Responde El dragón
Hacer CLICK aquí para acceder a la conferencia "El Dragón de las Tinieblas"
P- Maestro, el Divino Daimón sólo nos tienta en el trabajo del sexo o también en el trabajo de la Disolución del Ego?
R- Distinguida dama, es urgente que usted entienda que la raíz del Ego se encuentra en el abuso sexual, en la lujuria, en la fornicación, en el adulterio... Si a un árbol le quitamos sus raíces, es claro que este último muere. Algo semejante acontece al Ego.
Desafortunadamente, Lucifer debe educarnos en el sexo. Allí debe someternos a un entrenamiento riguroso mediante las más severas tentaciones. Es claro que si allí, en el sexo, salimos victoriosos, la desintegración del Ego se precipita inevitablemente.
No quiero decir con esto que todos los Defectos Psicológicos no deban ser trabajados con el propósito de reducirlos a cenizas; únicamente estoy poniendo cierto énfasis en la cuestión sexual, por tratarse de que en la fornicación está el pecado original.
P- Venerable Maestro, he oído decir que en alguno de los Evangelios el Gran Kabir Jesús dijo: "Hijos de Satán sois, mas no Hijos de Dios". ¿Podría explicarnos esto?
R- Distinguido caballero, escucho su pregunta y con el mayor placer me apresuro a responderle... Obviamente, todos somos "Hijos del Dragón", de Satán, del Diablo, de las Tinieblas. Si alguien quiere hacerse Hijo de Dios, debe vencer al Dragón, al Tentador, al Escamoso. Entonces nos habremos convertido en Hijos de Dios y en Dragones de Sabiduría.
Sin embargo, el Gran Kabir Jesús no maldijo jamás a su Sombra. En ninguno de los Cuatro Evangelios se ha dicho que Jesús hubiese extendido su diestra para maldecir a su propia Sombra. Cuando Jesús, el Gran Sacerdote Gnóstico, fue tentado por Satán, sólo exclamó: "¡Satán, Satán, escrito está: Al Señor tu Dios no tentarás, y a El sólo obedecerás"... Queda pues aclarado que Satán, Lucifer-Prometeo, debe obedecer a Dios. Su deber es tentar al Iniciado; absurdo sería que la Sombra del Eterno tentara al Eterno, o en otras palabras, que el Diablo tentara a Dios.
Se ve claramente por las palabras del Gran Kabir Jesús, que Lucifer es el Ministro del Altísimo, el Guardián de las Siete Mansiones, el Siervo de la Divinidad. Quienes anatematizan a la Sombra del Eterno Dios viviente, obviamente están anatematizando al mismo Dios, porque Dios y su Sombra son uno. ¿Entendido?
P- Maestro, no será que ese Diablo de la ortodoxia dogmática con sus cuernos, cola y trinche, en realidad existe como una representación de los Agregados Psíquicos que constituyen el Ego?
R- Distinguido caballero, ya dije en pasadas pláticas que debemos hacer una clara diferenciación entre lo que es el divino Daimón y lo que es el Ego. Indubitablemente, el Ego en sí mismo, con todos sus Agregados Psíquicos, es Luz Astral pervertida, mente maligna; nada tiene que ver con Lucifer. Es más bien la antítesis de Él, su opuesto fatal.
P- Entiendo, Maestro, que son totalmente diferentes el Divino Daimón y el Ego, pero como éste está formado por los Diablos Rojos de Seth, creo que el Diablo que todos conocemos del tridente, bien podría representar al Ego; ¿no lo cree usted así?
R- Distinguido caballero, el trasfondo de su pregunta está equivocado; se fundamenta en un error, en un prejuicio. No sé por qué, señores y señoras, se ha querido convertir a un reptil volador de la antigua Atlántida en un fetiche maligno.
No me parece pues correcto que tal error sirva de basamento a una pregunta; no estoy de acuerdo en que un pobre anfibio inocente tenga forzosamente que representar a la perversidad del Ego. Que tal reptil simbolice a la Sombra del Eterno, estoy de acuerdo; pero que alegorice a nuestros Defectos Psicológicos, francamente me parece incongruente. Bien podríamos alegorizar al Ego en cualquier otra forma: Recordemos a las Tres Furias Clásicas o a la Medusa, etc. Con tales figuras clásicas podríamos simbolizar al Ego y a sus Agregados Psíquicos.
P- Maestro, la religión católica, por ejemplo, no pone al Dragón como Diablo, sino que lo representa como un hombre con cuernos, cola, pezuñas y tridente. ¿Qué me dice usted de esto?
R- Aquí en el auditorio veo a una dama que ha hecho una pregunta muy interesante, y es claro que voy a responderle con toda claridad. Señores, señoras, el Diablo éste de la Religión Católica no es más que una desviación del mismo Dragón pictórico de los Caldeos, inspirado en un pobre reptil volador del continente Atlante.
Les invito a comprender que ese inocente animal fue pintado más tarde en forma de Dragón, y por último, en la más reciente figura del fetiche ese de pezuñas, cuernos y alas negras que tanto atemoriza a los ignorantes. Es necesario desechar la ignorancia, inquirir, indagar, estudiar...
P- Venerable Maestro, cuando se habla del Árbol de la Ciencia del Bien y del Mal, ¿qué es lo que realmente significa el "Mal", y qué es lo que significa el "Bien"?
R- Esta pregunta que sale del auditorio me ha parecido muy interesante, y siento agrado en contestarla... Amigos, quiero que ustedes sepan que "Bien", en el sentido más objetivo de la palabra, es todo aquello que hacemos conscientemente y de acuerdo con la Gran Ley; que Malo es todo aquello que después de hecho, nos produce remordimiento.
P- Maestro, hay mucha gente que aunque haga mal, esto no le produce remordimiento. ¿Podría decirnos por qué?
R- Distinguida dama, su pregunta merece examinarse detenidamente. Ante todo, ¿qué es el "remordimiento"? Si los aspectos trascendentales de nuestro Ser Intimo se enfrentan ante nuestro propio Logos, o ante el Sagrado Sol Absoluto, entonces podemos verificar por sí mismos los errores psicológicos de las partes inferiores de nuestra Psiquis, y esto nos produce remordimiento.
Normalmente, el citado proceso, lo que acabo de decir, se realiza en todos los seres normales, aunque estos en el Mundo Físico lo ignoren radicalmente; de todas maneras, sienten remordimiento después de una mala acción. Muy distinta es la suerte de los decididamente perversos. Estos últimos, como quiera que ya se han alejado demasiado del Sagrado Sol Absoluto debido a sus maldades, es claro que en sus fueros íntimos ya no se realizan tales procesos, y por ende, el remordimiento se hace imposible.
P- Maestro, nos ha explicado usted que el Dragón de las Tinieblas, en síntesis, es el Gran Entrenador en el Gimnasio de la Vida, y al cual hay que vencer para crear las virtudes, pero como al vencer al Dragón lo que estamos haciendo es decapitando al Ego, y como en este proceso tiene importancia primaria el trabajo con la Serpiente Ígnea de nuestros Mágicos Poderes, que indudablemente es nuestra Divina Madre, no puedo evitar el relacionar al Dragón de las Tinieblas con nuestra Divina Madre, o sea, Devi Kundalini. ¿Es esto incongruente?
R- Escucho la pregunta y voy a dar respuesta a ella con el mayor placer. Señores y señoras, vuelvo a traer a colación en estos instantes la pintura Caldea del Museo Británico: Tras el Árbol de la Ciencia del Bien y del Mal aparece el Dragón-Serpiente, es decir, el Gran Iniciador efectivo y práctico. Obviamente, el Dragón solamente representa a la Serpiente, y esto es incuestionable. Se dice que tenemos que "vencer al Dragón" o "matar al Dragón", simbólica afirmación de la victoria en la tentación.
Conforme somos entrenados y educados, conforme las gemas preciosas de las virtudes van resplandeciendo en el fondo de nuestra Alma, el Ego se va disolviendo, y esto es irrebatible, irrefutable. En todo caso hay que vencer al Dragón para ser devorados por la Serpiente. Dichoso aquel que se convierte en Serpiente.
P- Maestro, ¿podría el Dragón Interior, drásticamente realizar un milagro? Por ejemplo, hacer algo espectacular con el propósito de corregir a alguien.
R- Amigos míos, me viene a la memoria en estos momentos un relato, por cierto bastante interesante de un hermano gnóstico de Costa Rica. Nos dice el narrador que en un pueblo de su país sucedió un caso insólito e insospechado. Tratase de una mujer prostituta. Esta se embriagaba incesantemente con toda clase de bebidas alcohólicas, y en medio de su borrachera exclamaba: "¡Yo me echo diez o quince hombres al día, y todo hombre que se atraviese en el camino, me lo echo, y si el Diablo se me atravesara, también me lo echaría!"...
Sucedió que en cierta ocasión un marino llegó a sus puertas, el cual tenía hermosa presencia. La mujer aquella no tuvo inconveniente alguno en revolcarse con él en el Lecho de Procusto... Después de la fornicación, aquella mujer, sentada a la puerta del lenocinio, dirigió sus miradas a la calle... De pronto el mancebo, desde adentro, la llamó diciéndole: "Tú no me conoces, vuélvete y mírame para que me conozcas".
La infeliz, obedeciendo las indicaciones del amante, se levantó para dirigirse otra vez al interior de la abominable recámara, y luego, mirando a aquel que había sido su instrumento de placer, vio algo horripilante, terrible, tenebroso. El escamoso, disfrazado con la forma aquella que le dieran los ortodoxos del catolicismo romano, la miraba fijamente a tiempo que un fuerte olor a azufre llenaba el lugar... La mujerzuela no pudo resistir y cayó en el piso privada, a tiempo que daba algunos alaridos muy agudos... Los vecinos, al escuchar tales gritos vinieron a auxiliarla, pero el olor a azufre los hizo huir despavoridos.
Más tarde, la infeliz, después de haber relatado en el hospital lo sucedido, moría al tercer día; se la llevó el Diablo. Cuenta el narrador que aquel olor a azufre persistió por algún tiempo en el lenocinio, y que las gentes evitaban, por tal motivo, pasar por la calle donde estaba esa casa. Analizando juiciosamente tal relato, descubrimos prácticamente una operación de asepsia moral; un método de urgencia tomado por el propio Lucifer Interior para esa mujer. No hay duda de que su Dios Intimo ordenó a su Sombra, a su Lucifer, a su Dragón Particular Interior materializarse en esa forma, delante de la infeliz, hacerse visible y tangible ante ella, y hasta copular con ella...
Obviamente, su Divino Sol Intimo no podría haber realizado tal cópula, tal aparición, pero su Sombra Particular, como quiera que está polarizada negativamente con respecto a la Luz Positiva, resulta palmario y manifiesto que sí pudo realizar concretamente todo esto. El resultado será más tarde maravilloso. La infeliz aquella desencarnó llena de terror, y cuando vuelva a reincorporarse, cuando renazca en este mundo, cuando tome un nuevo cuerpo, es muy difícil que pueda volver a la prostitución; le ha quedado en la Conciencia ese terror, ese shock psíquico.
Lo más seguro es que en su futura existencia se resuelva a seguir por el Camino Recto, por la Senda de la Castidad. Así es como el Dragón puede trabajar y operar drásticamente en un momento dado.
Samael Aun Weor. Si, Hay Infierno; Si, Hay Diablo; Sí, Hay Karma: Capítulo 17º El Dragón de las Tinieblas
Añadir un comentario