Viví en la Atlántida
Quiero que ustedes, señoras y señores, se den cuenta cabal de que los sabios del siglo XX no son los primeros en lanzar cohetes al espacio, ni tampoco los únicos terrícolas que han podido enviar astronautas a la Luna.
La civilización decadente del materialismo aberrante y sus secuaces, los fanáticos de la Torre de Babel, habitantes de la sumergida Atlántida, crearon mejores cohetes impulsados por energía nuclear y enviaron hombres a la Luna. Esto me consta, lo vi y de ello doy testimonio porque yo viví en la Atlántida. (Samael Aun Weor)
Todavía recuerdo un aeropuerto del sumergido continente... muchas veces desde un restaurante vecino, caravacín o asana, vi partir esas naves entre los gritos de entusiasmo de las enaltecidas multitudes.
¿En qué quedó todo esto?, ¿qué fue de los titanes? Ahora sólo podemos hallar polvo en el noveno círculo infernal doctrina Gnóstica develada por Samael Aun Weor
Solo el Teide en las islas Canarias en España, quedó para decir a la humanidad: Aquí fue en un tiempo la famosa Atlántida. Cada raza tiene siete sub-razas y muere. La cuarta raza atlante tuvo también estas sub-razas.
Crecieron en orgullo los de la tercera y cuarta sub-razas atlantes diciendo: Somos los reyes, somos los dioses.
Tomaron esposas de hermosa apariencia de la raza de los aún sin mente o de cabeza estrecha, engendrando monstruos, demonios maléficos, hombres machos y hembras y también khados con mentes pobres. (Khados palabra Tibetana, que quiere decir, malos demonios hembras, segun la creencia popular. En la filosofía esotérica, son fuerzas ocultas y malignas de la Naturaleza.)
Construyeron templos para el cuerpo humano, rindieron culto a varones y hembras, entonces cesó de funcionar el tercer ojo. Construyeron hermosas y enormes ciudades, labrando sus propias imágenes según su tamaño y semejanza, y las adoraron.
Los fuegos internos habían ya destruido la tierra de sus padres (la Lemuria), el agua amenazaba a la cuarta raza (atlante). Las primeras grandes aguas vinieron y sumergieron las siete grandes islas. Los buenos fueron salvados y los malos destruidos. Pocos hombres quedaron, algunos amarillos, otros color castaño y negro y algunos rojos.
Los del color de la Luna, los Tuatha, habían desaparecido para siempre. Transcribimos a continuación un manuscrito maya que es parte de la famosa colección de Le Plongeon, los manuscritos de Troano, y que pueden verse en el Museo Británico: "En el año seis de kan, el II muluc, en el mes de zac, ocurrieron terribles terremotos, que continuaron sin interrupción hasta el 13 chuen. El país de las lomas de barro, la tierra de Mu, fue sacrificada”.
Después de dos conmociones, desapareció durante la noche, siendo constantemente estremecida por los fuegos subterráneos, que hicieron que la tierra se hundiera y reapareciera varias veces en distintos lugares. Al fin, la superficie cedió y diez países se separaron y desaparecieron. Se hundieron 64 millones de habitantes 8,000 años antes de escribirse este libro."
En los archivos antiquísimos del antiguo templo de Lhasa (Tíbet), puede verse una antigua inscripción caldea, escrita 2,000 años antes de Cristo, que a la letra dice: "Cuando la estrella de Bal cayó en el lugar donde ahora sólo hay mar y cielo (Océano Atlántico), las siete ciudades, con sus puertas de oro y templos transparentes, temblaron y se estremecieron como las hojas de un árbol movidas por la tormenta.
“Y he aquí que oleadas de humo y fuego se elevaron de los palacios. Los gritos de agonía de la multitud llenaban el aire. Buscaron refugio en sus templos y ciudadelas y el sabio Mu, el sacerdote de Ra-Mu, se presentó y les dijo: -¿No os predije esto? Los hombres y las mujeres, cubiertos de piedras preciosas y brillantes vestiduras, clamaron diciendo: ¡Mu, sálvanos! Y Mu replicó: Moriréis con vuestros esclavos y vuestras riquezas, y de vuestras cenizas surgirán nuevas naciones”.
“Y si ellos (refiriéndose a la quinta raza aria) se olvidan que deben ser superiores, no por lo que adquieren, sino por lo que dan, la misma suerte les tocará. Las llamas y el humo ahogaron las palabras de Mu y la tierra se hizo pedazos y se sumergió con sus habitantes en unos cuantos meses". ¡Qué pueden decir los críticos ante estas dos historias, una del Tíbet y otra de Meso-América? Las dos relatan la catástrofe atlante
La famosa historia del Diluvio Universal, cuyas versiones se encuentran en las tradiciones de todas las razas humanas, es simple recuerdo de la gran catástrofe atlante. Todos los pueblos antiguos veneraron y adoraron a los dioses santos que vivieron en la Atlántida y que hoy moran en el Empíreo.
La ATLÁNTIDA unía geográficamente América al Viejo Mundo. Las civilizaciones de Indo-América tienen su raíz en el continente atlante. Momentos antes de la catástrofe atlante se sacó al pueblo selecto. Algunos vinieron a Meso-América y otros a la meseta central del Asia. Colonizaron el Tíbet, Persia, Egipto, etc., etc. En pleno Egipto se hallan aún pirámides mayas.
Hay plena documentación de que el Maestro Jesús aprendió el maya en el Tíbet y que hablaba maya. Para prueba de ello tener-nos la frase pronunciada en el Gólgota. Es una frase maya que los judíos no entendieron, porque no hablaban maya: HELI LAMAH ZABAC TANI. Decían los judíos: A Elías llama, a ver si viene a salvarlo.
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