Hay que despertar
Desperté CONSCIENCIA, logré la ILUMINACIÓN ¿A dónde iba dormido por el rudo peñón cortado a tajo? Miré atentamente al firmamento y estaba muy arriba, la cima tremenda con su vértigo me atrajo; torné la faz a la traspuesta hondura, vi la tierra y estaba muy abajo.
El AVE FÉNIX al pasar en raudo vuelo me tocó con sus alas de inmaculada blancura y entonces lleno de fervor oré sabiendo que el perfume de la plegaria llega hasta Dios.
Imploré por los dormidos, por esos equivocados sinceros que sueñan que están despiertos, por los fracasados que suponen que van muy bien.
Sueña el sabio en la espléndida rosa de mágico prado que entreabre sus hojas deliciosas al lucero vespertino del amor. Sueña el bardo melenudo con el tímido arroyuelo cantarín que baja por la montaña deshecho en plata, convertido todo en filigrana que corre y pasa.
Sueña la madre desventurada en el hijo que perdió en la guerra y no concibe suerte más dura, llora al pie de su retrato la dicha rota, y el rayo juega con la tortura y hasta enciende un iris en cada gota.
Sueña Fausto con su Margarita de blanca faz tranquila bajo el dosel primoroso de su rubia cabellera, que como cascada de oro cae sobre sus hombros alabastrinos. ¡Qué abismo tan profundo en su pupila pérfida y azulada como la onda! En las garras espantosas del dolor, el pobre ANIMAL INTELECTUAL, sueña que es BRUTO partiendo en mil pedazos el corazón de CESAR; ESPARTACO el temible asolando a la Campania; ULISES en su palacio de ITACA matando furioso a los pretendientes de su esposa; TELL rechazando con el pie el esquife; CLEOPATRA seduciendo a MARCO ANTONIO; CROMWELL ante el suplicio de un monarca; MIRABEAU en el Tabor de las naciones; BOLÍVAR con cinco pueblos libertados; MORELOS en los campos de batalla.
Sueña el enamorado en la estrella que por oriente sube resplandeciente, en la tan esperada cita, en el libro que ella tiene entre sus manos, en su romántica ventana. Sueña el marido ofendido en obscura contienda y bronca rebeldía; sufre lo indecible y hasta muere en la pesadilla. Sueña el lujurioso en la desnudez impúdica de la diablesa que se revuelca como el cerdo entre el lodo de la inmundicia. Sueña el ebrio que es rico, joven, esforzado caballero de gran renombre, valiente en la batalla. Sueña Amado Nervo en la amada inmóvil y Víctor Hugo en Los Miserables.
Esta vida de tipo Lunar es solo un tejido de sueños.
No se equivocaron los viejos sabios de la tierra sagrada de los Vedas, cuando dijeron que este mundo es MAYA, (ILUSIÓN) Ah!... si esas pobres gentes dejaran de soñar... ¡Qué distinta sería la vida! Los cuatro evangelios insisten en la necesidad de DESPERTAR CONSCIENCIA, pero como están escritos en clave nadie entiende.
Añadir un comentario