Nuestra propia realidad

RealidadVamos a platicar un poco esta noche, sobre los asuntos que más nos interesan y por los cuales nosotros nos hallamos aquí. Hermanos: ciertamente, lo fundamental en lvida es llegar a tener realidad. En nombre de la Verdad he de decir que todavía el humanoide es algo no logrado.

Si observamos las especies inferiores que habitan sobre la faz de la Tierra los animales unicerebrados y bicerebrados, podemos evidenciar, por sí mismos, ya nacen completos. Un caballo, es completo; una vaca, da la leche y nace completa, pero nosotros nacemos incompletos.

Nuestro cuerpo se forma dentro del vientre materno, allí se gesta y luego nace, crece, se desarrolla; la energía creadora lo hace surgir a la existencia. En su proceso de desarrollo, dentro del vientre materno, vemos como se van formando los diversos órganos, pero al nacer todavía no está completo; ni siquiera la fontanela frontal del recién nacido se encuentra cerrada.

Eso que las gentes llaman aquí la mollera, o mollerita del recién nacido, está sin cerrar. Si añadimos, a eso su condición en que se encuentra, veremos que no es completo.

Ciertamente y en nombre de la verdad y así lo reconocen los profesores de la Universidad de Medicina, el animal intelectual dicen es un mamífero racional. Y es verdad: no está completo. El germen que se desarrolló entre el vientre materno, por el hecho de haber nacido, no quiere decir que ya se ha completado la criatura. El desarrollo de la criatura prosigue en su sentido ordinario, como humanoide hasta los 21 años. Ahora comprenderán porqué es peligroso, realmente, que un adolescente tenga relación sexual: el adolescente no ha completado su desarrollo, y no lo completa sino hasta los 21 años.

La energía creadora que lo hizo surgir a la existencia, esa energía que provocó la concepción del feto dentro del claustro materno, que lo trajo a la vida, esa misma energía tiene que desarrollarlo; pero sólo a los 21 años el adolescente ha llegado a su completo desarrollo como humanoide. Pero eso no quiere decir que realmente, por tal motivo, su desarrollo total esté ya completo. No, como humanoide se ha desarrollado, mas no como Hombre; el Hombre debe ser hecho, debe ser creado.

Nosotros somos humanoides, pero no Hombres; el Hombre debe formarse dentro del humanoide, como la mariposa dentro de la crisálida. En los tiempos antiguos, todo esto se entendía, todo esto se sabía.

Hay algo muy bello que tenemos en nuestro interior, me refiero a la Conciencia, me refiero a la Esencia, a eso que se llama “Alma”. Originalmente la Conciencia, o el Alma, o como ustedes quieran denominarla, vino de la Vía Láctea, hace muchos años, millones de años. La Esencia de cada uno de los aquí presentes, vino de la Vía Láctea, y en la Vía Láctea resonará con la armonía del Universo.

Posteriormente, pasó el disco solar, y prosiguiendo por entre los planetas del Sistema, llegó aquí al mundo, se desarrolló en el mineral, continuó en el vegetal, prosiguió en el animal y al fin se reincorporó en un organismo humano, o de humanoide. Pero la Esencia, desafortunadamente, debido a nuestros errores, quedó envuelta en una serie de elementos indeseables.

La Esencia es la Conciencia, y está envuelta o embotellada entre un cúmulo de elementos indeseables. Es necesario quebrantar tales elementos, para que la Esencia quede despierta. Una Esencia despierta, una Conciencia despierta, tiene acceso a los mundos superiores de eternidad; una Conciencia despierta puede ver, tocar o palpar las grandes realidades del Mundo del Espíritu Puro; una Conciencia despierta puede dirigir todas las circunstancias adversas de la vida.

Una Conciencia despierta no es víctima jamás de las circunstancias: puede dirigirlas a voluntad, puede originar nuevas circunstancias. Pero, para que la Conciencia despierte, los elementos indeseables que llevamos en nuestro interior deben ser destruidos. Esos elementos son: la ira, la codicia, la lujuria, la envidia, el orgullo, la pereza, la gula, etc. Es necesario eliminar tales elementos y en vez de eso crear algo diferente.

Esos elementos indeseables que llevamos en nuestro interior, son una creación falsa, una falsa creación, y debe ser destruida.

Cada uno de nosotros carga en su interior una falsa creación. Necesitamos hacer una creación nueva dentro de nosotros mismos, y esto solamente es posible destruyendo nuestros defectos psicológicos, acabando con todos esos errores que llevamos en lo más profundo de nosotros mismos, acabar esos errores, acabar esos defectos, crear algo nuevo en nosotros.

¡Es posible crear algo nuevo, es posible crear los Cuerpos Existenciales Superiores del Ser! Si cada humanoide aprovechara esa energía creadora que lo trajo a la existencia –esa energía mediante la cual pudo llegar a tener un cuerpo de carne y hueso–, si llegara a la edad de los 21 años, y en vez de despilfarrar esa energía la aprovechara para crear sus Cuerpos Existenciales Superiores del Ser, la Esencia quedaría vestida con esos Cuerpos, esa sería una creación nueva. Más vale hacer una creación nueva, que continuar con esa creación vieja que tenemos.

La creación vieja que llevamos en nuestro interior repito, está constituida por los agregados psíquicos y esos agregados son nuestros defectos.

Tenemos innumerables defectos. Realmente, aunque poseyéramos mil lenguas para hablar y paladar de acero, no acabaríamos de enumerarlos a todos cabalmente. Eliminar tales defectos, tales agregados, es lo indicado. Y en vez de esos agregados que parecen un verdadero enjambre de demonios en nuestra psiquis, en nuestro interior, crear repito, los Cuerpos Existenciales Superiores del Ser.

Estos se crean con la misma fuerza con la que nuestro cuerpo físico fue creado, con la misma fuerza con la que se desarrolló entre el vientre materno, con la misma fuerza que lo hizo crecer desde niño, hasta la edad de los 21 años. Tal fuerza se llama sexual, es la energía del sexo.

Así pues, en los tiempos antiguos las gentes eran más sabias. En la Lemuria se vivía de 12 a 15 siglos. Había, en aquella época, tiempo suficiente para que la Esencia pudiera vestirse con los Cuerpos Existenciales Superiores del Ser. Los Lemures, después de la edad de los 21 años, en vez de despilfarrar la energía creadora, la transmutaban; con esa energía creaban los Cuerpos Existenciales Superiores del Ser. Y si demoraban en casarse muchos siglos, no importaba, porque vivían de 12 a 15 siglos. De manera que siempre, a la larga, podían darse el lujo de fabricar, mediante esa la fuerza sexual, los Cuerpos Existenciales Superiores del Ser.

Hoy en día, la vida es bien breve. A los 21 años comienza la juventud; antes de los 21 años, está la adolescencia y la primera y la segunda infancia. Desgraciadamente, los adolescentes ya gastan esa energía, sin haber terminado ni siquiera su desarrollo como humanoides. Si los adolescentes, en vez de despilfarrar esa energía la ahorraran, y al llegar a los 21 años la aprovecharan inteligentemente para crear los Cuerpos Existenciales Superiores del Ser, tendríamos una cosecha de Maestros. Desgraciadamente, al llegar a la adolescencia, a la juventud, viene el despilfarro de la energía creadora, vienen los abusos sexuales, etc.

Hoy en día estamos de afán, ya no se vive de doce a quince siglos. Hoy en día, hay que crear los Cuerpos Existenciales Superiores del Ser antes de que llegue vejez, porque si llegamos a viejos y no hemos creado esos Cuerpos, tendremos que desencarnar habiendo perdido el tiempo; nos encontraremos en el Mundo Astral entonces, convertidos en algo que no tiene ningún valor, puesto que, ¿qué es la muerte? La muerte es una resta de quebrados. Cuando llega la hora de la muerte ¿qué es lo que continúa en el más allá? Los valores. Ustedes saben que si hacemos una resta de quebrados, eso es lo que queda: los valores. Y la muerte es una resta de quebrados y lo que continúa son los valores.

Pero, ¿qué valores son esos? Valores positivos y valores negativos: los yoes del bien y los yoes del mal, los yoes de nuestros defectos. Todos esos son yoes.

¿Qué es el Ego, pues? Una suma de yoes. Y esos yoes, ¿qué son? Elementos indeseables, subjetivos. No todos los “yoes” son malos; los hay buenos, pero no saben hacer el bien. Hacen el bien cuando no se debe hacer; los yoes del bien, no saben hacer el bien. Ustedes saben, por ejemplo, que el agua dentro del lavamanos, es útil; ustedes saben muy bien que el fuego, en la cocina, es bueno. Pero si el agua, por ejemplo, se sale del lavamanos e inunda la casa, será mala. Si el fuego se sale de la cocina y quema las cortinas de la sala, será malo. Así, bueno es lo que está en su lugar; malo, lo que está fuera de lugar.

Los yoes buenos que tenemos dentro, no saben hacer el bien, hacen el bien cuando no se debe hacer. No lo saben hacer, y si lo hacen, lo hacen mal. Por eso es que es necesario acabar con los “yoes” del bien y acabar con los “yoes” del mal; empuñar la espada de la Justicia Cósmica, pasar más allá del bien y del mal. Eliminar –digo– la creación equivocada que todos llevamos dentro, hacer una creación nueva. Eso es im-por-tan-tí-si-mo.

¿Cómo haremos esa creación nueva? Pues sencillamente, transmutando la energía creadora. En vez de andar en lascivias, en fornicaciones, aprovechar esa energía que puso nuestro cuerpo en la existencia, esa energía maravillosa que nos hizo crecer. Utilizarla sabiamente, para crear los Cuerpos Existenciales Superiores del Ser.

Si no hiciéramos el trabajo, si no acabáramos con esa creación equivocada que tenemos dentro la de los yoes, pues eso es lo único que continuará allá en la Eternidad: ese montón de diablos. Pero si nosotros creamos los Cuerpos Existenciales Superiores del Ser y eliminamos nuestros defectos psicológicos, recibiremos los principios anímicos y espirituales y nos convertiremos en hombres de verdad, en hombres reales.

Con la energía sexual, se pueden hacer maravillas. Si transmutamos la energía sexual, con ella podemos crear el Cuerpo Astral. Uno sabe que tiene Cuerpo Astral cuando puede usarlo, cuando puede viajar con él. Uno sabe que tiene un Cuerpo Astral cuando puede usarlo, como las manos o como los pies. Ese Cuerpo Astral está sometido a 24 leyes, es un organismo maravilloso. Raras son las personas que nacen con un Cuerpo Astral; no es un implemento necesario para la vida, pero uno puede crearlo, puede fabricarlo. Quien se dé ese lujo, después de muerto se encontrará con que tiene una verdadera Personalidad Astral, se encontrará con que continúa vivo en esa Región de los Muertos.

El Cuerpo Mental es el Cuerpo de la Razón Objetiva. Hay dos tipos de Razón, mis queridos hermanos. La primera es la razón subjetiva. Ella se fundamenta en las percepciones sensoriales externas con los datos de los sentidos, elabora conceptos de contenido y así funciona: no puede saber nada de lo Real, de la Verdad, del Ser, de Dios, porque sus procesos razonativos se basan en los datos de los cinco sentidos, y nada más. Por eso Don Enmanuel Kant, el gran filósofo de Koenisberg, en la “Crítica de la Razón Pura” demostró que la razón subjetiva la razón esta, común y corriente, que poseemos todos, nunca puede saber nada de la Verdad, de lo Real.

Pero hay otra Razón que bien vale la pena desarrollar en nosotros; me refiero, en forma clara, a la Razón Objetiva. La Razón Objetiva se tiene cuando se tiene un Cuerpo Mental, individual, y ese Cuerpo Mental hay que fabricarlo y se fabrica con la energía sexual, mediante la transmutación de la energía creadora.

Quien posea ese Cuerpo Mental, tendrá Razón Objetiva. La Razón Objetiva se fundamenta en los datos de la Conciencia, funciona con los datos que aporta la Conciencia. Hombres de Razón Objetiva, son los sabios verdaderos, los iluminados. Uno sabe que posee un Cuerpo Mental, individual, cuando es capaz de recibir la sabiduría divina directamente, cuando es capaz de pensar sin necesidad de los informes de los cinco sentidos.

Y hablando de la voluntad, ¿qué diremos? Las gentes comunes y corrientes no tienen una voluntad definida. Como quiera que tenemos dentro una creación equivocada, defectos personificados por tales y cuales “yoes”, obviamente cada uno de esos “yoes”, cada uno de esos demonios pensantes que llevamos en nuestro interior, posee su voluntad propia. Así pues, tenemos muchas voluntades, no una sola voluntad.

Necesitamos crear el Cuerpo de la Voluntad Consciente, para poder dirigir nuestros actos. Quien se dé el lujo de crear el Cuerpo de la Voluntad Consciente, podrá originar nuevas circunstancias, no será víctima de las circunstancias. Nosotros necesitamos crear ese Cuerpo, el Cuerpo Causal, como se le llama también. Quien se dé el lujo de crearlo, obviamente se convierte en un Maestro.

Un hombre con los Cuerpos Físico, Astral, Mental y Causal, es un Hombre ya desarrollado. Los animales nacen completos, pero el humanoide nace incompleto: necesita desarrollarse, completarse, mediante trabajos conscientes y padecimientos voluntarios. Necesita transmutar la energía creadora, para crear los Cuerpos Astral, Mental y Causal, y recibir los Principios Anímicos y Espirituales, así se convierte en Hombre; necesita eliminar la creación equivocada que lleva dentro, constituida por el “yo pluralizado”, multitud de demonios, personificando errores, y que todo ser humano lleva en su interior.

Así pues, hay que desarrollar al Hombre dentro de nosotros mismos; hay que crear al Hombre, necesitamos de la disponibilidad al Hombre, crearlo es indispensable.

El Cuerpo Astral tiene sus leyes: está gobernado por 24 leyes. El Cuerpo Mental también es un organismo maravilloso, dirigido por 12 leyes, y el Causal está gobernado por 6 leyes. El Cuerpo Astral tiene su anatomía, su fisiología, su Psicología. Existe un procedimiento secreto que permite, al Adepto que desencarna, continuar viviendo aquí en el mundo físico con el Cuerpo Astral. Se puede materializar, tal Cuerpo, y vivir físicamente, convivir físicamente con las gentes, durante un año después de muerto.

Es un organismo completo; debe alimentarse también, y se alimenta cuando nosotros aprendemos a transformar las impresiones diversas de la vida, cuando aprendemos a transformarlas mediante una clave muy sencilla, que consiste en aprender a recibir con agrado las manifestaciones desagradables de nuestros semejantes. Quien haga esto, con tales impresiones transformadas podrá alimentar al Cuerpo Astral, para que se desarrolle plenamente.

Yo quiero que ustedes tengan un Cuerpo Astral y que puedan relacionarse en todos los ámbitos del Universo; que puedan, con ese Cuerpo, viajar a cualquier lugar de la Tierra; que puedan asistir, con ese Cuerpo, a la gran Logia Blanca. Yo quiero que ustedes tengan un Cuerpo Mental, para que ustedes aprendan a recibir el conocimiento de su propio Ser, en forma directa; para que no dependan más de los cinco sentidos, para que puedan experimentar la Verdad. Yo quiero que ustedes tengan un Cuerpo de la Voluntad Consciente, para que no sean víctimas de las circunstancias, para que puedan originar nuevas circunstancias.

Hay necesidad de hacer una creación nueva dentro de nosotros mismos, es indispensable crear al Hombre dentro de sí mismos, pero también se hace indispensable eliminar la creación equivocada que llevamos en nuestro interior: la ira, la codicia, la lujuria, la envidia, el orgullo, la pereza, la gula. Todos esos defectos están personificados por demonios vivientes. En el Egipto antiguo, a tales demonios se les denominaban “Demonios rojos de Seth”. Así pues, debemos acabar con esos “Demonios rojos” para libertar el Alma, para libertar la Conciencia, y en vez de esa creación equivocada, fabricar los Cuerpos Existenciales Superiores del Ser.

Hay que hacer la Gran Obra, pero hacerla con amor. Y después de recibir este conocimiento, hay que compartirlo con nuestros semejantes, llevar la enseñanza a todos los rincones del mundo, fundar por donde quiera grupos de gentes que estén, en verdad, dispuestas a estudiar todo el Cuerpo de Doctrina.

Es necesario que ustedes comprendan que el Sol está haciendo un gran ensayo: el Sol quiere crear Hombres. Durante la época de Abraham, hubo bastantes creaciones de Hombres; en los primeros ocho siglos del cristianismo también hubo bastantes Hombres que fueron creados; en la Edad Media, unos cuantos fueron creados, pero en esta época las creaciones han sido muy pobres.

El Sol está haciendo un ensayo, pero como quiera que las creaciones han sido muy pocas, va a destruir esta Raza y la va a destruir dentro de poco con un gran cataclismo. Es bueno que ustedes sepan que una Raza no dura más que lo que dura un año sideral. Así como la Tierra tiene su año, que consiste en la vuelta de la Tierra alrededor del Sol, en 365 días y algunas fracciones, con minutos y segundos, así también existe un año sideral.

Y es que nuestro Sistema Solar, junto con nuestra Tierra, viaja alrededor del Cinturón Zodiacal; ese viaje equivale a unos 25.968 años, que es el tiempo que dura una Raza. Nuestra Raza empezó después del Diluvio Universal; entonces se inició un viaje que comenzó en el signo del Aguador, pero el viaje está concluyendo porque ya el Sistema Solar regresó, otra vez, al signo del Aguador.

Durante el trayecto, los polos de la Tierra se van desviando, y ya sabemos que, en estos momentos, el polo geográfico no coincide con el polo magnético. En estos instantes, si un avión viaja hacia el polo, dirigido por la aguja magnética, al descender sobre lo que se considera exactamente el polo, nos hallaremos con que ya no está el polo en ese lugar porque ya no coincide el polo magnético con el polo geográfico: Los polos se están desviando hacia el Ecuador. A ello se deben los cambios en los climas, las alteraciones en la primavera, las alteraciones en el verano, etc., y pronto los ejes de la Tierra se habrán revolucionado.

Añádese, a ese acontecimiento insólito, la venida de Hercóbulus: un gigantesco monstruo que viene a devorarse la Tierra. Está ya a la vista de todos los telescopios del mundo, forma parte de un sistema solar muy lejano, que se llama “Sistema Solar de Tylo”.

Hercóbulus es seis veces más grande que Júpiter y pasa por un ángulo del Sistema Solar. Cuando esto sea, se precipitará la revolución de los ejes de la Tierra y el fuego de los volcanes, atraído por la fuerza de gravedad de Hercóbulus, incendiará al mundo y el agua completará la tragedia: los mares cambiarán sus lechos, y estas tierras sobre las cuales nosotros estamos viviendo, quedarán en el fondo de los mares.

El viaje está concluyendo; solamente faltan unos pocos años, verdaderamente, para que el viaje llegue a su final. Y es bueno que ustedes entiendan eso: que el viaje está concluyendo y que una Raza no dura más que lo que dura un año sideral.

Ahora bien, así como la Tierra tiene sus cuatro estaciones primavera, verano, otoño e invierno, así también el año sideral tiene cuatro estaciones: primavera, la Edad de Oro; verano, la Edad de Plata; otoño, la Edad de Cobre; invierno, la Edad de Hierro. En estos instantes, estamos en la Edad de Hierro, en el invierno. La humanidad ha llegado al colmo de la perversidad y las creaciones humanas son pocas, han sido pocos los éxitos en el tubo de ensayos de la Naturaleza.

La gente ha perdido todo interés por la Inteligencia Solar y cuando la gente pierde todo interés por la Inteligencia Solar, el Sol también pierde interés por la gente y se da el lujo de crear una nueva Raza, para el experimento en el laboratorio de la Naturaleza.

El Sol quiere crear hombres, pero no es posible hacer esa creación si nosotros no cooperamos con el Sol. Dentro de nosotros están los gérmenes de los Cuerpos Astral, Mental y Causal, que si se desarrollan, nos convertimos en hombres. Pero es necesario que se desarrollen; no pueden desarrollarse si nosotros no cooperamos con el Sol. Necesitamos cooperar con el Sol, mis estimables hermanos, si es que queremos el desarrollo de los Cuerpos Existenciales Superiores del Ser.

Es necesario entender la necesidad de cooperar; pero voy a concretar, en forma práctica lo que estoy diciendo. ¿Qué son los “yoes”? Entidades psicológicas que viven en el fondo de nosotros mismos. Los hay buenos, los hay malos; los hay útiles, los hay inútiles, pero son subjetivos e inhumanos, nuestra Conciencia está embotellada entre esos yoe”. Necesitamos pulverizarlos, reducirlos a cenizas, y eso es posible si nosotros nos encontramos siempre en estado de alerta percepción, alerta novedad.

Es en el terreno de la vida práctica donde debemos auto-descubrirnos, porque en relación con aquellos que nos rodean, los defectos que llevamos escondidos afloran, y si estamos alertas, los vemos. Defecto descubierto, es un “yo” descubierto, un “yo” que tiene mente para pensar, que tiene voluntad, que tiene deseos, es una entidad viviente que vive en nosotros, diabólica. Si nosotros nos proponemos destruirla, la destruimos. Lo primero que interesa es descubrir, para luego desintegrar.

Observación, es indispensable: observar nuestros propios defectos psicológicos, y después enjuiciarlos y por último desintegrarlos. A los espías, en la guerra, primero se les observa, segundo se les enjuicia y tercero se les fusila; eso tenemos que hacer con los “yoes”. Si un pensamiento de ira nos asalta, es un “yo” que debemos primero observar, luego enjuiciar y tercero desintegrar. Y no es posible desintegrar, ningún defecto psicológico, con la mente. La mente, por si sola, puede rotular a cualquier defecto con cualquier nombre que quiera, pasarlo de un nivel a otro, esconderlo de sí misma y de los demás, pero no acabarlo, no aniquilarlo. Se necesita de un poder que sea superior a la mente.

Afortunadamente, ese poder existe. Quiero referirme en forma enfática, al poder del Kundalini. Mediante la Divina Madre Kundalini, podemos nosotros pulverizar cualquier defecto. Kundalini es Tonantzin, Kundalini es Isis, Kundalini es Ram-Io; Kundalini es, también, Diana Cazadora, y es también Adonía, y es Insoberta, y es Rea, y es Cibeles, y es María: una parte de nuestro propio Ser, pero derivado. Si rogamos a Ella, a esa parte de nuestro propio Ser, y le suplicamos de corazón que desintegre el “yo” que nosotros hayamos entendido, que hayamos comprendido, Ella así lo hará, lo pulverizará, lo desintegrará. Y al fin, con ese procedimiento, podremos ir desintegrando, acabando con todos los “yoes” que tenemos en nuestro interior, y un día la Esencia estará libre.

Así pues, eliminar esa creación equivocada, es necesario para hacer dentro de nosotros una creación nueva: crear los Cuerpos de Oro para el Cristo Intimo. Levantar el Templo del Señor dentro de nosotros mismos es un Templo de Oro Puro, y ese Templo estará formado por los Cuerpos Existenciales Superiores del Ser, y esos Cuerpos se formarán transmutando la energía creadora.

Todo eso se lo enseñaremos en nuestras obras, todo el esoterismo. Les enseñaremos como transmutar esa poderosa energía, para poder crear los Cuerpos Existenciales Superiores del Ser.

En mis libros, he escrito lo que es esa Ciencia. Existe “El Matrimonio Perfecto”, existe “El Misterio del Aureo Florecer”, existe “La Doctrina Secreta de Anawak”. En esos libros se encuentra la clave para transmutar la energía creadora y crear mediante ella los Cuerpos Existenciales Superiores del Ser y convertirse en Hombres.

Así pues, eliminar lo inhumano, es necesario, y crear dentro de nosotros lo humano, es inaplazable, impostergable. Sacrificio por la humanidad, es el tercer factor. Claro, si amamos de verdad a los seres humanos, levantaremos la antorcha bien en alto, para mostrar el camino a otros.

Hoy en día, así como estamos, no somos sino sencillamente humanoides, desgraciadamente. Ha llegado la hora de crear al Hombre, de que surja el Hombre, de que aparezca el Hombre. Las gentes se siguen creyendo Hombres, pero el Hombre es el rey de la creación. ¿Cuál puede gobernarse a sí mismo? Y si no somos capaces de gobernarnos a sí mismos, ¿cómo podríamos gobernar el Universo? Y si el Hombre es el rey del Universo, ¿entonces no resultaría acaso contradictorio decir que todos los que poblamos la Tierra somos Hombres? Si eso fuera cierto, seríamos todos reyes de la creación, amos del Universo, y hasta ahora no somos ni siquiera amos de sí mismos: somos víctimas de las circunstancias, víctimas de nuestros propios errores.

Hay necesidad de destruir esa creación equivocada que llevamos en nuestro interior y hacer una creación nueva. Bello es poseer un Cuerpo Astral, para explorar todos los rincones del Universo; bello es poseer una mente que pueda funcionar con los datos exclusivos de la Conciencia; bello es poseer un Cuerpo de la Voluntad, una Voluntad Individual que le permita, a uno, gobernar todas las circunstancias, hacerse amo, pero amo de verdad, amo del Universo.

Hasta aquí mi plática de esta noche. Pero estoy dispuesto naturalmente, a responder preguntas. Todos, cada cual puede preguntar en relación con el tema, lo que bien quiera.

Samael Aun Weor 

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