. He conocido a muchos que deseaban hollar la Senda y que creían que iban muy bien, pero, su vida doméstica, incuestionablemente, resultaba desastrosa, desordenada. Es claro que esa clase de gente fracasa.
El Trabajo Esotérico sobre uno mismo requiere, ser (como ya dije), primero que todo, un Buen Dueño de Casa. Segundo, ser uno UNA PERSONA DECENTE, CULTA, no un lunático, no un cuchufletas. Se necesita que haya en uno, que exista en uno un verdadero equilibrio social y económico. Sólo así, verdaderamente, se está preparado para el trabajo sobre uno mismo.
Pero el delito gusta de disfrazarse con muchos ropajes. Hay malos hijos en el mundo que están trabajando sobre sí mismos, queriendo llegar a la Autorrealización del Ser; hay malas esposas que están trabajando sobre sí mismas y que quieren la Liberación; hay malos maridos que se creen perfectos, pero que son monstruosos, y sin embargo, están trabajando sobre sí mismos, se proponen llegar a la Liberación y anhelan...
Toda esa clase de gentes así, ¡fracasan! De nada sirve que nos disfracemos, porque el fracaso es fracaso; Así pues que bien vale la pena reflexionar un poco en todas estas cuestiones: Si alguien es un Buen dueño de Casa, un buen hijo, un buen hermano, un buen padre, una buena madre, un buen ciudadano, si es una persona decente, si es una persona que no es lunática, que no es “cuchufletas”, está preparada, pues, para el Trabajo Interior sobre sí misma... Hasta aquí, pues, mi respuesta.
D....Nos hablara algo sobre los Estados de Consciencia y del comportamiento psicológico que debe tener una persona frente a cada uno de los Eventos...
M. Bueno, la mayor parte de la gente, cuando nos narra la historia de su vida en forma gratuita sólo cuentan Eventos, es decir, sucesos; y creen que su narración es plena, completa, lo cual es falso.
Han olvidado, tales personas, los Estados de Conciencia correspondientes a los diversos sucesos de su propia existencia. No hay duda de que todo evento va acompañado de un Estado de Consciencia. HAY TANTOS ESTADOS DE CONCIENCIA CUANTOS EVENTOS HAY; eso es obvio.
Mas, muchas veces sucede que no nos hallamos en el Estado de Conciencia apropiado para tal o cual situación, y el resultado suele ser el fracaso. Podría decirse que esos acontecimientos que toda la vida hemos estado aguardando, el día que verdaderamente llegan acaecer, entonces, no sabemos apreciarlos, por no hallarnos en el Estado Interior apropiado.
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