Venus
A todos los hermanos por agasajarme en éste mi onomástico, y por ello, no puedo menos que congratularme.
Incuestionablemente, laboramos por la Autorrealización Íntima del Ser. Indudablemente, queremos mostrar a la humanidad doliente el Camino angosto, estrecho y difícil, que conduce a la Luz.
Ya el gran Maestro Jeshuá Ben Pandirá dijo: «Angosta es la puerta, estrecho el Camino que conduce hacia la Luz; y muy pocos son los que lo hallan...»
Esta noche de onomástico, no puedo más que invitarles a ustedes a recordar a la estrella Venus, la estrella que brilla en el atardecer y también en la aurora. Es Venus, la estrella del Amor, y ella irradia sus esplendores en toda la redondez de la Tierra...
Muchas veces he pensado que solamente por el Amor, es posible llegar a la Cristificación del ser humano.
Si las gentes recordaran los Misterios de Venus, harían avances prodigiosos por la Senda interior; caminarían triunfantes por ese Camino interno y delicado que todos llevamos en el fondo del Espíritu; terminarían las guerras para siempre, reinaría la Paz sobre la faz de la Tierra; habría abundancia y perfección...
Muchos bardos melenudos de los antiguos tiempos, cantaron al véspero de la aurora. Muchos cincelaron la estatua de la Venus divinal: ya podemos nosotros recordar la Venus de Milo, que tanto ha sido cantada en los distintos rincones del mundo...
Ríos de agua pura de vida, iluminados por la estrella vespertina, nos invitan a meditar. Y a la orilla de esos ríos, los olivos de la paz resplandecen con gloria inefable...
La lira de los poetas, en la Grecia pagana, hizo siempre gala, cuando se hacía recordación de Venus, la estrella de la aurora...
En tiempos arcaicos, cuando todavía los seres humanos rendían culto a las criaturas del fuego, del aire, de las aguas y de la tierra, se adoraba a Venus. Entonces, el que sabía hacer sonar la lira, estremecía a todos con su canto. Ésa era la época en que la Lira de Orfeo no había caído sobre el pavimento del Templo vuelta pedazos.
Desde entonces ha venido la Tierra pasando por distintas metamorfosis, han surgido pueblos que luego han desaparecido en el olvido, pero Venus, la estrella del Amor, sigue resplandeciendo allá, en las alturas, en la profundidad del firmamento... Aún hay poetas que le cantan..
En esta noche delicia en que me encuentro aquí con todos ustedes y congratulado, no puedo menos que invitarles a amar, a amar a los que nos aman, porque nos comprenden; amar a los que nos odian, porque no nos comprenden...
Devolver bien por mal... A caminar con firmeza por la Senda que nos conduce a la Liberación Final...
Amigos, que conmigo están esta noche departiendo, levantemos nuestra copa y brindemos por el Amor, por la Luz y por la poesía!
¡Paz Inverencial! ¡Que la Luz resplandezca en todos los corazones!
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