Minerva o Atenea
Me encontraba (Samael Aun Weor) dentro de un Lumisial para realizar la invocación sagrada.
En el centro del Lumisial había oculto un triángulo sostenido por una columna.
Invoco a Minerva, la piedra del altar resplandece y en el centro aparece el rostro de Minerva y responde:
Soy Minerva, la diosa de la sabiduría, ¿qué quieres de mí? ¡La sabiduría! respondí.
¿Para qué quieres tú la sabiduría? Para ayudar a la humanidad.
Minerva guardó un silencio profundo y sólo quedaron sus ojos azules suspendidos en el ambiente. Entonces comprendí:
El silencio es la elocuencia de la sabiduría.
Cuando se retiró, quedó únicamente la piedra triangular sostenida sobre la columna de piedra.
Es obvio que hay que cristalizar dentro de nosotros mismos a las tres fuerzas primarias de la naturaleza y del cosmos, que devienen del Santo Okidanok, omnipotente y omnisciente. Incuestionablemente, el santísimo Okidanok estuvo representado por esa columna en la que se sostenía la piedra triangular... ¡he dicho!
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