El Avatara responde
P.- Maestro, usted, acaba de decir que no todos tienen el cuerpo Astral, mi pregunta consiste en saber: ¿por qué una persona que duerme en su lecho sueña que está en otra parte, allí que hubo, una salida del Cuerpo Astral, de la Conciencia o del pensamiento?
R.- Ciertamente el Cuerpo Astral es un lujo que no todos los seres humanos se pueden dar, nadie nace con Cuerpo Astral, excepto aquellos que en vidas anteriores lo crearon. Cuando uno se ha dado el lujo de crear ese cuerpo, puede vivir en contacto con los mundos superiores en forma natural, como vivimos en cuerpo físico.
Mas como todos no hemos creado todavía ese maravilloso instrumento de la existencia, es claro, cuando actúe fuera del cuerpo físico, sea porque se haya escapado a través de la muerte, o durante las horas del sueño actúa el Ego.
Quiere decir que la Esencia es un material anímico, dijéramos el factor directivo de todos los procesos psicológicos que llevamos en nuestro interior, está embotellada entre el Ego, entre el “yo”, el “mí mismo”, el “sí mismo” , y cuando llega la hora del sueño normal, común y corriente, el Ego, el “yo psicológico” dentro del cual está enfrascada la Esencia abandona el cuerpo físico.
Pues si el Vehículo Vital no repara el cuerpo de nosotros, éste muere, y para que el Vehículo Vital pueda reparar el cuerpo físico, se hace necesario que el Ego, entre el cual esta embotellada la Esencia, abandone el cuerpo físico. Entonces el Ego viaja por los distintos lugares del mundo, y claro, como quiera que lleva la Conciencia dormida, sueña, y los sueños son transmitidos a través del Cordón Plateado, entonces llegan al cerebro físico.
P.- ¿Podemos nosotros identificar al Cuerpo de Deseo, asiento de las emociones del Ego?
R.- Ciertamente el Cuerpo de Deseo no es un cuerpo en sí, no. Es una serie de formas o agregados que se penetran y compenetran mutuamente en forma inconfundible. A ese yo, a ese Ego, que alguno llame Cuerpo del Deseo, allá él, tampoco se le puede llamar cuerpo; más si así quiere llamársele que se le llame, sin embargo no sería correcto. El Ego no tiene individualidad alguna, no es ningún organismo, es tan sólo una suma de agregados.
Si esa clase de prueba convencional, de que fulano de tal salió en Astral, ¿qué sabemos nosotros si ese fulano tiene formado el Cuerpo Astral? ¿Qué sabemos nosotros? Salir el Ego, dentro del cual está la Esencia, la Conciencia, no es viajar en Cuerpo Astral, lo que pasa es que el Ego hace las veces de Cuerpo Astral. El Ego es el Ego y eso es todo.
P.- ¿Es posible que alguien esté despierto aunque esté embotellado por el Ego?
R.- Sí, si la Conciencia logró despertar, obviamente es porque el Ego ha perdido volumen, y cuando el despertar es radical, total, absoluto, el Ego ya no existe. De manera que el Ego va siendo reducido a cenizas, la Conciencia va despertando. El despertar nunca es inmediato, se va teniendo en forma graduativa. Generalmente cualquiera puede tener un 1% de Conciencia despierta, o no tiene nada, o puede tener 2 ó 3 %.
Si la humanidad tuviera un 10% de Consciencia despierta, ya no habrían guerras. Tener un 100 % es sumamente difícil, solo los grandes maestros podrían tener ese 100 % es muy difícil, solo lo tienen Maestros como Jesús de Nazaret, Pablo de Tarso etc. Pero los Maestros que no han alcanzado a estas alturas todavía, que no han podido ingresar aun al círculo selecto de la Humanidad Divina, que no han alcanzado la Resurrección, todavía no gozan de ese 100 por ciento.
Así pues, debemos reflexionar profundamente. Hay diferentes porcentajes de Conciencia, debemos mejorarlos, tener el 5 ó el 10 por ciento en todo caso; cuando el Ego se vaya disolviendo, el porcentaje de Conciencia se irá aumentando, y a medida que el porcentaje de Conciencia va aumentando, la capacidad para investigar en los Mundos Superiores se va haciendo cada vez mayor.
Así pueden lograr mediante la meditación interna profunda, desechar el material psíquico para que desembotelle la Conciencia momentáneamente, para experimentar eso que es del Ser, eso que no es del tiempo. He dicho que cuando la Esencia actúa en ausencia del “yo”, del “mí mismo”, del “sí mismo”, aunque sea momentáneamente, entonces actúa algo así como en forma armónica. Por eso es que la meditación es un arma formidable, permite a la Esencia el desembotellamiento; si alguien ha experimentado en sí mismo esto, es diferente a las demás gentes.
Quien haya sentido alguna vez ese elemento que transforma, incuestionablemente que ese individuo en su provecho ha pasado por una experiencia grandiosa que lo refuerza en sus profundidades más íntimas, que le da ánimo para la disolución del “yo” y le fortifica en la lucha contra sí mismo, el “sí mismo”. Para lograr esto mis caros hermanos, hay que trabajar intensamente sabiendo vivir en la vida práctica, no permitiendo que la mente y los sentimientos intervengan en las diversas circunstancias de la vida, dándole oportunidad siempre a la Conciencia para que sea ella la que actúe y no nosotros.
Cuando procedemos así, de hecho nos colocaremos en el camino que nos ha de conducir al despertar. Necesitamos ser diferentes a las multitudes que nos rodean, no hacer lo que hacen los demás, necesitamos
“Nosotros estamos viviendo en este mundo por algún motivo, para algo, por algún factor especial. Obviamente, en nosotros hay mucho que debemos ver, estudiar y comprender, si es que anhelamos saber algo sobre nosotros mismos, sobre nuestra propia vida. Trágica es la existencia de aquel que muere sin haber conocido el motivo de su vida.
Cada uno de nosotros debe descubrir, por sí mismo, el sentido de su propia vida, aquello que lo mantiene prisionero en la cárcel del dolor. Ostensiblemente, hay en cada uno de nosotros algo que nos amarga la vida, y contra lo cual necesitamos luchar firmemente.
No es indispensable que continuemos en desgracia; es impostergable reducir a polvareda cósmica eso que nos hace tan débiles e infelices.
De nada sirve engreírnos con títulos, honores, diplomas, dinero, vano racionalismo subjetivo, consabidas virtudes, etc., etc., etc. No debemos olvidar jamás que la hipocresía y las tonterías y vanidades de la falsa personalidad, hacen de nosotros gentes torpes, rancias, retardarias, reaccionarias, incapaces de ver lo nuevo”.
“La vida práctica como escuela, es formidable, pero tomarla como un fin en si misma, es manifiestamente absurdo .Quienes toman la vida como un fin en si misma, tal como se vive diariamente, no han comprendido la necesidad de trabajar sobre sí mismos para lograr una transformación radical. Desgraciadamente, las gentes viven mecánicamente, nunca han oído decir algo sobre el Trabajo Interior.
Cambiar es necesario, pero las gentes no saben cómo cambiar; sufren mucho, y ni siquiera saben porque sufren. Tener dinero no es todo; la vida de muchas personas ricas suele ser verdaderamente trágica”. “Estudiemos esta situación más detenidamente. Necesitamos saber que es la vida. Cada cual es libre de opinar como quiera.
Digan lo que digan, ciertamente nadie sabe nada; la vida resulta un problema que ninguno entiende”. “Combinar Estados Interiores con acontecimientos exteriores en forma correcta, es saber vivir inteligentemente.
Cualquier evento, inteligentemente vivenciado, exige su correspondiente estado interior específico. Empero desafortunadamente, las gentes cuando revisan su vida, piensan que esta en sí misma está constituida exclusivamente por eventos exteriores.
¡Pobres gentes! Piensan que si tal o cual acontecimiento no les hubiese sucedido, su vida habría sido mejor. Suponen que la mala suerte les salió al encuentro, y que perdieron la oportunidad de ser felices.
Lamentan lo perdido, lloran lo que despreciaron, gimen recordando los viejos tropiezos y calamidades. No quieren darse cuenta las gentes de que vegetar no es vivir, y que la capacidad para existir conscientemente, depende de la calidad de los estados interiores del Alma.
No importa, ciertamente, cuan hermosos sean los acontecimientos externos de la vida; si no nos encontramos en tales momentos en el estado interior apropiado, los mejores eventos pueden parecernos monótonos, cansones, o simplemente aburridores.
Alguien aguarda con ansiedad la fiesta de bodas, es un acontecimiento, mas podría suceder que se estuviese tan preocupado en el momento preciso del evento, que realmente no gustase en ello ningún deleite, y que todo aquello se tornase tan árido y frío como un protocolo. La experiencia nos ha enseñado que no todas las personas que asisten a un banquete o a un baile, gozan de verdad.
Nunca falta un aburrido en el mejor de los festejos, y las piezas más deliciosas alegran a unos y hacen llorar a otros. Muy raras son las personas que saben combinar, conscientemente, el evento externo con el estado interno apropiado.
Es lamentable que las gentes no sepan vivir conscientemente; lloran cuando deben reír, y ríen cuando deben llorar.” “Cualquiera puede formarse una rica cultura intelectual, más son muy pocas las personas que han aprendido a vivir rectamente.
Cuando uno quiere separar los Eventos exteriores de los estados interiores de la Conciencia, demuestra concretamente su incapacidad para existir dignamente. Quienes aprenden a combinar conscientemente, eventos exteriores y estados interiores, marchan por el camino del éxito.
Quien se contenta con el estado en que vive, no sentirá nunca el deseo de verse a sí mismo; se querrá demasiado, y en modo alguno estará dispuesto a revisar su conducta y su modo de ser.
La vida práctica es el espejo psicológico donde podemos vernos tal cual somos; pero ante todo debemos comprender la necesidad de vernos a sí mismos, de cambiar radicalmente; sólo así tendremos ganas de observarnos realmente. convertirnos en verdaderos individuos.
Samael Aun Weor corresponde a la conferencia "La necesidad de aprender a vivir"
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