Técnicas para despertar
Maestro: queremos rogarle que con su Sabiduría, nos dé una clave o técnica para despertar la Consciencia.
Con el mayor placer vamos a dar algunas explicaciones, relacionadas con el despertar de la Consciencia...
Ante todo es indispensable comprender, mis caros hermanos, que la Conciencia de los seres humanos está dormida. Desgraciadamente, las gentes no quieren entender que están dormidas, todos creen que están despiertos, más duermen.
Las gentes manejan carros soñando, hacen negocios soñando, andan por las calles, convencidas de que están despiertas, pero duermen profundamente, sueñan...
Podemos asegurar que existe un noventa y siete por ciento de sub-conciencia y un tres por ciento de Conciencia. Hablando con otros términos diríamos que en un noventa y siete por ciento, la Conciencia está dormida y que tan sólo hay un tres por ciento de Conciencia despierta. Sin embargo, existen gentes que no alcanzan al tres por ciento de Conciencia despierta; normalmente llegan al dos por ciento y hay quienes tan sólo llegan al uno por ciento. Pero si nosotros le decimos a las gentes que tienen la Consciencia dormida, no lo creerían, más bien se ofenderían.
Resulta trabajoso, pues, decirle a las gentes que duermen, porque no le creen a uno, creen que están despiertas o creen que uno las está hiriendo, que uno las está ofendiendo. Es necesario despertar y las Sagradas Escrituras insisten en la necesidad de despertar. Desafortunadamente no enseñan, no dan la clave, no dan la explicación. Es necesario, pues, explicar y eso es lo que estamos haciendo aquí, precisamente: enseñando el camino del despertar...
Ante todo es necesario convencernos sinceramente de que estamos dormidos; cuando uno acepta que está dormido, es señal o síntoma de que quiere despertar. Esto es muy semejante al loco: ningún loco acepta que está loco, todos los locos creen que está muy bien; cuando un loco acepta que está loco, es señal inequívoca de que está mejorando. Esto lo pueden evidenciar ustedes en los manicomios: no hay loco que acepte que está loco. Observen ustedes que en los manicomios, aquellos locos que ya están casi listos para salir del manicomio, aceptan que lo están, comprenden que lo están; esa es precisamente la señal inequívoca de que están mejorando notablemente...
Lo mismo sucede con las gentes que tienen la Conciencia dormida: no aceptan que están dormidas; pero cuando ya lo aceptan, es señal inequívoca de que quieren despertar o que comienzan a despertar. ¿Cómo lograr ese despertar?. Obviamente, ya sabemos que el fundamento está en la disolución del EGO, eso es incuestionable y es además un asunto que ustedes no ignoran. Pero, claro, tenemos que ayudarnos con distintos métodos y procedimientos; todo lo que coadyuve con el despertar, es útil...
Voy, pues, a explicarles a ustedes una técnica, pero quiero que pongan mucha atención... Es necesario dividir la atención en tres partes: primera, SUJETO; segunda, OBJETO u OBJETOS y tercera, LUGAR.
Primera, SUJETO: no olvidarse de sí mismo. Cuando uno se olvida de sí mismo, comete en la vida muy graves errores. Por ejemplo, si nos olvidamos de sí mismos ante una copa de vino, ¿qué sucedería?. Que no solamente nos tomamos la copa, sino que podemos tomarnos muchas más y emborracharnos; de manera, pues, que sería grave olvidarse uno de sí mismo ante una copa de vino... Si nos olvidamos de sí mismos ante una persona del sexo opuesto, ¿qué sucedería?. Podríamos llegar a la fornicación, ¿verdad?, o al adulterio. De manera, pues, que no debemos olvidarnos de sí mismos jamás...
Si nos olvidamos de sí mismos, por ejemplo ante un insultador, seguro que terminamos también insultando, hasta dándonos golpes con el insultador. Es pues indispensable no olvidarse uno jamás de sí mismo; mas es muy fácil olvidarse uno de sí mismo. Ouspensky, por ejemplo, se propuso una noche andar despierto por las calles de San Petersburgo (digo "andar despierto" para diferenciar esto de ANDAR DORMIDO, que es lo que hacen todas las gentes comunes y corrientes). Anduvo y anduvo aquél hombre, auto-vigilándose, auto-observándose, controlando la mente y los sentidos. Ese hombre caminó por todas partes; de pronto, quiso preparar sus cigarros. Vio una cigarrilería y entró, para hacer preparar, no unos cigarros simplemente, sino unos tabacos.
Cuando salió de allí, fumando, ya no se acordó del ejercicio que estaba practicando. Anduvo por muchas calles de San Petersburgo, hasta que llegó a su recámara. Al entrar en su recámara, se acordó otra vez de sí mismo; entonces con dolor se dio cuenta que se le había olvidado el ejercicio y que su Conciencia se había dormido al entrar en la cigarrilleria. Después de eso, anduvo por muchas partes, como un verdadero sonámbulo, entró en sueño...
Vean ustedes cuán difícil es no olvidarse uno de sí mismo. Pero al decir no olvidarse de sí mismo, quiero referirme a estar uno vigilando las ENTRILLAS, o sea, los sentidos y la mente, porque si uno no controla los sentidos y la mente, uno cae en el sueño de la Conciencia. Debe uno auto-observar sus sentimientos, sus impulsos internos y externos, sus instintos, sus hábitos, etc., etc., etc.
El segundo aspecto o la segunda fase del despertar de la Conciencia, es el OBJETO u OBJETOS. Si uno ve, por ejemplo, un hermoso objeto: un traje, o un anillo, un perfume, lo que sea; si lo ve uno en un aparador (o como dicen ustedes por allá, en una vitrina) y si uno se encanta con aquél objeto que está viendo allí, lo primero que sucede es que uno cae en la inconsciencia. ¿Por qué? Porque se olvidó de sí mismo. Al ver el OBJETO, hay varios procesos: primero: la IDENTIFICACIÓN (se olvida uno de sí mismo y se identifica con el objeto. Dice:
¡Qué hermoso, qué bello, que bonito es esto; si yo tuviera dinero, me lo compraría!, etc.. Después viene la FASCINACIÓN queda uno FASCINADO con el objeto. Si es un bonito traje, dice uno: "¡Qué bueno; el día que tenga dinero me lo compro!; este color está muy bonito, etc., etc. Y la mujer diría así: Este vestido está muy bello, yo me lo compraría. Bueno, total que vendría la fascinación con aquél objeto, con aquélla prenda de vestir y luego se entraría en el sueño de la Conciencia...
Y, ¿qué sucede con la televisión, Venerable Maestro?
La televisión, precisamente, viene muy a propósito... Las gentes, frente a la televisión, se olvidan de sí mismas y caen en la fascinación, con aquello que están viendo; entonces sueñan a lo lindo. Desde que se inventó la televisión, se ha perdido la unidad de los hogares, porque, por ejemplo, llega el marido cansado de trabajar y ya no sale la mujer a recibirlo con los brazos abiertos, ya no tiene el hombre esa dicha. ¿Por qué?. Porque la señora está viendo la televisión; puede el hombre necesitarla y ella está ocupada, está viendo la telenovela, está fascinada... Pero bueno, no le echemos la culpa únicamente a las mujeres; no, los hombres también se fascinan con todo lo que ven allí, hasta tal punto que se olvidan de todo lo que está sucediendo en la casa; ese es un ejemplo vívido del sueño de la Conciencia...
LUGAR. Uno tiene que mirar todo lugar en forma detenida, aún el lugar conocido: La sala de la casa, la recámara; mirarla todos los días como algo nuevo, aprender a verla en forma diferente, distinta. Donde quiera que uno llegue, lo primero que debe decirse es: Bueno, ¿por qué estoy yo aquí, qué tengo yo que ver en este lugar?. Eso es indispensable, si se quiere despertar consciencia.
Me viene a la memoria, en estos momentos, una experiencia vivida muy interesante. Hace muchísimos años, sucede que llegué a una casa, atravesé un hermoso jardín, traspasé el umbral de una sala y por último penetré en un despacho donde había un Bufete de Abogados. Ante el Bufete encontré a una señora muy amable; ella me atendió... De pronto, platicando con ella, vi sobre el escritorio dos mariposas de vidrio (muy hermosas las mariposas). Lo que más me asombró fue que aquéllas mariposas tenían vida propia, movían sus alas (¡y eran de vidrio!) y movían sus cabecitas, y sobre sus cabecitas, sus antenas. Eran de vidrio y sin embargo respiraban como todas las demás mariposas (¡y eran de vidrio y de múltiples colores!).
Entonces me dije a mí mismo: ¿Cómo es posible que estas mariposas de vidrio hagan todo esto, que tengan vida propia?. Obviamente, fenómenos de esta clase solamente pueden suceder en el MUNDO ASTRAL, porque en el mundo físico esto es completamente imposible... Miré a mi alrededor y me dije a mí mismo: ¿Qué hago yo en este lugar, en este despacho de Abogados?.
Y observando otros objetos pude ver, a la derecha, en el rincón de la derecha de aquél despacho, un Candil, o sea un Candelabro de siete brazos, y en el lado izquierdo otro Candelabro, también de siete brazos... Aquélla señora platicaba amablemente conmigo. Resolví pedirle permiso a la señora para retirarme un momento (fingí ir por ahí, al baño). En fin, salí por ahí... Claro, ella cortésmente me dio permiso para salir de allí. Ya afuera, dije:
Voy a hacer un experimento (di un saltito con la intención de flotar en el medio ambiente circundante y ciertamente, quedé flotando en el ambiente). Entonces, me dije a mí mismo: "Estoy en Cuerpo Astral"... Regresé otra vez, penetré en aquél despacho, me senté ante el Bufete. La señora, allí me estaba aguardando y le dije: Señora, quiero que usted sepa que en este momento nos encontramos en Cuerpo Astral; recuerde muy bien, señora, que usted se acostó a dormir hace unas cuantas horas y el cuerpo suyo, en estos momentos, está durmiendo, reposando entre el lecho, entre la cama. Yo aguardaba alguna respuesta inteligente de aquélla señora, pero lo que vi en ella fueron ojos de sonámbula. Obviamente, tenía la Conciencia completamente dormida, no entendió ni papa de todo lo que yo le estaba diciendo...
Bueno, en vista de eso, del estado de sueño tan profundo en que estaba aquélla señora, ¿qué hice?. Salir, despedirme de ella. Salí del despacho aquél, levanté el vuelo y fui flotando con mi Cuerpo Astral, rumbo a California (yo necesitaba hacer algunas investigaciones en California). Por el camino hallé a un hombre que hacía mucho tiempo había muerto; llevaba un fardo pesado sobre sus espaldas (se veía que había sido cargador de bultos pesados en algún mercado). El infeliz aquél había desencarnado, hacía mucho tiempo, pero él creía que todavía estaba vivo. Me acerqué a él y le dije: "Amigo, ¿qué es lo que está pasando?, ¿por qué cargas ese bulto tan pesado sobre tus espaldas?". La respuesta fue: Estoy trabajando, estoy trabajando"...
Pero ¿qué es lo que usted dice, amigo mío, qué es lo que está diciendo? ¿No se da cuenta de que ya murió y que ese fardo que lleva usted sobre sus espaldas no es más que una forma mental, creada por usted mismo?. No lo comprendió; me miró con ojos de sonámbulo, no entendió ni jota de lo que yo le estaba diciendo... Floté alrededor de él y sobre su cabeza, para ver si en esa forma tal vez entendiera, mas todo fue inútil: no comprendió nada, estaba dormido; el infeliz no había hecho nada en vida para despertar Conciencia y continuaba dormido, con la Conciencia dormida...
Yo seguí mi viaje hacia California; necesitaba hacer unas investigaciones y las hice (unas investigaciones sobre algunas Escuelas, etc.). Después regresé tranquilamente a mi cuerpo físico...
Pasaron los años, muchos tal vez: unos... calculo que treinta años, cuarenta (muchos años pasaron)... Más tarde me tocó ir a Taxco, Guerrero (por cierto que ese pueblo es muy rico en minas de plata y se dice que allí se consiguen muchos objetos de plata, muy baratos, etc. Pero realmente no son tan baratos; lo que sí abunda mucho es el turismo, por ser muy atractivo el lugar: está colocado en un cerro y es totalmente colonial y de una belleza y de un paisaje extraordinario). Tenía que entrevistarme allí con un determinado señor, al cual estaba, por aquellos días, ayudando a curar de una hemiplejia que le había dado y por la que había quedado paralizado medio lado del cuerpo. Yo fui allí con la intención de ayudarle y le ayudé (creo que hasta quedó bien, quedó sanado).
Lo hice caminar, por cierto con tratamientos magnéticos, y logró caminar sin bastón, después de tener medio lado paralizado. Le di indicaciones, le aconsejé que se moviera bastante, pues él se la pasaba sentado y eso perjudicaba su curación...
Bueno, para no hacerles tan larga la historia, les cuento que atravesé el jardín de una casa muy hermosa; luego atravesé una sala y la reconocí inmediatamente ( el lugar donde tantos años atrás había estado) y por último penetré a un despacho. En la sala me aguardaba una señora; la reconocí de inmediato (era la misma que había visto en el astral, tantos años atrás) y me dijo: Siga, señor... Y yo seguí, pasé al interior, pues, donde estaba el despacho de Abogados. La única diferencia fue que esta vez no la encontré a ella delante del escritorio, sino a su marido, que era un señor ya de edad madura, Abogado, aunque no graduado es decir, tinterillo, para ser más claro. Aquí en México nosotros le decimos Coyote.
Sí, ese es un término que tenemos aquí nosotros para los tinterillos. Total que, entonces allí la encontré, frente a su "Bufete"... Se puso de pie para darme la bienvenida, me hizo sentar ante su escritorio, también sentaron al paciente que debía sanar. Hablamos sobre el magnetismo, porque claro, allí iba yo a usar el magnetismo, para sanar a aquél paciente, y claro, alrededor del tema del magnetismo, del Prana, de las curaciones psíquicas, se habló también sobre las SALIDAS EN ASTRAL, los desdoblamientos, las curaciones a distancia, etc., etc., etc.
Fue muy interesante la plática. Aquél señor tenía cierta disposición para esta clase de estudios psíquicos y alguna información, aunque muy incipiente, pero sí lo suficiente como para que comprendiera algo sobre los desdoblamientos... Le dije yo: Hace algunos años vine hasta aquí, este despacho lo conozco... Total que el hombre quedó asombrado, atónito, perplejo. Luego le dije: "A su señora también la conozco" y le narré el caso, la plática que sostuvimos; en fin, todo lo que habíamos dicho: cómo había visto a la señora, etc., etc., etc.
Cuando llegó la hora de la cena, ya sentados todos alrededor de una mesa redonda, la señora delante de él me dice: Yo a usted, señor, lo conozco desde hace mucho tiempo; lo que no recuerdo es el sitio exacto donde yo lo conocí, pero de que lo conozco..., lo conozco, usted no es desconocido para mí; desde hace mucho tiempo lo conozco... Claro, yo en seguida toqué con el codo al señor y le dije: ¿Se ha convencido usted, ya está convencido?. Me respondió: ¡Hasta la saciedad, estoy totalmente convencido!.
Bueno, aquél hombre tuvo pruebas evidentes y si no hubiera sido porque pertenecía a cierta secta de tipo dogmático y porque sus preceptores religiosos, pues, no lo hubieran perdonado, indubitablemente habría venido a la Doctrina, a la Gnosis, porque las pruebas para él fueron definitivas.
Bueno, he narrado esto a ustedes para que entiendan cómo se despierta la Conciencia y lo estoy explicando con relatos vividos...
Recuerdo también que hace unos cuarenta años, me sucedió un caso muy interesante... Me ví en una sala; allí un grupo de personas platicábamos sobre asuntos esotéricos, etc., pero como quiera que, primero, yo no acostumbro a olvidarme de mí mismo; segundo, me encanta observar en detalle todo lo que veo: objetos, cosas, y tercero, no permanezco en ningún lugar en forma inconsciente, sino que lo observo en detalle y me pregunto a mí mismo ¿por qué estoy aquí, qué estoy haciendo aquí?, es claro que en aquélla ocasión entraron en actividad esos tres aspectos de la división de la atención. Primero me dije a mí mismo: Bueno, ¿qué hago yo aquí?. No me olvidé y miré el lugar...¿Qué estoy haciendo?. Miré a las personas, vi a las personas que estaban a mi alrededor: ¿Por qué estoy platicando con ellas?.
Todo parecía como si fuera físico, material; aquellos amigos tenían abrigos y en fin, nada acusaba o señalaba que estuviéramos en el Mundo Astral. Los objetos, pues, francamente eran normales, pero no me olvidaba de mí mismo; al ver el lugar, me decía a mí mismo: ¿Por qué tengo que estar aquí, en este lugar?, ¿y por qué esta reunión, si yo no me he puesto citas con nadie?.
¿Por qué estoy aquí, en esta sala?. Aquello lucía tan físico, tan material, que parecía que mis interrogantes y mis preguntas estuvieran de más; no habían allí detalles que acusaran que yo estuviera en el Mundo Astral, pero instintivamente siempre he dividido la atención en tres partes: objeto, sujeto y lugar... ¿Qué hice? Pedí un permiso también, fingí salir por ahí y realmente salí; les fingí a ellos que pasaría tal vez al baño, o que tal vez saldría por allí a inhalar un poco de aire fresco.
Ya estando fuera de la sala, en el patio, di un saltito alargado con la intención de flotar y ciertamente floté en el ambiente circundante. Después que floté, convencido de estar en Cuerpo Astral, regresé a la sala, ocupé mi sitio, me senté en la silla donde antes estuve sentado y me dirigí a todos los concurrentes: Amigos, dije, tengo que informarles a todos los aquí presentes que nos encontramos en Cuerpo Astral... Todos se miraron, como extrañados (y algunos de ellos, en el mundo físico, estudiaban el esoterismo, el ocultismo, etc.).
No me comprendieron; se miraron a sí mismos y uno de ellos me dijo: ¡No, estamos en el mundo físico; estás loco!: ¿De dónde estás sacando eso de que estamos en Astral?. Les dije: Sí, estamos en Astral, pero como ninguno me quiso creer, salí de aquélla sala y después de salir, me dirigí hacia determinado lugar con el propósito de hacer investigaciones esotéricas, etc., y luego regresé, ciertamente, al cuerpo físico... Pero vean ustedes cómo desperté: mediante la división de la atención en tres partes (objeto, sujeto y lugar)...
Ahora, uno de nuestros hermanos va a hacer otra pregunta. Maestro: Al mismo tiempo que uno se pregunta ¿qué hago aquí?, ¿debe darse la respuesta?.
Al hacerse uno la pregunta, en lugar de estarse dando explicaciones a sí mismo, debe ABRIRSE A LO NUEVO y hacer entonces el experimento. Si uno no puede dar el saltito en el lugar donde esté, debe pedir permiso y hacer lo que hice yo: Salir y dar el saltito afuera, tal vez en una calle, tal vez en un patio, para evidenciar si se está en Astral. Mas sucede que muchas veces el individuo, aún haciéndose esa pregunta y aún dando el salto, NO FLOTA porque su mente pone peso, inconscientemente, a lo que no tiene peso, es decir, sub-consciente e infra-inconsciente, está creyendo que se encuentra en físico y entonces, al dar el salto, le pone un peso que no existe a la mente y entonces pesa (aunque no pese, sí pesa) y el individuo se auto-engaña diciendo: Estoy en físico, y fracasa el experimento...
Uno debe salir de la duda: Si al dar el salto no flota, entonces debe subirse sobre algo y lanzarse al espacio y verán ustedes que entonces, si están en astral, pues flotan.
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