El origen del burro
Aunque parezca increíble el burro es, entre muchos otros, un animal de origen humano.
Mucho se ha hablado del famoso asno de Apuleyo, de Jesús entrando en Jerusalén montado en un asno, etc.
Siempre se asocian las bajas pasiones y la falta de inteligencia con la figura del pobre asno.
Cuando investigamos las memorias del gran libro de la naturaleza descubrimos con asombro el origen de dicho animal.
A principios de la Lemuria existía en ese continente una tribu de enormes gigantes monstruosos y negros. Cada individuo de dicha tribu bárbara tenía por lo menos de seis a ocho metros de estatura.
Realmente estos individuos eran verdaderos monstruos corpulentos y horribles.
Habían salido, dicho sujetos, de entre el tubo de ensayo del gran laboratorio de la naturaleza en un intento para crear al hombre. Dicho ensayo fue un verdadero fracaso de la naturaleza.
Aquellos individuos fueron bestiales y se mezclaron sexualmente con ciertos monstruos antediluvianos.
De esta mezcla resultó una especie de monstruoso chimpancé; éste, a su vez, se mezcló con otras bestias resultando por fin, después de muchos millares de años, el asno primitivo del cual desciende el asno actual.
Estamos haciendo afirmaciones que disgustan a los fanáticos de las teorías basas en el dogma de la evolución, empero, es verdaderamente cierto que en la Naturaleza se procesan simultáneamente la evolución y la involución, la creación y la destrucción.
La Naturaleza contiene todas las posibilidades, aun las más siniestras. Naturaleza es Naturaleza.
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