Victor M. G. murió a los 58 años
Para efecto, para poder continuar por la humanidad, no me ha quedado más remedio que reencarnarme, pues, actualmente estoy en proceso de reencarnación, no necesito pasar por la reencarnación como la pasan todos los seres humanos común y corriente, ¡no!
Yo la paso en vida, la vida mía como Víctor Manuel Gómez no dio más que 58 años, yo morí a la edad de 58 años, ya Víctor Manuel Gómez no existe, murió, murió el año pasado; ustedes dirán, que raro eso ¿no?
Desde entonces comencé a reencarnarme en Mi Cuerpo Egipcio y se comenzó un intercambio atómico entre el vehículo de Víctor Manuel Gómez y el Cuerpo Egipcio que está metido dentro de un sarcófago bajo una pirámide.
Comenzó un intercambio molecular atómico muy interesante, ese intercambio molecular atómico permite que todos los átomos queden allá metidos en Egipto, en el sarcófago, y que todos los átomos de la momia queden aquí.
En una palabra, si ustedes por ejemplo hicieran un experimento, un átomo tuyo se desprende, por ejemplo, aquí de tu brazo y pasa aquí al brazo de nuestro hermano Quintero, a su vez de ahí, del brazo del hermano Quintero, del mismo punto exacto, se desprende el átomo, donde el átomo tuyo ha de ser colocado y regresa y se ocupa el lugar vacío, y así se la pasan entre un intercambio atómico entre ustedes dos, terminas vestido con el cuerpo del hermano Quintero y el hermano Quintero termina vestido con tu vehículo, eso es obvio, es un intercambio atómico.
P.- En una de sus primeras obras nos relata usted V.M., el caso de un Maestro que también tuvo que realizar este trabajo.
R.- Sí, en una forma similar, pero no igual, por que yo el intercambio atómico lo estoy realizando con mi propio cuerpo egipcio que está vivo entre un sarcófago, vivo, en estado de catalepsia, de manera que yo estoy intercambiando los átomos, reencarnándome en mi propio cuerpo egipcio. Hoy por hoy, esotéricamente se dice que tengo un año de edad.
P.- Ese sarcófago Venerable Maestro, ¿se encuentra oculto?
R.- Sí, está bajo una pirámide y tengo mi cuerpo egipcio allí. Ya por lo menos tengo parte de la cabeza egipcia, y todo el cuerpo estará sometido a intercambio atómico constante, de momento en momento, de segundo en segundo.
Cuando tenga dos años se notará un poquitico más, cuando tenga siete años se notará más la cosa. Cuando cumpla la edad de veintiún años, mayoría de edad, verán el egipcio completo; y totalmente completo a la edad de treinta años.
Entonces todo el cuerpo egipcio estará acá y todo el cuerpo de Víctor Manuel Gómez habrá quedado en Egipto, en el lugar del sarcófago, entre el sarcófago. Este intercambio atómico en esoterismo se llama Reencarnación. Me estoy reencarnando en vida para poder quedar con el cuerpo egipcio trabajando en favor de la humanidad por tiempo infinito, durante todo el Mahanvantara.
P.- Venerable Maestro, ¿el cuerpo de Víctor Manuel Gómez entonces queda como un vehículo de reserva suyo para cualquier necesidad?
R.- Para cualquier necesidad allá queda entre el sarcófago. Y ya no tengo aquí todo el cuerpo ese que tú conociste. Ya la cabeza esta, si la observas bien, ya no es la misma, ya la cabeza más que todo es egipcia. No quiero decirte que el cambio total se halla hecho, empieza, hasta ahora un año de edad nada más. Víctor Manuel Gómez murió. El cuerpo vital que tengo aquí es el del cuerpo egipcio, ya hice el cambio. El vital que Víctor Manuel Gómez tenía allá en Egipto, el vital de la momia, quedó acá.
La personalidad de Víctor Manuel Gómez, esa personalidad que platicaba contigo y todo eso, constantemente me toca combatirla, y hay veces que se presenta y desenvaino la espada y la saco. Un día estaba dictando una conferencia y se me sentó al lado, venía a dictar una conferencia; tuve que desenvainar la espada y correrlo, hacerlo huir. Vuélvete al sepulcro, le dije; se fue para Egipto, la descarté.
Aquí la personalidad que tengo es la misma que estuvo en la época del antiguo Egipto de los faraones, es la que tengo aquí, la personalidad egipcia; a través de esa personalidad estoy hablando y estoy actuando.
Es claro que al tener el cuerpo vital egipcio y la personalidad egipcia aquí, estoy halando los átomos del cuerpo egipcio más rápidamente y con más efectividad de instante en instante, de manera que de esa forma continuaré trabajando.
Pero Víctor Manuel Gómez murió a la edad de cincuenta y ocho años.
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